En la última década, varios de los grandes nombres de la industria del cine han decidido dejar la actuación, por distintas razones, como Omar Sharif (83), que dejó de hacer roles estelares en 2009, aunque en rigor su último gran proyecto fue "Océanos de fuego", en 2004.
El fin de semana recién pasado se supo que el actor sufre de la enfermedad de alzhéimer, lo que hace difícil que vuelva a actuar. La falla de memoria también motivó al actor de "Harry Potter" Michael Gambon (74) a anunciar en febrero pasado que abandonaba las tablas, porque era incapaz de recordar sus textos. Seguirá activo en la pantalla; de hecho, interpretará a Winston Churchill durante sus últimos años de vida en un telefilme.
Jack Nicholson (78) hizo su última película en 2010, un rol secundario en la comedia romántica "¿Cómo saber si es amor?". En 2013 surgieron rumores de que el tres veces ganador del Oscar estaba en las primeras etapas del alzhéimer, pero él lo desmintió. Dijo que su cerebro funcionaba como el de un matemático y que lo que realmente lo había alejado de hacer películas -aunque no usó la palabra retiro- eran sus pocas ganas de salir de su casa. De hecho, se lo ve rara vez en eventos públicos, y ya ni siquiera va a ver partidos de básquetbol, una de sus actividades favoritas en el pasado.
"No tengo la misma pasión (por actuar). De hecho, una parte de mí nunca quiso la fama. Uno se hace mayor, y cambia", aseguró. Hoy en día está dedicado a la pintura.
Otro que está dedicado al arte, aunque en su caso es la literatura, es Gene Hackman (85). El actor llenó titulares en enero por su supuesta muerte, pero su representante aclaró que está vivo y saludable, y dedicado a escribir libros.
Hackman actuó por última vez en 2004, en la olvidable comedia "Bienvenido a Mooseport", y cuatro años después confirmó que se había cansado y no echaba de menos Hollywood. Ha publicado cinco novelas de ficción que van del drama legal al western. La más reciente, "Pursuit" (2013), es un thriller. Haber terminado hastiado de Hollywood es también el motivo que llevó a Sean Connery (84) a decirle adiós a la pantalla.
El actor confesó que se había aburrido de hacer malas películas -la última, "La liga extraordinaria", de 2003, fue uno de sus mayores fracasos de crítica- y que ya era hora de dedicarse al relajo y a jugar al golf, una de sus grandes pasiones.
Desde entonces, el escocés ha sido poco visto en público. Incluso se negó a aparecer en la celebración de los 50 años de James Bond, disgustado por haber recibido, según él, una ínfima parte de las ganancias de la saga. En su caso también hubo rumores de alzhéimer, que surgieron de una entrevista donde su amigo Michael Caine decía que le preocupaba la mala memoria de Connery. Caine después dijo que había sido "sacado de contexto".
Aunque ya no actúa, Connery ha hecho algunos trabajos con su voz en las películas de animación "Sir Billi" (la más reciente de 2012). Más joven que todos ellos, el comediante Rick Moranis (61) dejó atrás su carrera de actor por una razón más triste. A finales de los 90 su esposa murió de cáncer, y él prefirió enfocarse en la crianza de sus hijos, y no en Hollywood. Su última película fue "Mi querido enemigo", de 1996. Desde entonces ha prestado su voz en algunas cintas familiares; la más reciente, "Hermano oso", de Disney, en 2006.