Una obra dirigida por Peter Brook es un acontecimiento. El artista británico es uno de los más influyentes directores teatrales del siglo XX; tiene 92 años y su carrera se ha prolongado por 74. Sus escritos son escuela; sus montajes, desafíos. Ahora, por tercera vez, nos enfrentaremos a uno de ellos en un escenario costarricense.
La Asociación Cultural Teatro Espressivo y el Teatro Nacional presentarán Battlefield en honor a los 120 años del principal teatro del país.
Se presentará en dos funciones al público: 18 y 19 de octubre (8 p. m.), con precios de ¢8.000 (galería), ¢10.000 (palco y platea), ¢12.000 (luneta) y ¢15.000 (butaca). Puede adquirirlos en battlefield.cr (la obra se interpretará en inglés, con sobretítulos en español; y se puede leer en español en el sitio web).
Es una producción del Théâtre des Bouffes du Nord donde Brook cofundó el International Centre for Theatre Research en 1974. La obra es codirigida por Marie-Hélène Estienne, su colaboradora por cuatro décadas, y protagonizada por cuatro actores y un músico.
Battlefield regresa al terreno de la gran épica sánscrita, Mahabharata , que Brook y Estienne transformaron en 1985, junto a Jean-Claude Carrière, en un evento teatral de nueve horas. Junto a Marat/Sade (1964) y A Midsummer Night’s Dream (1970), es uno de los pináculos de la trayectoria de Brook.
Battlefield es más concentrada: poco más de una hora de poética reflexión sobre la guerra y sus consecuencias en los seres humanos, a partir del texto antiguo de la tradición india.
De vuelta. Brook se siente “muy feliz” de traer esta pieza al país, aunque no lo visitará por su avanzada edad: Costa Rica formó parte de Mahabharata en aquellas años de arduo trabajo para darle forma.
A partir del 16 de julio de 1978, Brook visitó el país junto a su equipo de producción y 18 actores. Presentaron dos obras en el Teatro Carpa dirigido por Alfredo Catania: Ubu Roi , de Alfred Jarry, y Les Iks , de Colin Higgins y Denis Cannan.
“Tuve una experiencia maravillosa, simplemente con la belleza del país, la belleza de la gente y la bienvenida que tuvimos”, recordó Brook en una entrevista telefónica.
“Tuve la maravillosa experiencia de descender a uno de sus grandes volcanes, y es algo de lo que le he contado a la gente siempre”, dijo.
“Mientras estuvimos en Costa Rica, hicimos varias improvisaciones con un pequeño grupo de actores en preparación para el Mahabharata , algo que hacíamos en todas partes, pero fue en Costa Rica que hicimos varias improvisaciones muy interesantes que formaron parte de una sección llamada El juego de los dados . Esos ensayos fueron parte de la creación del Mahabharata y un paso importante se dio en Costa Rica”.
En el 2010, la compañía de Brook volvió, con Warum Warum (de Brook y Estienne). Ante su tercera visita, conversamos brevemente sobre su obra. Esta es una versión condensada de la plática.
¿Cómo llegó a darse esta nueva visita al mundo de Mahabharata ?
Fue muy sencillo: no lo revisitamos. Cuando escuchamos la palabra battlefield (campo de batalla), uno piensa que esos campos de batalla existieron miles de años en la distancia, lo cual es verdad, sugiriendo que han existido con la humanidad un millón de veces, una y otra vez.
”Hoy, más que nunca, a uno le basta con despertarse en la mañana, ver las noticias todos los días y ver que vivimos en él. El ‘campo de batalla’ es sobre el pasado, sobre la humanidad en todas partes del planeta y es sobre nosotros, hoy.
”Donde sea que la hayamos interpretado (y lo hemos estado haciendo todo el año en muchas partes del mundo), de inmediato la gente dice que es sobre el ahora. Marie-Hélène y yo, habiendo trabajado tan duro en la gran, gran épica del Mahabharata , no regresamos a ella, es que nunca nos dejó. Es como algo que te toca tan profundamente que nunca podrás sacudírtelo (gracias a Dios), está allí y resurge cuando necesita ser escuchada.
”Cuando hicimos el primer Mahabharata , nadie excepto académicos sabía que existía, fuera de India. Sentíamos, aunque los indios fueran posesivos con ella, que era algo ridículo, que era una obra para toda la humanidad.
”Así que cuando la hicimos, sentí que no era que estábamos descubriendo el Mahabharata , sino que el Mahabharata mismo, como si tuviera una voz, nos estaba llamando, diciendo que necesitaba ser escuchado, no solo por los indios, sino por todo el mundo. Por eso sentí, a lo largo de 10 años, trabajando con tantos colaboradores, que era algo necesario.
”(...) El primer Mahabharata nos dio poco espacio para respirar. Gradualmente resurgió un importante aspecto de él, una gran pregunta: si es posible para los seres humanos no luchar entre sí. Vemos la Biblia, el Corán, toda la historia humana, y allí está, es algo que ocurre siempre (guerra).
”Sin embargo, sentimos que, haciendo teatro, tenemos el deber y la responsabilidad de hacerlo de un modo que al final no te deje deprimido, cínico o enojado, sino con la sensación de haber vivido a través de esto, con un grupo concentrado de gente por un periodo concentrado de tiempo (que es el tiempo teatral).
” (El propósito es) que salgas con tu propio coraje y tu propia determinación de vivir más plenamente lo que la vida te está llamando a hacer, con una sensación más profunda de entendimiento y a veces profunda compasión por otros seres humanos.
” Encontramos, donde sea que la interpretamos, que sí trae una nota positiva a la gente”.
