A sus 31 años, el escritor Daniel Quirós se ha abierto un espacio en la literatura costarricense, tras ganar el Premio Nacional Aquileo J. Echeverría en el 2010, con su primera novela Verano rojo .
El joven autor explora ahora el campo de la narrativa breve con su primera colección de relatos A los cuatro vientos, que retrata a una Latinoamérica violenta y desigual.
El libro fue publicado por la editorial de la Universidad Nacional.
Usted ganó el premio Aquileo Echeverría por su primera novela Verano rojo , ¿siente presión por mantener una crítica positiva?
El premio me tomó por sorpresa y claro que lo aprecié mucho, pero no creo que vaya a cambiar la manera como me relaciono con la literatura. La presión es menor en este caso porque este libro lo escribí antes de la novela. Igual considero que la acogida de la crítica y los lectores, no es algo de lo que uno debería preocuparse porque una vez que se publica el libro, ese libro ya no es de uno, se vuelve de quienes lo leen. Yo voy a seguir escribiendo, que es lo que me gusta hacer.
¿Qué es lo positivo y lo negativo de ser un escritor joven?
Lo positivo sería eso, ser un escritor joven (ríe) porque significa que todavía queda mucho camino por andar, donde se puede mejorar la literatura, evolucionar y cambiar. Lo negativo sería que al comienzo se cometen errores porque hay mucha ingenuidad. También es difícil empezar a hacerse un público que lo lea a uno porque a veces no se le toma tan en serio por el simple hecho de ser joven.
Usted escribe sobre violencia, pero ¿cree en la bondad humana?
Existe la bondad humana pero junto a la insensatez y la crueldad. Los seres humanos son seres muy complejos, dentro de cada uno nosotros se entremezclan la bondad y la oscuridad.
“Por ejemplo, una persona que mató a alguien, puede mostrar una bondad tremenda con alguien más en otro momento, pero me considero más en la línea pesimista porque veo en la historia humana más oscuridad que luz”.
¿Por qué hay un interés tan grande para la novela negra en Latinoamérica y en el mundo?
En los últimos 20 años se ha dado un interés de parte de los escritores en experimentar con este género porque permite una exploración de la sociedad actual y es al final de cuentas una herramienta para la crítica social, especialmente en América Latina.
“La novela negra, en mi opinión, es algo así como el retrato del lado oscuro del capitalismo neoliberal y sus efectos sociales”.