Usted siente la vibración usual en el bolsillo del pantalón: un mensaje. Cualquier mensaje. Pero esta vez trae una pieza de información totalmente inesperada –y de un remitente desconocido–. Es la fecha de su muerte. La hora exacta de su desaparición física.
Ha llegado a usted porque hubo un pleito en el cielo. O más bien, en Bruselas, que es donde viven Dios y su familia (al menos, según Jaco van Dormael, director de El nuevo Nuevo testamento , una multipremiada comedia negra belga que llega a cines de Costa Rica este jueves, distribuida por Pacífica Grey).
Ea, la hija pequeña de Dios, se hartó del cabrón que tiene por padre y, en una travesura que parece revolución metafísica, ha hackeado a la computadora maestra del mundo y nos ha enviado lo que nos mantiene vivos: el conteo definitivo de nuestra vida.
Tras tal travesura, escapa de casa y se dedica a buscar a seis nuevos discípulos, para que alguno escriba un “nuevo Nuevo Testamento” que retire del poder a su nefasto padre, demasiado entretenido con ver sufrir a todos.
Suena a material de tragedia, pero en El nuevo Nuevo testamento , es difícil separar la risa de esa batalla divina. Al fin y al cabo, todos lo hemos pensado: de saber cuándo moriremos, lo que en realidad haríamos es... nada. Dejar atrás toda responsabilidad.
“En este filme, el hecho de que todos sepan cuándo morirán hace que casi todos dejen de hacer tonterías”, dijo Jaco van Dormael a Viva , vía Skype. “Todos se detienen para enfocarse en la vida, esperar y no hacer nada. Yo mismo, a veces me doy cuenta de que estoy viviendo pensando ‘O.K., mañana estará bien’. Hoy trabajo y mañana todo estará bien. Pero cuando el tiempo es corto, hoy tiene que estar bien, y ayer también”.
La irreverente cinta belga ha recaudado más de $15 millones en taquillas del mundo y fue nominada al Globo de Oro como mejor película de habla no inglesa.
Cuenta con Pili Groyne como Ea, hermana de J. C. (el más conocido de los hijos de Dios), Benoît Poelvoorde como el Ser Supremo, y como algunos de los dañados personajes que Ea conocerá, la celebérrima Catherine Deneuve, François Damiens y otros destacados actores europeos, como Johan Heldenbergh.
Fe torcida. En esta película, como en el filme de culto Mr. Nobody (2009), hay una preocupación de Van Dormael por explorar qué hace que una vida valga la pena vivirla, siempre en clave de fantasía.
En aquella cinta, protagonizada por Jared Leto, quedaba solo un hombre mortal en la Tierra; los demás, imperecederos, entreveían, a través de él, el valor de la existencia. Ese filme lo dio a conocer, pero mucho tiempo después de realizado: le tomó cuatro años lograr distribución en Estados Unidos, y en Europa tuvo distribución limitada. No obstante, es “su filme preferido porque es el más loco”, el que más juega con la estructura narrativa.
Ahora, es la rebelión de Ea, que se busca una banda de auténticos perdedores, la que nos permite ver qué vale más en la vida. Lo hace a través de una estructura episódica que recuerda relatos bíblicos: Ea va reclutando a los discípulos uno a uno, sacándolos de sus vidas miserables en la “gris y húmeda” Bruselas. Entre visiones fantásticas, relaciones inconcebibles y fuertes trazos de humor, Ea lucha por la felicidad. Con la muerte tan cerca, puede pasar cualquier cosa... y así es.
¿Qué siente sobre la forma en la que la cultura contemporánea trata la muerte?
No sé en Centroamérica, pero en Bélgica y Europa es algo muy lejano, nunca pasa hasta que pasa. Nadie piensa en ella hasta que sucede. Creo que la idea de saber que eres mortal te hace vivir.
Todos tienen diferentes reacciones, pero en países católicos, ¿cómo cree que se recibirá y cómo ha sido discutido?
