Entonces nosotros (2016) es todo menos predecible. Eso se respeta y se agradece, sobre todo cuando las comedias románticas del montón suelen llevarnos al coma diabético de la dulzura, al colmo del cliché o de la irrealidad peliculera.
Hernán Jiménez, director de la cinta que se estrena hoy en los cines ticos, ya lo había advertido: “Esto es una historia de amor, o de desamor... ya verán ustedes”, como un aviso de que la única forma de resolver la trama es sentándose cómodamente en las butacas de un cine.
Pues bien, el caso es que la historia por decodificar involucra a Diego (Jiménez) y Sofía (Noelia Castaño), una pareja en crisis que viaja a las playas de Santa Teresa, en Cóbano, con la intención de rescatar su desgastado romance.
Todo bien hasta que una segunda mujer llamada Malena (Marina Glezer) se mete en medio para agriar los planes de reconciliación de los novios y fomentar –tal como lo proclama Hernán – el “despi...” en que suelen convertirse las relaciones de pareja.
En ese turbulento escenario, las tres almas en conflicto se juntan en el calor de la costa y desnudan sus secretos de una forma muy natural. Sacan al sol sus trapos sucios y exponiendo sus defectos conducen a los ticos a la intimidad de sus emociones.
Se trata de “el final de una historia de amor”, asegura Hernán, pero ese fatal desenlace no dice todo sobre la historia. En el proceso habrá corazones rotos, insólitas revelaciones y risas suficientes para alivianar todos los pesares.
“No es una película para revolcarse de la risa, pero como pretende ser una comedia romántica tiene algo de humor. Sin embargo, hay una corriente que pasa por debajo y no es tan cómica; hay algunas escenas que remarcan esto”, explicó Jiménez.
Detalles del filme. Un desenlace poco convencional, actuaciones sobresalientes y una puesta en pantalla que denota el gran talento de su equipo técnico, aderezan la tercera película de Jiménez, quien como director, guionista y actor principal se nutre de su experiencia en los stand up comedy para moldear e inyectar chispa a Diego.
En esta ocasión, Jiménez no se inventa poses dramáticas en pantalla. En la película “Hernán, es Hernán”, parecen proclamar a coro quienes ya han visto la película y que al mismo tiempo no dudan en calificar el filme como seductoramente “entretenido”.
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“No es casualidad que el personaje se haya acercado a cosas que conozco bien hacer. Mis tres cintas han sido muy personales. Diego es una figura que se asemeja al personaje que yo he creado en los stand up comedy , que no soy yo en realidad, pero sí guarda mucho de mis inquietudes en la vida real”, explicó.
En Entonces nosotros, el Diego neurótico e inseguro que se inventó Jiménez para la cinta, se subirá en el escenario como el comediante que conocemos en espectáculos como Vamos x partes y ¡Esto es en serio! . No es que la trama se pierda en sus singulares monólogos, pero sí saca a relucir parte de su patentado estilo en sus parlamentos.
“En los stand up comedy , Jiménez tiene varios personajes en uno solo. El del mae chiva y el del mae un poco polo, perdedor. Creo que es el segundo el que vemos más en la cinta”, dijo Natalia Rodríguez, de Redcultura.com.
“Ahora, no es que Hernán sea Hernán en la cinta. Es solo el personaje que ha creado. Esa incursión en la película es una gran jugada, pues Hernán tiene un gran capital social ganado, mucha gente lo conoce, y se aprovecha de eso”, añadió Rodríguez.
Pero Jiménez no es el único que aporta algo de sí mismo a la película. Noelia Castaño, quien es de origen argentino, dice que la Sofía del filme guarda algo de su personalidad.
“Bueno, hay algo. Yo tengo bastante de Sofía y Sofía tiene bastante de mí”, confesó la protagonista femenina en conferencia de prensa.
“Nos parecemos a la hora de expresar los sentimientos, la sinceridad que ella tiene consigo misma, con lo que siente”, explicó la actriz.
Castaño –quien para Jiménez lleva el peso de la cinta– tiene gran experiencia tras las cámaras. Actualmente vive en España y ha participado en tres largometrajes, uno de ellos es No dejaré que no me quieras (2012), del español José Luis Acosta.
Además, actuó en la serie infantil Chiquititas, programa argentino que se emitió entre 1995 y el 2001 en toda Latinoamérica.
“Cuando leí el guion me reí mucho y, al mismo tiempo, me dije: ‘¿Cómo voy a hacer para que esta chica no le caiga mal a todo mundo y no piensen que le está haciendo la vida imposible a este muchacho? Es una pesada’. Luego hicimos un trabajo para que la gente pudiera sentirse identificada y no cayera mal”, añadió Castaño.
Por su parte, Marina Glezer –quien encarnando a una calculadora Malena se gana el repudio de la audiencia a los pocos minutos de metraje–, tuvo que esforzarse mucho para dibujar su espectro de villana.
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“Mi trabajo en la cinta es un gran reto, una razón por la que acepté tomarlo. Mi personaje requiere de una fuerza importante”, dijo Glezer en tiempos de filmación.
A nivel actoral, la argentina Glezer es quizá la más experimentada del elenco, pues tiene 15 películas en su carrera (entre ellas El Polaquito , 2003) y ha ganado varios premios internacionales. Quizá usted la recuerde en el papel de Mercedes, hermana de Nina (Deborah Falabella), en la exitosa serie de Avenida Brasil .
Aliados. Viviendo entre Nueva York y Costa Rica, Hernán Jiménez se topó con dos grandes socios para hacer Entonces nosotros: las productoras Laura Ávila Tacsan y Chris Cole.
Tacsan es una cineasta tica y entre su currículum figura la cinta nacional Rosado furia (2014). Cole, por su parte, es de origen estadounidense y la mayor parte de su trabajo lo ha desarrollado en su país.
“Las coproducciones son enriquecedoras para todos. Nos permite aprender los unos de los otros, colaborar, adaptarnos y expandir nuestra red de contactos de trabajo”, expresó Ávila.
“Trabajar con Chris Cole fue para mí, como productora, un proceso muy interesante. Ambos aprendimos mucho sobre lo que Costa Rica podría ofrecer y nuestras expectativas. Creo que todos en el crew disfrutamos la mezcla de países e hicimos lindos lazos de amistad”, agregó.
De factura extranjera también es el trabajo de fotografía, departamento que dirigió el estadounidense Ben Hardwickem.
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Los acabados en posproducción –tales como sonido y color– también se realizaron en Estados Unidos y Canadá. En pantalla, el esmero en esos detalles son notorios. “Que los elementos extranjeros se hayan sumado al proyecto fue meramente circunstancial. Fue algo muy bueno, pero en Costa Rica hay mucho material humano para replicar trabajos de este tipo en el futuro”, aseguró Jiménez, quien como era de esperarse ya piensa en nuevos proyectos.
Tampoco se puede obviar la música, que contó con la colaboración de Mark Orton, compositor de la banda sonora de Nebraska (2013), filme nominado a varios premios de la Academia.
Según Jiménez, la producción de Entonces nosotros tuvo un costo de $450.000. Recuperarlos ahora es cuestión de taquilla local y futuras exhibiciones en el extranjero.
A mediados de año, Entonces nosotros se estrenará comercialmente en Panamá y hasta ahí no hay nada más confirmado. Ya veremos que pasa con su viaje.
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