Por Alexánder Sánchez
Miguel Gómez
Director de Amor viajero
Amor viajero es la sétima película de Miguel Gómez, el cineasta más prolífico del cine de ficción tico. Ha llevado a la pantalla las películas El cielo rojo (2008), El sanatorio (2010), El Fin (2011), Italia 90 (2014), El cielo rojo 2 (2014) y Maikol Yordan de viaje perdido (2015).
Para Gómez, que tiene 9 años de carrera, en Amor viajero se nota su evolución como profesional y será notorio para el público.
Ya son siete películas y uno pensaría que Miguel Gómez, a esta altura, tendría que mostrar un mejor producto en el cine. ¿Es así con Amor viajero ?
Vi la película durante un ensayo y percibí mejoras en lo que siempre he hecho. Eso es importante para mi y el público lo va a notar en la pantalla.
¿En qué, específicamente, se nota esa evolución?
Se nota en la puesta en escena. Por ejemplo hubo una secuencia de la película que filmé dos veces y que al final la quité, eso habla de que ahora tengo un criterio más amplio en ese sentido.
”También ahora tengo más libertad al dirigir a los actores. La película tiene muchas apuestas y una de ellas es eso, que los actores puedan aportar a la película con opiniones y sugerencias. Para mí el cine es arte colectivo”.
Usted habla de Montmartre como un lugar que terminó de inspirar la cinta. ¿Qué otro lugar o hecho se volvió vital para terminar de cocinar la historia?
Escuché muchas historias de amor relacionadas con viajes, pero es cierto que Montmartre y específicamente un viaje que hice a Nueva York, con mi hijo, me inspiraron mucho.
”Yo notaba como él andaba descubriendo el mundo y veía que a través de sus ojos lo redescubría yo también. Esa vez yo andaba en un periodo de reconquista y en eso anda el personaje de Marco en la película, quien tendrá un cambio importante”.
Usted menciona la muerte de su papá como un hecho relevante para la cinta...
Murió un mes antes de la filmación. Eso ayudó para que la cinta quedara con mucho corazón. Se siente el amor en ella. La cinta trata de amar con libertad y así aprendí a amar a mi papá.