Cuando Rhina Portillo estudiaba Arquitectura en la Universidad de Costa Rica y en la Universidad Véritas, sentía que estaba aprendiendo bastante, pero que le faltaba algo.
Quizá por inquieta, quizá por curiosa, ella se aventuró a perseguir su anhelo de involucrarse con la arquitectura experimental.
Su terquedad le rindió frutos y hoy investiga y realiza su tesis sobre arquitectura paramétrica –una corriente de vanguardia– en la Universidad de Artes Aplicadas de Viena, Austria, bajo la tutoría de la reconocida arquitecta Zaha Hadid.
Portillo será una de las conferencistas del evento TEDxPuraVida 2015, que este 26 de febrero reunirá a 24 expositores de diversas disciplinas en un aguacero de ideas.
La joven arquitecta compartirá con el público sus reflexiones sobre cómo el diseño arquitectónico puede contribuir a mejorar la vida de las personas.
Más allá de la estética. A Portillo, el gusanito de la experimentación la picó desde joven y siempre visualizó la arquitectura como una disciplina que va más allá de proveer albergue a la gente.
De su maestra Zaha Hadid aprendió a entender la arquitectura desde su función social. “No es solo aprender cómo se construye o cómo se desarrollan proyectos, sino para qué sirve la arquitectura, pues es la gente la que usa los espacios y por eso hay que pensar a largo plazo”, comentó.
En Costa Rica, algunos de sus profesores y compañeros le decían que sus ideas eran “muy voladas”, pero cuando llegó a Austria, más bien se topó con que sus propuestas se quedaban cortas.
“Entonces tuve que abrirme para experimentar. Muchas veces, cuando empezamos un proyecto, no nos podemos imaginar cómo se va a ver el edificio al final. El punto de partida puede ser la función o incluso el material. La forma siempre viene al final, aunque eso no quiere decir que descuidemos la estética”, razonó la arquitecta, de 29 años.
Tecnología aliada. En ese camino experimental, Portillo y su equipo han echado mano de tecnologías que no necesariamente fueron creadas para ser usadas en arquitectura: software para animación 3D, software para programación, modelado 3D, simulaciones 3D, impresión 3D, máquinas de router, e incluso robots.
“Con mi trabajo, quiero que la gente vea detrás de las formas bonitas y descubra que la arquitectura es un proceso”.
En su afán por ir más allá, Portillo se ha dedicado a la llamada arquitectura paramétrica, la cual ella define como “una arquitectura inteligente y puede incluir muchos parámetros al mismo tiempo. No solo se enfoca en ser bonita o funcional, o en organizar los espacios, sino que puede ser integral”.
Actualmente, la joven se mueve entre Austria y Costa Rica pues en ambos países hay una sede de su estudio SYNArchitecture, el cual dirige junto a quien es su socio, Matthias Urschler.
Uno de sus proyectos en Costa Rica fue el rediseño de la boutique Quique, ubicada en el centro comercial Multiplaza, Escazú.
“La propuesta va dirigida a que la gente pueda leer la arquitectura con formas limpias y sencillas. Hay énfasis en el movimiento y la demarcación clara de cada uno de los espacios”.