Si hay un asunto que en Estados Unidos se ha vivido con doble rasero es el tema racial. Incluso, el discurso de los derechos humanos olvidó la esclavitud de los negros y, con el tiempo, dicho vasallaje solo fue tomando otras formas, tal vez menos crueles, pero igual de discriminatorias.
Aún hace poco, hemos visto la contradicción de que dicho país tenga un presidente negro, pero que –en las calles– ese color de piel sirva para que seres humanos sean perseguidos, golpeados y asesinados por policías blancos. La exclusión se extiende ahora a latinos, entre otros, con el anuncio de muros atávicos.
Tal asunto es columna vertebral de una película valiente, no tan bien elaborada, pero que advierte sobre un pasado que aún no acaba del todo. Se trata del filme Talentos ocultos, dirigido con poca pasión por el neoyorquino Theodore Melfi.
Una película como esta debiera mostrar más enojo y ser menos melodramática, con la historia de tres brillantes mujeres que son ignoradas y discriminadas por su doble condición de ser mujeres y negras (las secuencias de cuando una de ellas debe ir al servicio sanitario allá lejos, porque en su trabajo no lo hay para personas negras, es irritante para el sentimiento humano).
A los blancos, chamanes de una "civilización" impuesta por ellos mismos, les ha sido muy difícil entender que los "otros" (negros, en este caso) son sus hermanos. Los hechos denunciados por este filme de una segregación vergonzosa ocurren en los años 60 del siglo pasado, en plena carrera espacial, cuando Estados Unidos no quiere rezagarse frente a los avances orbitales de la Unión Soviética.
En dicho ciclo, los aportes de tres mujeres negras, a saber, las matemáticas y astrofísicas Katherine Johnson, Dorothy Vaughan y Mary Jackson, debieron enfrentar toda clase de prejuicios (hasta el olvido) por su aporte de cálculos necesarios para que John Glenn realizara, con éxito, su órbita completa alrededor de la Tierra.
Hoy, Talentos ocultos es una especie de solicitud de perdón por lo que sucedió entonces con dichas mujeres y, de manera clara, ante la segregación sufrida por seres humanos cuya piel no era blanca.
El filme es intenso por momentos, pero decae con su ritmo de manera fácil, como si de pronto se asustara de su propia denuncia: le falta más energía, no solo con las imágenes, sino también con los diálogos.
Eso es entendible, Talentos ocultos es filme que se mueve en una sociedad donde aún el racismo, la xenofobia y el machismo le son estructurales.
Por eso, uno entiende y admira el amor que le pusieron a sus trabajos las tres actrices principales: Taraji P. Henson, Octavia Spencer y Janelle Monáe. Igual, es notable el empeño de Kevin Costner por darle limpieza a su personaje y hacerlo creíble en medio del conflicto racial.
Las actuaciones están por encima de la dirección "sentimentalona" que quiso el director para ir tras un Óscar o varios. También, el filme se salva con la ayuda de la música incidental de Hans Zimmer y con las canciones de Pharrell Williams. Esta película hay que verla para sumarnos a sus intenciones.
Ficha técnica
'Talentos ocultos'
Título original: 'Hidden Figures'
EE.UU., 2016
Género: Drama
Dirección: Theodore Melfi
Elenco: Taraji P. Henson, Octavia Spencer, Janelle Monáe, Kevin Costner
Duración: 127 minutos
Calificación: Cuatro estrellas de cinco posibles