Imagine ser un soldado que necesita de un milagro para poder volver a casa, aunque sea con los brazos caídos.
Imagine la desesperación de sentir al enemigo respirando en la nuca, cada minuto más cerca, sin una escapatoria posible.
La guerra no perdona y las situaciones extremas pueden sacar a flote lo mejor o lo peor del ser humano, movido por la adrenalina, el instinto de supervivencia, el miedo o, incluso, la resignación.
Dunkerque, la nueva cinta de Christopher Nolan, lleva implícito un profundo carácter humanitario. Es el hombre contra la muerte, contra las balas, contra la derrota, contra el destino.
El cineasta que estampó su firma en la trilogía de El caballero de la noche, El origen e Interestelar se apropia ahora de uno de los episodios más tensos de la Segunda Guerra Mundial.
Sucedió en las costas de la ciudad francesa de Dunkerque, en mayo de 1940.
Los libros de Historia recordarán que el ejército alemán había conseguido abrirse paso a través de Bélgica, Holanda y Luxemburgo y habían penetrado en el norte de Francia.
A paso firme, las tropas nazis lograron acorralar en Dunkerque a casi 400.000 soldados británicos y franceses.
Adolfo Hitler parecía invencible y Winston Churchill temía una posterior invasión a su isla, por lo que había reservado el grueso de la fuerza aérea para la defensa de su territorio en caso de que las tesis estuvieran en lo cierto.
Así, la Fuerza Expedicionaria Británica había fortificado la ciudad de Dunkerque para retrasar el avance del enemigo y facilitar la evacuación.
Sin embargo, con Alemania atacando por agua y por aire, se requería de un milagro. Su rescate se conoció como la Operación Dinamo.
Aunque la cinta de Nolan se enmarca en este fragmento crucial de la Segunda Guerra Mundial, pareciera que el cineasta omite adrede los detalles históricos y zambulle al espectador en la zozobra del campo de batalla desde el primer minuto, y no le da tregua alguna durante casi dos horas de drama y batalla.
De hecho, el calificativo “nazi” está completamente desterrado de su filme y Nolan nunca pone rostro al enemigo.
Pero el cineasta británico no peca de desidioso; por el contrario, su nuevo filme es una historia bien calculada para instigar al público a sentir en carne propia la angustia de los soldados británicos, pues los franceses tampoco tienen un rol protagónico.
“Crecí escuchando la historia. Mi abuelo paterno murió en la guerra, era el navegante de un bombardero Lancaster, así que me formé en medio de relatos sobre su vida. Para los británicos, esta historia se siente cercana, y eso significa para mí una enorme responsabilidad a la hora de asumirla”, dijo Nolan en una entrevista con la revista Semana .
Maraña temporal. En Dunkerque, Nolan narra simultáneamente tres historias que convergen en la Operación Dinamo.
Una es la de los soldados británicos en la costa, quienes aguardaron durante una semana; otra es la de los marineros de un yate civil que se lanzaron a las aguas en respuesta al llamado para rescatar a los combatientes, que transcurre a lo largo de un día; y una más sobre la hazaña realizada por un piloto de la Real Fuerza Aérea Británica en cuestión de una hora.
“Nolan alterna el horror y el suspense en tierra, mar y aire. Abajo intentan resguardarse y esperan. Hay pocos barcos para tanta angustiada gente, pero la población civil en posesión de algo que navegue también se lanza al mar para salvar a los suyos. Y los spitfires se enfrentan en el cielo a los aviones de caza alemanes que están demoliendo a los de abajo. Y en esa espera y en la travesía funciona la solidaridad pero también el sálvese quien pueda”, apunta el diario español El País.
En su filme, el cineasta no menciona a los personajes más reconocidos de esta historia, sino que convierte a hombres comunes y corrientes en los verdaderos héroes del largometraje: algunos civiles, otros soldados de bajo rango.
“Dunkerque no habla de heroísmo sino de humanidad. Lo único que quieres de estos chavales es que sobrevivan”, resalta El País.
Desde ya, este filme es catalogado como uno de los mejores del año y uno de los favoritos para competir por el Óscar, con un puñado de buenas críticas que rescatan el trabajo de un Nolan comprometido con la historia, cuidadoso de cada detalle.
Las fuertes imágenes y los escasos diálogos se complementan con una majestuosa banda sonora del maestro Hans Zimmer.
“Desde que vimos las primeras imágenes, supimos que Christopher Nolan brillaría más que nunca en Dunkerque . Estamos acostumbrados a que este director nos sorprenda y nos encandile con todas y cada una de sus películas, pero todo parece indicar que en este caso ha ido más allá”, señala El Mundo.
El propio Nolan está consciente de que Dunkerque llevó su filmografía a un nuevo nivel, aunque se niega rotundamente a admitir que se trate de su obra más personal.
El cineasta optó por filmar casi en su totalidad en formato IMAX y, por supuesto, en celuloide.
Durante todo el rodaje, Nolan se sentó al lado de los operarios de cámaras, de modo que sus ojos captaran imágenes lo más semejantes posible a lo que se vería en la gran pantalla. “La historia es la que me dice dónde poner la cámara. Y en ese aspecto, Dunkerque es la película más agresivamente subjetiva que he rodado nunca”, explicó a El País.
Como era de esperarse, ese estilo meticuloso y su amor por lo análogo –Nolan es un tipo que ni siquiera tiene teléfono celular– le valieron el aplauso.
“Dunkerque es un regreso al cine para ser visto en el cine, una muestra majestuosa, brutal, estética y conmovedora, del absurdo de la guerra, (...) una obra maestra que hay que ver más de una vez”, afirma Lucero Solórzano, del diario Excélsior.
Con un presupuesto cercano a los $100 millones, de acuerdo con el portal especializado Internet Movie Database, tan solo en su primer fin de semana en Estados Unidos ya consiguió recaudar la mitad de lo invertido.
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Este jueves, Dunkerque llega a los cines nacionales con la promesa de trasladar al público a un escenario bélico que te aferra a la butaca y que rinde tributo a la valentía de los caídos en batalla, los sobrevivientes y los civiles que arriesgaron sus propias vidas en defensa de su patria.