Con gritos de júbilo y esperanza reaccionó el público del Teatro Melico Salazar al escuchar a Iván Rodríguez, viceministro de Cultura, anunciar la compra del cine Variedades por parte del Estado.
Sin embargo, el anuncio que alegró y sorprendió a muchos en la clausura del Festival de Cine Paz con la Tierra, despertó algunas dudas y suspicacias en redes sociales.
¿Cómo se administrará este proyecto? ¿Tendrán cabida los proyectos privados? ¿Qué tan inclusiva será la iniciativa?, fueron algunas de las interrogantes planteadas en Facebook e incluso Twitter.
Laura Molina, directora del Centro de Cine y una de las promotoras del proyecto, respondió las preguntas y reveló detalles sobre la transformación del Variedades en una cinemateca nacional.
¿Qué entiende usted y el resto de promotores del proyecto por cinemateca nacional?
Es un lugar de formación y de difusión. Un lugar especializado que acopia la cinematografía en un archivo y donde el catálogo se conserva y se difunde. Estará compuesto de material audiovisual tico y también del espectro universal.
¿Cuáles serán las prioridades del proyecto cuando el Variedades sea del Estado?
Lo primero que vamos a hacer es evaluar el espacio, equiparlo con nueva tecnología y asegurarnos que sea apto para que el sector audiovisual pueda desarrollarse.
¿Qué sucederá con el archivo fílmico del Centro de Cine?
El archivo fílmico será parte del proyecto, pues es un recurso que colecciona no solo los filmes que se han hecho por intermediación de esta institución, sino todo el material de las Muestras de Cine y Video y de los últimos festivales.
¿El archivo fílmico sería trasladado al cine Variedades?
No necesariamente, es algo que tenemos que medir. En el Centro de Cine tenemos bodegas especiales que no tienen que migrar. Lo que se haría, eso sí, es difundir los materiales allá.
Se dice que además de la sala y el pasillo del Variedades, existe toda una estructura aprovechable que el público no conoce. ¿Es cierto?
Detrás del escenario hay grandes espacios que pueden servir para muchas cosas. Por esa razón, lo primero que vamos a hacer es rediseñar el espacio; por ejemplo, analizaremos si el escenario se puede agrandar y si en la parte de arriba podemos poner algo más especializado en tecnología.
¿A qué aparatos se refiere cuando habla de más tecnología?
A instalar un equipo de edición y de corrección de color, entre otros.
En general, ¿qué tipo de obras se estarían proyectando allí?
Queremos que sea un espacio para que el artista nacional pueda contar con un lugar para proyectar y difundir su obra. Estamos en contacto con embajadores de otros países, para ir conformando toda la cinemateca y se piensa comprar obras, que ahora son mucho más accesibles.
¿Qué tipo de administración tendría la cinemateca?
Es algo que estamos valorando; hay varias figuras que se pueden utilizar, hay que valorarlas.
”Recuerde que esto es un trabajo de transición, de análisis, hasta ahora vamos a pasar por el proceso de compra de la manera más favorable. Luego veremos cómo se procederá para el buen uso de las instalaciones, ya veremos qué figuras utilizar. Ahora creo que no se debe especular”.
¿Como va caminando el proceso de compra?
En este momento, todo está en manos de la autoridad presupuestaria y la Contraloría.
¿Cuándo podría darse la compra definitiva?
No sabemos con exactitud, porque la autoridad presupuestaria tiene sus propios tiempos.
¿Cuánto dinero invertirá el Estado en la compra del Variedades?
Ese dato no se lo puedo dar con certeza, hasta que no se resuelva todo en la Contraloría. Sí le puedo decir que es un valor dado por un perito del Ministerio de Hacienda, no es un valor impuesto por el dueño ni por el Centro de Cine, ni por nadie.
¿Qué pasará con proyectos privados como Mi Butaca Cine Club, que desde hace tiempo tienen como sede el cine Variedades?
Son esfuerzos privados que podrían seguir funcionado allí, en convenios colaborativos y de producción. Con una cinemateca la idea es abrir espacios, no cerrarlos. Ese tipo de iniciativas privadas, según sea el caso, pueden existir.
Mi Butaca Cine Club ya no funcionará en el Variedades. Según la organización, noviembre es su último mes en el lugar.
Al respecto, nosotros no hemos mediado en ningún momento.
Entonces, ¿fue una decisión de la administración actual del cine?
Probablemente así sea. No tengo conocimiento.
En este momento, el Variedades tiene proyecciones regulares, incluso diarias. ¿Será igual cuando pase a manos del Estado?
Esa es la idea, que esté activa siempre, que sea un espacio de encuentro, de gente que quiere crear pensamiento y que quiere educar cinematográficamente.
El cine tiene equipo en 3D. ¿Eso está incluido en la compra?
Sí, todo.
¿Se exhibirá cine comercial?
No vamos a hablar de obras comerciales, sino de calidad. Si la obra aporta algo cinematográficamente puede exhibirse. Eso sí, no será un cine comercial, será alternativo, de estudio. Un cine más relacionado con el arte.
En redes sociales se ha externado la preocupación de que la administración de la cinemateca se convierta en una maraña burocrática. ¿Qué piensa usted al respecto?
Yo creo que la persona que se ha acercado al Centro de Cine y ha trabajado con nosotros, sabe que aquí se puede trabajar bien. Creemos que existen las figuras necesarias para poder generar proyectos.
¿Responde este proyecto a los esfuerzos del Ministerio de Cultura por aprobar una ley de cine?
Responde a la demanda de un sector que va creciendo y que está rezagado con respecto a otros países de la región. Son acciones que van de acuerdo a las necesidades. Ojalá podamos avanzar rápido.