Todo creador defenderá siempre la expresión artística cuyo descubrimiento le ha cambiado la vida, aquello que ha perdido y buscado y que desea compartir de manera ardiente. Con esta premisa destacamos el liderazgo artístico que presenta Danza Universitaria.
Las principales creaciones de esta compañía son las de una danza comprometida con una preocupación por ser el humano, acerca de cómo entender las cosas en su relación con la sociedad y consigo mismo.
La compañía lucha en busca de un lenguaje artístico que dé forma a su pensamiento.
En este período, el grupo Danza Universitaria ha presentado dos espectáculos de diferentes creadores, por los que lo hemos designado ganador del Premio Áncora en Danza.
Ambas coreografías fueron La trampa, de Gloriana Retana, y Deconstruxión, de los coreógrafos Mario López y Pablo Miranda.
En estos dos espectáculos se conjugaron distintas disciplinas y se crearon espacios, personajes y percepciones como lenguaje de conexión con el público.
Las obras demostraron su significado a través de su ejecución, en la interacción básica de causa y efecto, que se perfiló desde el inicio y se demostró en el proceso hasta la conclusión.
En la lucha contra las dificultades, los personajes demostraron la claridad de sus objetivos para resolver sus conflictos.
En las situaciones presentadas, se demostraron la convicción de sus personajes, evidenciadas en el clímax de las obras.
El lenguaje escénico fue una “vestimenta de los pensamientos” de sus creadores; además, influyó tanto en los personajes como en el significado social de La trampa y Deconstruxión .
Como concepto unificado, las dos obras fueron definidas con la suficiente exactitud como para proveer información fidedigna con respecto a su función y al proceso por el que fueron creadas.
De esa manera, distinguimos a Danza Universitaria y a sus creadores por el esfuerzo magnífico en este período, y los instamos a seguir en esta labor que les sigue dando frutos.
Autor del fallo: Patricio Primus.