Me sorprendió que en Italia, que es muy católico, funcionó muy bien. En Bélgica, la Iglesia dijo que tenían que verla, porque es interesante para discutir el lugar de la mujer en la Iglesia y temas así. La gente me pregunta si no tengo miedo, y no me había dado cuenta de que debía tener miedo de algo. No es algo contra la religión: es más un cuento que usa el gancho de la religión. No creo en Dios, así que no es algo que sea en contra. Mi intención no era escandalizar. Pero creo que es un buen momento: es algo importante ser capaz de reírse con todos de todo, es una especie de utopía. Empezamos a filmar cuando en Francia había una marcha contra el matrimonio homosexual y vi a niños con cruces en la calle y pensé que era atemorizante. Mientras lo editaba, ocurrió lo de Charlie Hebdo , y pensé: ‘esto es muy atemorizante también’. Estos dos momentos en que religión y la vida real estaban mezclados con tanta violencia... Con mi editor, conversaba sobre esta idea de que era importante continuar en esta utopía de poder reírse de todo con todos.
Menciona estos dos momentos que mezclan muy claramente la idea de que la religión está basada en el miedo, algo ampliamente discutido. Pero, ¿qué piensa de ese miedo?
No solo es la religión. Cada dominación usa el miedo. El filme es sobre la dominación, de un hombre a la mujer, padre al niño... Es la misma que existe en la política y en la familia. Es la ley que dice que tienes que obedecer o serás castigado. Lo que esta pequeña niña dice es que nadie será castigado: haz lo que quieras y ama a quien quieras amar.
Una de las cosas más claras en la cinta es que trata de subvertir la dominación masculina sobre la religión. ¿Fue algo que se propuso o que fluyó del personaje de la pequeña niña?
Fue algo que surgió desde el principio. Tengo una educación católica y mi coguionista tiene una educación judía, y en ninguna de las religiones las mujeres dicen una palabra. Son miles de páginas de textos sagrados y en ninguna una mujer dice más de dos líneas, tal vez. Es muy sorprendente, porque cuando yo era niño, mamá hablaba más que mi padre. Pensamos, ¿qué tal si hay mujeres en esa historia, pero nunca hablamos de ellas? Él tiene una esposa, pero hizo que ella no tuviera acceso a la computadora. Él tiene la llave, pero tal vez ella sea Dios y no él...
Eso me lleva a la perspectiva infantil de las cosas que vemos aquí. Ha sido usada en literatura y cine, esa idea de que la forma de acercarse a Dios o la espiritualidad es pensar como niño...
Aquí es la niña la que tiene soluciones, soluciones que puede encontrar por su cuenta. Cuando tienes 9 o 10 años tienes soluciones muy sencillas, nada complicadas. Ella tiene soluciones reales a los problemas.
Me criaron católico también, y recuerdo que siempre se hablaba de los apóstoles como infalibles, santos desde el principio. En el filme, son gente como nosotros, pecadores como nosotros.
En la película son bellos perdedores. Me gusta la idea de tener apóstoles que sean bellos perdedores. Tal vez no es tan lejano de los originales: si lees la historia de lo que podría pasarles, les decían que escondieran, que no se quedaran mucho tiempo en la misma ciudad... Jesús era un rebelde. El libro original fue escrito algo así como 380 años más tarde. Lo que leemos en la escuela fue algo escrito por un grupo de hombres que decidieron qué entraba en el libro y qué no.
Todos estos textos religiones y todas las ideas principales son escritas por hombres, para hombres, y se supone que son universales. De repente, tener a una niña subvirtiendo eso parece tan rebelde, y es tan natural…
Totalmente. Y cercano a nuestra vida real.
¿Cree que pasa en la vida real?
Tengo dos hijas, así que sé que sí pasa. Son rebeldes y son fuertes. Y no tienen miedo.
La distribuidora Pacífica Grey invitó a seis escritores a imaginar qué harían si se les revelara su fecha de muerte y escribir un texto inspirado en ello. Carlos Cortés, María Montero, Diego van der Laat, Silvia Piranesi, David Ulloa y Diego Delfino recibieron una fecha al azar y ahora se podrán leer sus textos en la página de Facebook de Pacífica Grey (facebook.com/pacificagrey) a partir del 8 de setiembre.
La película estará en salas de Cine Magaly, Cinemark, Cinépolis y Nova Cinemas a partir del jueves 8 de setiembre.