Cantar tan fuerte como para quedar sin voz y llorar de la emoción como si en verdad estuviera frente al escenario del concierto de One Direction. Así vivió Josabeth Hernández, de 17 años, la nueva película de su banda favorita.
Al igual que esta vecina de Desamparados, cientos de directioners (como se les conoce a las seguidoras de la banda) disfrutaron del estreno de Where We Are.
“Fue lo mejor de mi vida, un sueño, fue como estar en uno de sus conciertos. Cuando veían a la cámara, sentía que me estaban cantando a mí, fue como mirarlos de cerca”, aseguró Hernández, entre suspiros y lágrimas.
One Direction es un fenómeno, cualquier incrédulo lo pudo comprobar simplemente con permanecer un minuto en la sala 4 de Cinépolis de Desamparados, durante el largometraje. Desde antes de las 4 p. m., el recinto se inundó con niñas y adultos que imaginaban estar junto a su boy band predilecta.
Para algunas no importó salir desde las 9 a. m. de Atenas, con tal de llegar al mediodía al cine. El objetivo de Karla Durán, Jocelyn Trigueros y Génesis Gutiérrez fue disfrutar de todas las actividades previas, como juegos, música y rifas.
“Verlos en el cine es hermoso, son geniales, demasiado lindos y la música es demasiado genial”, afirmó Durán; ella compró su entrada el 15 de agosto.
Pura emoción. En el interior del cine los fans armaron una gran fiesta. Un par de minutos fueron suficientes para organizarse, cantar y hasta hacer la ola.
Taparse los oídos fue la mejor defensa que tuvo uno de los empleados del cine cuando comenzó la proyección. Al igual que él, los demás asistentes experimentaron el rugido de unos 200 fans al borde del delirio por 1D (como suelen abreviar el nombre del grupo).
La película comenzó con una entrevista con Louis Tomlinson, Harry Styles, Liam Payne, Zayn Malik y Niall Horan. Cualquier broma entre estos jóvenes fue motivo suficiente para alzar la voz y soñar que las escucharían cuando les gritaban: “ricos”, “mi amor”, Harry mi amor”, o “¡te amo!”.
Mariana Valverde (12 años), sentada en primera fila, no dejó de reírse y volver a ver a su hermana María (9 años) cuando desde la pantalla los músicos contaban las anécdotas que viven en la gira.
Cuando la música apareció, las directioners ticas compitieron con sus gritos contra las fans italianas en la gran pantalla; varias veces les ganaron.
Midnight Memories , Little Things , Alive y What Makes You Beautiful fueron el detonante para que, una y otra vez, el lugar vibrara con la euforia juvenil. Los ojos apenas visibles chispeaban y algunas preferían llevarse sus manos al pecho, para tratar que su corazón no saliera de la emoción.
Entre todos estos jovencitos, en el primer asiento de la fila dos, Francisco Valverde parecía ser el único adulto de más de 30 años en las butacas. Su misión fue acompañar a sus dos hijas, pero él también disfrutó de la película.
“De una u otra forma uno termina siendo un seguidor de One Direction. La verdad es que ellos son muy buenos y también disfruté”, aseguró Valverde.
Cuando el final llegó, nuevas lágrimas de felicidad aparecieron. Fue perfecto, repetían una y otra vez.
Una última estampa: Cuatro amigas caminaban abrazadas, como grito de guerra se les escuchó “¡One Direction, One Direction!”, ellas regresaron felices al hogar.
Detrás quedó otro centenar más de directioners que aguardaban para vivir la misma historia. Las funciones finalizan hoy domingo, en las salas de Cinépolis.