Un año después de su estreno en Berlín, Ixcanul sigue viajando por el mundo. Sin embargo, para su protagonista, María Mercedes Coroy, la vida sigue siendo la misma. La actriz llegó el jueves a Costa Rica para participar en el estreno de la película, protocolo al que ya se ha acostumbrado.
Hoy, acompañará la proyección que realizará el Cine Magaly a las 6:45 p. m.
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Antes convertirse en la actriz principal del primer largometraje de Jayro Bustamente, su vida se dividía entre ayudar a su familia y participar en obras de teatro traducidas al cakchiquel (una de las 24 lenguas que se hablan en Guatemala). Había sido nombrada reina dos veces: en una ocasión, por el municipio de Santa María de Jesús –donde vive–, y en otra, por el departamento del cual su pueblo forma parte.
Su vida en Guatemala sigue casi igual después de viajar al Festival Internacional de Cine de Berlín el año pasado y a otros festivales en las que la película ha acumulado 43 premios (ella misma recibió el premio a Mejor Actriz Internacional, en el Festival du Nouveau Cinéma en Montreal, Canadá).
A sus 21 años, ser la hermana mayor de su casa significa que tiene la responsabilidad de ayudar a su madre con las tareas domésticas y, además, darle apoyo en el puesto que tiene en un mercado.
La exposición que ha tenido la película, tanto fuera de su país como dentro de él, le ha concedido una responsabilidad adicional: la de convertirse en vocera de otras mujeres indígenas.
¿La incomoda haber asumido involuntariamente una labor de vocería pública? “La verdad es que me siento muy satisfecha. Desde antes quería hacerlo. En participaciones, en los reinados y todo, siempre expuse mi tema de equidad y de los derechos de los pueblos. Encuentro en esto una manera de ayudar”, respondió la actriz.
Su participación en Ixcanul fue imprevista. Recuerda que cuando Bustamante estuvo haciendo audiciones en Santa María de Jesús ella ni siquiera se enteró. El director fue quien le tomó una fotografía y, de paso, le dijo que mejor no se entusiasmara mucho porque podía no quedar dentro de los papeles.
“La semana siguiente me llamó y me dijo que quedé en el casting . Fue así, muy loco. No sabía nada del casting y él comenta que fui la última en llegar; él estaba yéndose cuando me encontró”, contó sobre ese momento.
Para encarnar el papel de María, la joven mujer alrededor de la cual gira la trama de Ixcanul , la actriz menciona que Bustamante pidió específicamente que se interpretaran las líneas en cakchiquel. Aunque el equipo de producción contó con una traductora, Coroy afirma que los mismos actores colaboraron a imprimir fluidez y autenticidad a sus roles.
Bustamente ha explicado que entre sus razones para elegir a Coroy se encuentran la habilidad de la joven para comunicar con sus ojos una “fuerza pasiva”.
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No obstante, la actriz afirma que no se parece en nada a su papel: “María es muy sumisa y yo soy totalmente diferente. Yo viajo, salgo de casa, estudio y me relaciono mucho con las personas, cosa que María no hace”.
De hecho, Coroy habla abiertamente sobre las diferencias que existen entre la vida que ella lleva y las condiciones de otras mujeres indígenas en Guatemala.
“Santa María de Jesús es un pueblo muy abierto, es diferente al mundo de la película. Todos tienen derecho de educarse, las niñas sí estudian, pero en otras comunidades no”, explicó.
“En algunas comunidades de Guatemala, aparte de que no les forjan la educación sexual, tampoco tienen derecho a la educación, no tienen derecho a estudiar. La mujer no tiene el derecho a estudiar como tampoco tiene derecho a salir de la casa, no tiene derecho a trabajar ni a hacer lo que ella independientemente (quiere). A la mujer le imponen”.
La misma educación de Coroy estuvo en pausa. Cuando estaba en quinto grado de escuela la abandonó para ayudar a su mamá en el mercado.
Tuvo que hacerlo porque sus dos hermanas mayores se habían casado y tuvo que colaborar para sostener el hogar en el que viven sus dos padres con los seis hijos que aún no han salido de la casa.
Este año, cuenta, se va a graduar de la secundaria. Sus planes a futuro son ingresar a la universidad para estudiar actuación y ciencias de la comunicación.
Estuvo cerca de negociar una segunda película, pero explica que el director se atrasó en firmar el contrato y entregarle el guion.
Con Bustamante, planea otro largometraje, aunque todavía no está en producción.
Después de estrenar Ixcanul en festivales internacionales, la cinta ha tenido moderadas proyecciones en Guatemala. Coroy afirma que han ido estrenándola por distintas regiones guatemaltecas (todavía no llega a Santa María de Jesús).
El equipo de la película se alió con asociaciones locales para gestar lentamente algunos cambios. En su país, la película ha sido vital para exponer los problemas indígenas; entre ellos, problemas de educación formal, sexual y, menos tangibles, irrespetos en instituciones públicas y expresas violaciones a sus derechos fundamentales.
“La primera proyección fue la ley de matrimonios de menores; anteriormente se permitía casarse a los 14 años y se reformó para que fuera a los 18 años. Es un avance muy importante pero seguimos trabajando para dar voz y seguir hablando de la trata de personas y la difusión del idioma y la cultura”, detalló.
A pesar de esos ligeros cambios, su vida sigue igual. “La misma mecánica. En la casa ayudo a mi mamá, estudio y, a veces, por parte de la película, me dicen que vaya a hacer una entrevista. Es muy normal”, afirma.