Por La mordiente (Uruk, Editores), su primer libro del género, la escritora Karla Sterloff (1975) ha obtenido el Premio Nacional Aquileo Echeverría de Cuento: un súbito y merecido ingreso en el primer círculo de nuestra literatura. Ella ha publicado también dos poemarios: Especies menores (EUCR) y La respiración de las cosas (The Rolling Book). Dialogamos con la creadora.
–¿Cómo surgieron los temas de su libro: de un modo súbito o premeditado?
–En líneas generales, hay temas que me interesan, y otros de los cuales nunca escribiría. Escribí estos cuentos sin pensar en hacer un libro con un eje temático común.
”Al “sacarlos de la gaveta” mucho tiempo después, me di cuenta de que había temáticas recurrentes y pude identificar un hilo conductor: la vida es una pérdida también recurrente. Los temas de estos cuentos fueron surgiendo sin habérmelo propuesto y dieron forma al libro como tal”.
–¿Por qué se animó a probar también con el cuento?
–Siendo lectora, he disfrutado de todos los géneros, y a la hora de escribir también me gusta probar con distintos códigos. Aunque publiqué poesía antes que narrativa, he venido escribiendo ambos de forma simultánea. El orden en que aparecieron los libros fue circunstancial.
–¿Cómo distribuyó el tiempo de redacción: diaria, eventual...?
–No soy muy sistemática ni disciplinada para nada, tampoco para escribir. Hay momentos en que escribo casi todos los días, y luego se me pasan meses sin hacerlo. Invierto más tiempo en leer que en escribir. Escribí estos cuentos a lo largo de varios años. No soy una escritora muy prolífica, y me cuesta robarle horas al día para pensar en la literatura.
–¿Cómo evitó la distracción?
–Nunca la evité. Soy distraída por naturaleza. Eso es una fortaleza y una desventaja al mismo tiempo. Trato de hacer uso de esa distracción porque significa que estoy viviendo, y la literatura se nutre de la vida.
–¿Pensó en algún lector cuando escribió este libro?
–Empiezo a pensar en el lector a la hora de la edición. Entonces es cuando trato de ponerme en el lugar de alguien que evidentemente no está dentro de mi cabeza, y hacer el texto accesible a esa otra persona. Esto es difícil porque tiendo a ser una persona ensimismada y laberíntica.
–¿Rehízo algunas partes?
–Le pasé cuchillo a muchas partes, deseché algunos cuentos, y a otros los revisé, ordené y organicé para permitir una lectura más fluida del libro. Escuché y apliqué las recomendaciones de otros escritores. Es un libro muy trabajado.
–¿Cuándo y cómo corrige?
–Corrijo desde el inicio y nunca termino de corregir. Debo proponerme dejar los escritos en algún punto donde la neurosis no acabe conmigo. Para este libro conté con la revisión de Carla Pravisani, Carlos Álvarez y Esteban Chinchilla, quienes fueron de gran ayuda con sus valiosas recomendaciones y sus comentarios.
–En el caso de un libro de cuentos, ¿qué le cuesta más crear: ambientes, personajes, diálogos...?
–Me cuesta mucho encontrar argumentos, y, sin argumento, no hay cuento. No tengo mucha imaginación, así que lo compenso con la observación de la vida diaria. A la hora de escribir, todo cuenta.
”Hay que crear personajes que sean dignos del recuerdo del lector y diálogos que sean efectivos. El cuento requiere afinar todos estos elementos y ajustarlos con la precisión adecuada. A veces se logra y a veces no”.
–¿Qué cambiaría en el libro si debiera escribirlo otra vez?
–Nada. No quiero ni imaginarme eso. El libro es lo que es, y ya no puedo hacer nada con él.
–¿Cuáles son los autores y los libros que más aprecia?
–Los libros están ligados afectivamente a etapas de mi vida, así que amo Platero y yo , de Juan Ramón Jiménez, y El principito , de Saint-Exupéry, ya que fueron mis libros de cabecera en la infancia. En mi adolescencia, con La hoja de aire , de Joaquín Gutiérrez, decidí que quería escribir.
”Ahora disfruto de autores como Alice Munro, J. M. Coetzee, Jhumpa Lahiri, Sharon Olds, Lygia Bojunga y Fabio Morábito, solo por mencionar algunos porque leo mucho y leo de todo. Eso sí, si un libro no me gusta, dejo de leerlo sin remordimiento, aunque sea de un autor de culto”.
–¿Cuáles son sus proyectos literarios?
–Tengo ya un libro de poesía y una novela infantil, ambos por publicarse. Ahora escribo una novela: es un trabajo lento, del cual aprendo sobre la marcha. Me llevará años terminarla pues requiere mucha investigación.
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El libro se presentará en el Instituto Cultural de México en Costa Rica el jueves 29 de febrero a las 7 p. m.