Todo salió mal. Se suponía que Jar Jar Binks iba a ser un personaje adorable y emblema de la segunda trilogía, en particular, y de la saga, en general. Todo salió tan mal...
El personaje creado por computadora resultó empalagoso y estereotipado. Era tonto y molesto, y los niños (algunos) parecían sentir algún aprecio por este personaje.
Para decirlo de la manera más educada posible, el personaje no funcionó.
De manera casi unánime, Jar Jar Binks se convirtió en el personaje más odiado de todas las trilogías.
Fue tal el repudio, que George Lucas, el padre de Star Wars, tuvo que sacarlo de El ataque de los clones y darle un papel pequenitico, casi testimonial, en La venganza de los Sith.
De todos los personajes de su universo galáctico, Lucas lo señala como su favorito.
Sin embargo, en el reestreno en 3D de La amenaza fantasma , el gungan desapareció de los afiches de promoción.
“Jar Jar Binks extiende hasta la ficción su gran característica: cae mal. Fue expulsado de la comunidad gunga por torpe y pesado”, se lee en Cinemanía.
Víctima. Odiar a Jar Jar Binks se convirtió en un lugar común y en modo de rendir fidelidad a la saga: hay que despotricar contra este personaje para probar que es seguidor digno.
El gungan trajo un daño colateral: Ahmed Best, el encargado del doblaje de la criatura.
Best ganó un Razzie al peor actor y fue postulado para peor personaje, tras el estreno del Episodio I.
“Si un personaje no funciona, no funciona y ya. No me lo puedo tomar como algo personal”, expresó Best (hoy de 42 años), quien, sin embargo, tiene algo claro: no volverá a La guerra de las galaxias .
“Esta película es para una generación nueva. Yo ya tuve suficiente. Así estoy bien”.
Lo que no sabe es si el odiado se alejará alguna vez de su carrera y podrá hacer crecer su carrera: “No lo sé. Ya veremos”.