Wes Craven era un artista y la sangre era su pincel. El lienzo que utilizó para plasmar su obra, el cine, cayó en sus manos por pura casualidad a principios de la década de los años 70.
Las noticias de su muerte, a causa de un tumor cerebral, han sido entregadas junto con los nombres de las dos cintas que lo sacaron del anonimato: Pesadilla en Elm Street de 1984 (responsable de uno de los monstruos más reconocidos del cine de terror: Freddy Krueger) y Scream de 1996.
Sin embargo, la primera producción que escribió y dirigió fue aquella que definió por completo su estilo, el largometraje de asesinatos, violaciones y venganza La última casa a la izquierda (1972).
Craven colaboró en ella con el productor Sean Cunningham, quien también lograría su propia franquicia de terror con la cinta de 1980, Friday the 13th .
Antes de siquiera pensar en escribir el guion de La última casa... , Craven se enamoró profundamente del cine europeo.
Impresionado por el trabajo de dirección del sueco Ingmar Bergman y el italiano Federico Fellini, Craven renunció a su puesto como profesor y se mudó a Nueva York para entrar al negocio.
A sus 30 años, Craven comenzó a hacer labores sencillas de edición para Cunningham. Sin embargo, ninguno de los dos tenía mayor conocimiento sobre cómo escribir o filmar una película.
“Sean tenía unos tipos con dinero que querían hacer una película interesante, y que tenía que ser de miedo. Recuerdo literalmente una conversación en la que dije: ‘Sean, no sé nada sobre hacer una película de miedo’. Y él me dijo: ‘Bueno, fuiste educado como un fundamentalista religioso, solamente saca todos los esqueletos de tu clóset’”, dijo en el 2009 a la revista AV Club .
Monstruos. Los primeros monstruos de Craven fueron humanos comunes: una pareja casada de un suburbio estadounidense que descubre durante una cena las horribles depravaciones que unos psicópatas le hicieron a su hija adolescente.
En esa sencilla historia está la clave para las películas que consolidarían más adelante su carrera: la crudeza de la sangre, las torturas y las violaciones; la escalofriante inestabilidad de la psique humana; el negro humor que, irónicamente, provoca la violencia.
Craven y Cunningham recibieron suficientes ganancias de La última casa a la izquierda como para continuar trabajando en otros proyectos. Guiones de comedia, historias de amor y hasta una historia sobre Vietnam.
Sin embargo, ninguna productora quería invertir en otra cosa que no fuera terror. Así que en 1977, Craven volvió a dirigir:
“Un amigo se había mudado a Las Vegas con su esposa y me dijo: ‘Hay todo tipo de desiertos aquí, no creo que tengas que sacar permisos para grabar, así que escribe algo’. Así escribí Las colinas tienen ojos ”, contó el año pasado a la revista Filmmaker.
Después de esa segunda cinta, Craven estaba condenado. Lideró otras películas que no tuvieron tanto impacto como las anteriores, entre ellas La cosa del pantano (1982) y la secuela de Las colinas tienen ojos en 1985.
El encasillamiento era difícil para Craven, pues su círculo regular de amigos académicos en Nueva York rechazaba la violencia y perversión de su trabajo.
Cuando creó el personaje de Freddy Krueger para la película Pesadilla en Elm Street , se inspiró en los esqueletos que le había mencionado Cunningham.
Su historia irrumpía de nuevo en la tranquilidad de las familias estadounidenses para presentarles a un asesino que no era capaz de dejarlos en paz ni siquiera en el sagrado tiempo del sueño.
Krueger elevó el estatus de Craven como director, de Johnny Depp como actor –fue su primer papel– y hasta sacó de la completa quiebra a la productora New Line Cinema – que terminaría a cargo de El Señor de los Anillos – .
Después de popularizarse en secuelas de cine y una serie televisiva, Craven volvió a trabajar con Krueger en 1994 para La nueva pesadilla de Wes Craven .
De nuevo, frustrado con el círculo vicioso, el cineasta liberó en 1996 el otro hito por el que se le reconoce en la industria: Scream .
Antes de convertirse en franquicia, la película sobre un grupo de estudiantes de cine que es perseguido por el asesino Ghostface motivó a una nueva generación a refrescar las historias de terror tipo slasher (películas en las que la gente común y corriente se enfrenta a un asesino creativamente sangriento).
Craven dirigió las tres secuelas de la historia. La última de ellas fue estrenada en el 2011.
Antes de morir, la leyenda del cine trabajaba como productor ejecutivo de la última pieza de su sangriento legado: una versión televisiva de Scream , estrenada en junio en el canal MTV.
El legado de Craven
La última casa a la izquierda (1972).Su primer cinta con contenido sexual y violencia. Recibió un remake en el 2009.
Las colinas tienen ojos (1977).Cinta sobre una familia de salvajes que viven en el desierto de Nevada. Tuvo su remake en el 2006.
Pesadilla en Elm Street (1984).Primera aparición de Freddy Krueger, un asesino que mata a sus víctimas mientras duermen.
La Nueva Pesadilla De Wes Craven (1994).La única secuela de Krueger que dirigió Craven.
Scream (1996).Primera cinta de la franquicia del asesino Ghostface. Un grupo de jóvenes cineastas es atacado por un asesino inspirado en películas de terror.