Ni siquiera se había estrenado y Maikol Yordan de viaje perdido ya cosechaba un aluvión de críticas. Luego vino el récord de asistencia, los halagos de un público fiel y los interminables debates en redes sociales: ¿la peli es buena, mala o simplemente cumple con lo que ofrece?
En tan solo cuatro días, Miguel Gómez, director del filme, y los integrantes de La Media Docena, ya enfrentaban una controversia y muchas críticas, pero perdieron protagonismo gracias al empuje de la gente: más de 56.000 espectadores fueron a ver a Maikol Yordan y su aventura europea durante su primer fin de semana.
Ahora, supera los 170.000 espectadores y ya es la película costarricense más vista en cines locales en nuestra historia, rompiendo hitos en tiempo récord.
Gómez, de 32 años y quien este mismo año ya se apuntó otro éxito de taquilla con Italia 90, reaccionó ante los comentarios –buenos y malos– y dejó muy clara la esencia y motivación del cine que produce.
Tras el estreno de 'Maikol Yordan de viaje perdido', hay voces críticas que aseguran que su cine es de categoría B. ¿Usted considera que es así?
Para nada. Es un cine circunscrito en una realidad costarricense muy particular, en la que hay que superar muchas cosas aún. Nuestro cine no depende de ningún estudio ni recibe el apoyo del gobierno. Es un cine muy específico, donde no hay una industria. Es el cine que hago y en el que experimento.
¿Prioriza usted el negocio cinematográfico sobre la calidad del filme?
Estudié en Los Ángeles, un lugar donde te enseñan a ver el cine como un negocio, donde el compromiso con los inversionistas se honra con dinero y eso no significa que la película no vaya a ser de calidad; de hecho, varias de mis películas han ganado premios y estado en festivales. Pero, eso sí, los inversionistas tienen que saber que van a tener un retorno. No se puede estar haciendo películas donde ellos inviertan y no tengan ganancias, eso no es sano para la industria que pretende existir aquí. Yo presento y me involucro con proyectos en los que todo el mundo gane: el público, los productores y los inversionistas.
Los resultados en taquilla parecen avalar lo que dice. ¿Cómo logra eso de hacer ese clic con el público?
Usted lo dice: con personajes e historias que tengan un appeal con el público, tal como Maikol Yordan y como pasó con los personajes de Italia 90. Con Maikol Yordan, me pareció muy válido dirigir una película en la que La Media Docena quería saltar de la televisión al cine. Ellos ya habían sido muy exitosos en un medio y ahora proponían algo que la gente acepta; las salas están llenas y tanto los distribuidores como los productores ganan.
Entonces, ¿usted no se amilana si alguien lo tilda como un simple comerciante del cine?
Es que el mundo del cine es así. Hay blockbusters, películas de cine arte, comedias, dramas y de toda clase. De todo debe existir en una industria sana. Los grandes directores del cine mundial también tienen que responder con resultados económicos. ¿O acaso no lo hace Steven Spielberg o Christopher Nolan o Quentin Tarantino, o cualquiera de esos?
Si el gran público recibe bien la película –como lo apuntan la asistencia y los comentarios en redes sociales–, a usted le importa poco lo que diga la crítica...
No, no es así. Primero uno tiene presente la autocrítica, en la que uno comienza a notar lo que funciona o no de una película y lo que puede mejorar. Uno en el cine nunca deja de aprender y yo apenas estoy comenzando en esto. De la crítica, leo atento lo que dicen y echo para mi saco, aunque con algunas cosas puede que no esté de acuerdo. También presto mucha atención a los comentarios de colegas, que siempre me hacen ver varias cosas y respeto. Una jamás se puede creer que ya la pegó. Luego, junto todo eso y lo comparo con la reacción de público; analizo lo que quiere, lo que busca y hago un balance. Veo lo que puede funcionar o no.
En otros medios y en redes sociales se habla de un número alto y sin precedentes de la taquilla de Maikol Yordan de viaje perdido e Italia 90 . ¿Pueden confirmarlo o comentar al respecto?
A nivel de asistentes, en el país, nunca ha pasado que antes de cerrar el año ya se superaron 280.000 personas en cines entre ambas películas. En números de asistencia es un hito; se ha logrado romper todo tipo de récords y tomar una participación en el mercado a nivel de taquilla en los cines que resulta muy interesante. Esto demuestra que el cine costarricense sí puede ser muy exitoso.
¿Qué motiva a Miguel Gómez a involucrarse con un proyecto?
Sobre todo me debe apasionar, pues las películas siempre se llevan un pedazo de la vida de uno, exigen mucho a nivel familiar y demás. Me debe apasionar mucho porque ningún proyecto te garantiza que va a ser un éxito económico ni nada; la industria del cine es muy cambiante.
¿Qué le apasionó de 'Maikol Yordan de viaje perdido'?
Que era una película que tenía que existir. En el nacimiento de una industria, hay que probar y seguir intentando. La idea cinematográfica de La Media Docena es una forma de seguir pavimentando el camino hacia la industria que soñamos. Sobre todo me encanta el arte de hacer reír. La película de La Media Docena funciona como una orquesta. En la filmación se preparan los acordes y luego se ejecutan en la sala de cine; ya en las butacas es riquísimo ver las risas justo en los momentos en que el grupo planeó que estarían.
¿Qué tal la experiencia de dirigir una comedia pura?
Siempre me ha gustado el género de la comedia, desde que estaba niño. Siempre he sido gran admirador de Chespirito y Cantinflas; por eso, pienso que es bueno que encontremos la forma de reírnos de nosotros mismos y con personajes nuestros.
Dicen algunas críticas que Maikol Yordan es la reproducción de un estereotipo campesino. ¿Qué opina de eso?
El que diga eso, no ha visto la película; no es un estereotipo de nada. Maikol Yordan es un tipo único, con una familia única y especial. Si la gente observa bien, Maikol Yordan tiene demasiadas aptitudes y valores. Por ejemplo, la gente puede ver un personaje que siempre anda en busca de trabajo; es decir, que busca superarse.
Usted dirigió dos largometrajes que se estrenaron en cuestión de seis meses en el 2014. ¿Cómo lograr eso?
Contar con dos equipos de producción muy seguros de lo que estaban haciendo, comprometidos y sumamente trabajadores. Ese es el secreto.
¿Cómo se ve usted a los cincuenta años? ¿Qué tipo de películas se ve haciendo?
Me veo haciendo un drama, aunque también pienso en una película de acción. Lo que si es cierto es que la tengo que chinear, pues sería una película de gran presupuesto y con un estudio de los grandes. Entre los 45 y los 50 años, en su madurez, he visto como los directores que admiro han hecho las películas que, para mí, intentan revolucionar al mundo. Me veo así a esa edad.
¿Cuál es su próximo proyecto?
Viene un biopic para el 2016. Un proyecto interesante que trabajaré con una empresa de animación del país. También ya firmé para realizar un proyecto con un estudio estadounidense, el cual codirigiré. Eso sí, por ahora no puedo decir más detalles.
Colaboró el perdiodista Alessandro Solís Lerici.