En medio del Instituto Cultural de México se impone una instalación de grabados: una espiral hecha con las páginas de decenas de libros se levanta hasta el techo, y en cada una yacen los rostros de un puñado de los escritores más representativos en la literatura costarricense. La pieza –realizada por miembros de la Casa del Artista– da la bienvenida a la séptima exposición anual de la Cátedra de Diseño de la Estampa de la Universidad de Costa Rica (UCR). Cada año se propone un hilo conductor diferente, así que el tema del 2014 es la literatura.
Los curadores Ólger Arias y Salomón Chaves motivaron el uso de cualquier texto costarricense –poema, cuento o novela– sin importar que fuera famoso o desconocido. De esta manera, las letras se diluyen en 102 grabados hechos por 90 artistas.
Pared abierta. “La selección fue muy abierta, por lo que nos topamos con el hecho de unificar piezas muy diferentes entre sí”, indica Ólger Arias. “En primer lugar nos basamos en la imagen primaria de cada obra, en sus detalles visuales básicos: el tipo de marco, el color del papel y de la tinta. De otra forma hubiera sido muy complicado organizar las piezas, al haber tantas propuestas”, agrega el curador.
En la muestra están las imágenes relacionadas con autores clásicos como Carmen Lyra, Joaquín Gutiérrez, Carlos Salazar Herrera y Jorge Debravo , cuya lectura ha predominado en las aulas costarricenses y que, por lo tanto, han marcado a múltiples generaciones artísticas.
La mayoría de las obras se hizo durante el año 2014 y algunos artistas fueron explícitos con su inspiración literaria; otras obras son evasivas y ni siquiera llevan un nombre de referencia. Además, la convocatoria motivó a “masticar y digerir” los textos literarios. Al ser tan abierta, la interpretación puede ocasionar que sea difícil hallar las referencias. “Es parte del juego: no brindarle toda la información al espectador”, dice Chaves.
Desde la primera edición, la cátedra ha procurado que la muestra anual sea un espacio democrático. Por ello, piezas de artistas consagrados interactúan justo al lado de grabados de estudiantes y aficionados.
Historia de madera. “En cuanto a la facilidad de la técnica en Costa Rica, el grabado en madera es persistente”, explica Chaves. “Muchas personas que aprenden grabado recurren a la xilografía ya que puede hacerse en la casa; no se necesita un taller especializado, como sí en el caso del metal. La xilografía es una técnica muy desarrollada en Costa Rica, sobre todo por la facilidad de conseguir maderas naturales”, añade el curador.
Ante la abundancia de temas y sensaciones, la muestra es una colección de surcos amables o viscerales que se alejan constantemente de su inspiración inicial. “Uno hace una adecuación de la obra literaria. Eso lo aprendés en el camino: no hay que pretender una ilustración del cuento o el poema, sino una interpretación más libre”, detalla Salomón Chaves.
Sin embargo, los curadores señalan que algunos artistas ilustraron literalmente aquello que les sugería el texto. “En mi caso, comencé con una imagen muy explícita: tío Conejo y tío Coyote. Me sentí más cómodo cuando luego opté por una visión más interpretativa, apegada al texto, pero más personal”, dice Arias, quien forma parte de la exhibición.
“De una u otra manera, la mayoría de expositores graba para sí misma. ¿Por qué? Porque son artistas, no son ilustradores”, explica Chaves. “En la psicología de la ilustración, el mensaje debe enfocarse hacia el exterior, para que las personas tengan una comprensión completa del texto. Al contrario, el artista intenta expresar lo que siente a partir de ese texto, desde su interior”, agrega.
Aunque la exposición incluya trabajos pertenecientes a miembros de la UCR, la Universidad Nacional (UNA) y la Casa del Artista, todos comparten influencias de grandes maestros costarricenses del grabado, como Francisco Amighetti.
Homenaje. Cada año, la exposición anual de la Cátedra de Diseño de la Estampa dedica un espacio para el reconocimiento de la obra gráfica y pictórica de un autor costarricense. En esta ocasión, el homenaje fue dirigido al trabajo de Héctor Burke .
“Héctor es lo que vendría a ser una rara avis : un creador auténtico en el sentido más estricto de la palabra, amante del silencio, introspectivo, sin pretensiones, lector ansioso, pensador generoso, alejado por diferentes razones del estridente y mediático mundo del arte comercial”, comenta Salomón Chaves.
Hace cuatro décadas, Burke inició su trayectoria plástica en el Taller de Grabado de la UCR. Ahora es reconocido como un miembro distinguido de la experimentación técnica como un medio natural para llegar al conocimiento. Su obra representa la función ilustrativa e interpretativa del grabado cuando este se adapta a la literatura y la poesía.
“El grabado siempre ha estado relacionado con esa posibilidad de generar imágenes, incluso desde antes de la creación de la imprenta europea. La imagen en blanco y negro siempre ha sido un recurso esencial: accesible y económico”, agrega Chaves.
“El diseño gráfico es lo que se vive ahora; el grabado es como el abuelo, del pasado”, continúa el curador. En la exhibición se demuestra que todavía es necesario sentir la mano del artista en cada obra.
Arias es un grabador de profesión que ve cierta frialdad en las ilustraciones digitales donde, según él, la presencia artística es poca: “El grabado requiere técnicas artesanales y un proceso basado en la paciencia. El acto de la gubia y de procurar que cada impresión sea igual hace que el grabado brinde piezas más cálidas”, asegura.
La literatura pende transformada en imágenes sobre las paredes del Instituto Cultural de México. Allí, las historias costarricenses son un lenguaje para ver.
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La VII Exhibición Anual de Estampa Artística del 2014 se brinda hasta el 15 de enero del 2015 en el Instituto de México (Los Yoses, San José). Teléfono 2283-2333, extensión 101. Horario: de lunes a viernes de 9 a .m. a 5 p. m.