“El Atlas del Imperio” fue el título de la exposición del Pabellón del Instituto Ítalo-Latinoamericano (IILA) en la 55.ª Bienal de Venecia en el 2013, donde Costa Rica estuvo representada por la artista Lucía Madriz. Para esa edición, el curador alemán Alfons Hug dedicó la muestra a las interrelaciones entre Europa y América Latina, y a la dinámica de los enlaces entre los artistas de ambos continentes: un atlas en el que el arte latinoamericano y el europeo dialogaban y se confrontaban, con el impacto del enriquecimiento recíproco de identidades culturales.
La propuesta de Madriz consistía en la obra Vitalis (Choros phylon-Sanguis), una instalación elíptica realizada con semillas, que exploraba la conexión entre los humanos y las plantas al estudiar la similitud de las moléculas de la hemoglobina y la de la clorofila.
Actualmente, Hug y el cocurador uruguayo Santiago Tavella presentan la II Bienal de Montevideo bajo el título 500 años de futuro, la cual se realizará del 25 de setiembre al 22 de noviembre en el Gran Hall de la Casa Central y el edificio anexo del Banco República del Uruguay, la iglesia San Francisco de Asís, el Museo de Artes Decorativas (Palacio Taranco) y el Museo de Arte Precolombino e Indígena (MAPI) en el Uruguay.
Según declaraciones de los curadores, esta II Bienal de Montevideo “desplegará aquellos grandes relatos que harán reducir, aumentar o incluso converger las distancias temporales y espaciales entre los continentes. El título sugiere que, en todos los momentos de la historia, el presente ha sido una proyección hacia el futuro".
Los curadores añaden: "Quizá el pasado y el presente no sean otra cosa que una acumulación de futuros imaginarios que entretanto alcanzaron los 500 años y se encuentran divididos en mitades, porque en Sudamérica siempre se tuvo que considerar –o incluso vivir– la historia de Europa”.
Asimismo, la Bienal ofrecerá un proyecto educativo de profunda inserción social, a cargo de un equipo multidisciplinario. Se incluirán visitas guiadas y talleres sobre distintos temas.
Esta Bienal contará con la participación de más de cincuenta artistas de los cinco continentes, entre los que se encuentra Lucía Madriz. Vuelve a ser invitada por Hug, esta vez con la obra Flor de la vida II (2014), compuesta por frijoles y piedras.
Esa obra continúa con la línea de investigación de la artista, quien se interesa por revisar nuestra relación con la naturaleza –especialmente entre las plantas y los humanos– y la dependencia de los recursos naturales.
“ Flor de la vida nos presenta plantas en su estado embrional (semillas). Para muchos en Latinoamérica y el Caribe, estas semillas son alimento de consumo diario, parte de la dieta, de la cultura, de la historia y tal vez parte hasta de los genes”, comenta Madriz.
Como proyecto paralelo, Hug propone Voces indígenas, una instalación sonora que incluye doce lenguas indígenas de América Latina. Se seleccionaron artistas que tienen una afinidad con el legado lingüístico indígena. En la elección de las lenguas se tomó en cuenta la relevancia histórica y cultural del idioma y del grupo étnico, el peligro de extinción al que están expuestos, y su atractivo estético.
“El visitante que ingresa al espacio de la exposición escuchará primero un murmullo indefinido y polifónico, una suerte de tapiz sonoro que recuerda un espacio sacro; las diversas lenguas se harán más claramente audibles a medida que se acerque a cada uno de los altoparlantes. La reducción radical de la instalación al sonido exige del visitante una intensa concentración. Cuanto más esté dispuesto el oyente a sumergirse en este cosmos de idiomas rara vez escuchados, tanto más podrá prescindir de elementos visuales”, comenta el curador.
Entre esta selección se encuentra la también artista costarricense Priscilla Monge. Ella trabajó con el grupo indígena maleku, que habita fuera de los límites del refugio Caño Negro, en la Reserva Indígena Maleku y en una superficie de 2.743 hectáreas.
Ubicada en la provincia de Alajuela, en el cantón de Guatuso y el de San Carlos, la reserva cuenta con más de 600 habitantes que viven en los palenques El Sol, Tonjibe y Margarita. El 70 % de los pobladores habla maleku, pero todos hablan español. Su idioma pertenece a la familia de lenguas chibchas emparentadas con el idioma rama, de los indígenas de Nicaragua.
La palabra "mal’eku" significa “persona”, y su plural es “maleku marama” ("nuestras personas").
La propuesta de Monge se centra en las entrevistas realizadas durante su estadía en la comunidad a doña Lilliam Elizondo, quien contó sus recuerdos de cuando, siendo pequeña, iba a cazar tortugas con su familia para unas celebraciones.
Al hacer la grabación, tanto doña Lilliam como doña Denia Blanco y Carajacaquijerrisuf guiaron a la artista a lo que ellos consideran de vital importancia: sus celebraciones religiosas, su historia y su canto que –según cuentan– siempre habla de amores.
La Bienal de Montevideo contará con más de 50 artistas de los cinco continentes, entre los que estarán Adán Vallecillo y Leonardo González (ambos de Honduras) y Sandra Monterroso (Guatemala).
El trabajo de Madriz navega desde el Atlas del Imperio para aterrizar en Montevideo, en una bienal joven que revisa el pasado para proyectarse hacia el futuro.
A su vez, Monge se desplaza, crítica, desde Territorios, geografías y confluencias –su participación en el Pabellón de Costa Rica en la Bienal de Venecia del 2013– hacia los territorios, esta vez indígenas, con una propuesta intangible.
La autora es directora del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo de Costa Rica.