Con respecto a lo de traer Battlefield al mundo de hoy, decía dos cosas importantes: compasión y entendimiento. En el discurso político contemporáneo, estas dos palabras no aparecen muy a menudo…
No, y eso es parte del “campo de batalla”. No habría “campo de batalla” si hubiera más políticos (que hablaran así). Ahora bien, algo que he aprendido, porque hemos hecho mucha exploración del cerebro –esa cosa en el cuerpo humano llamada cerebro–, y estoy convencido de ello, es que en los cerebros de los políticos hay una anormalidad.
”Es anormal que alguien desee ser líder, presidente, cabeza de un país, es anormal tener ese deseo. Si ves la realidad, ves que te puedes hacer líder solo entrando en el mismo desorden, la misma confusión, el mismo campo de batalla que deseas cambiar. Pensarías que harías todo lo posible (por evitarlo), mejor ser doctor o enfermero, parte de Médicos sin Fronteras, no sé, pero desear ser presidente es ya una enfermedad mental. No es sorprendente, entonces, que palabras como compasión y amor sean parte de las que los políticos nunca pueden emitir con verdad.
Como bien menciona, el trabajo en el Mahabharata empezó hace muchos años. Su primera vez en Costa Rica fue en en 1978...
¿Qué estábamos representando?
Ubu Roi (una sátira del poder escrita por Alfred Jarry).
Ah, sí, una obra que también es verdadera hoy ( ríe ).
Totalmente. ¿Cómo fue traer una obra así a un país como este? Ya había estado en Venezuela y otros países latinoamericanos…
Sí, y tuvimos experiencias muy cómicas. Cuando estábamos en Venezuela, se sintieron muy avergonzados, porque uno de sus principales ministros llegó y se sentó en primera fila. Uno de los actores lo señaló y dijo: “Ah, Ubu está aquí con nosotros”. ¡Fue un escándalo! Me llamaron de inmediato de la embajada francesa, diciendo que los había llamado el presidente a decirles que su país había sido insultado, que había que hacer algo.. Y para nosotros era parte de la comedia de Ubu.
Mahabharata era un montaje extenso y demandante. ¿Fue difícil reducir todo este pensamiento a esta nueva escala…?
Ni un poco. Verá, tratamos de hacerlo todo nuevo en cada situación. Trabajamos todo el tiempo y ensayamos en cada sitio que visitamos. Ya que son un grupo muy pequeño, profundamente comprometidos, esto es muy natural. Nuestro trabajo siempre es un proceso de desarrollar algo y luego encontrar lo que es y lo que no es necesario para simplemente concentrarnos.
”Si realmente quieres concentrarte, debes eliminar algo. Aquí estamos haciendo una forma deliberadamente concentrada. Sería estúpido sugerir algo como la épica entera ahora. Sabemos que estamos haciendo una sección particular de ella, pero como cada átomo, si lo abres, encuentras tremendo poder”.
Menciona concentración, un tema relevante en nuestra sociedad digital… Estamos constantemente distraídos, inmersos en un flujo de información que nos rodea. ¿Cómo siente que el teatro está reaccionando a esta inundación de información e imágenes digitales?
El “teatro” no es solo una cosa. El teatro no reaccionará. Son personas haciendo teatro, que tienen una sola responsabilidad, siempre, sin importar su edad, etnia o nacionalidad: escuchar más y más profundamente a la gente y al lugar de hoy, donde sea que estés. No significa hacer las cosas como un periodista, sino ver lo que realmente tiene significado hoy, de modo que las cosas se vuelvan claras por sí mismas. Pero siempre habrá muchas formas de teatro, incluyendo simplemente hacer teatro, solo por la alegría, incluso en tiempos convulsos, de jugar juegos. A play is playing” .
¿Cómo ha cambiado su pensamiento sobre el teatro en años recientes?
Acabo de responderlo: no creo que el teatro pueda cambiar y espero que mi pensamiento sea un pensamiento del momento. Trato de no analizar mucho porque es aburrido para mí, y si lo es para mí, será incluso más aburrido para otra gente ponerse a analizarme.
Mucho teatro le ha estado dando lugar a formas más performativas, más concentradas en el cuerpo que en el discurso verbal. ¿Qué piensa de esta tendencia?
Usemos el sentido común. Si vas a la cocina de un restaurante y le preguntas al chef qué es más importante, si la sal o el azúcar, te dirá que depende del plato que está haciendo. Hay un lugar en el teatro para la danza, para la danza clásica y para la danza moderna, libre, jazz , para el mimo.
”Todas estas cosas son como cuando estás cocinando: las usas según te sirvan para que el plato salga bien, que sea adecuado para quienes vienen hoy al restaurante y quienes lo están consumiendo. Si llegas con una teoría (y el mundo está llena de ellas), como la expresión corporal, y dices “creemos en la expresión corporal”... eso es simple estupidez.
”El cuerpo es parte de los instrumentos de los que está hecho el teatro. Decir que uno es mejor o más necesario hoy… ¡no! Tienes que ver si necesitas azúcar o sal”.
Volviendo a Battlefield , uno de sus elementos más notorios es la música. Quisiera saber sobre el proceso de trabajar y encontrar la música necesaria para este trabajo particular, con Toshi Tsuchitori (quien está en escena y toca, solo, un tambor).
A lo largo de los años, he trabajado con magníficos músicos, pero el más excepcional en relación con el trabajo que hacemos ha sido Toshi. Empezamos a colaborar hace mucho y ha sido parte de muchas de nuestras aventuras. Pero nunca ha perdido contacto con su trasfondo, con su villa en Japón, y ha estado profundamente involucrado con el corazón de la tradición japonesa.
”Cuando hicimos el Mahabharata , él fue a la India y estudió un rango musical por completo nuevo, que él no conocía. Se convirtió en parte de un grupo de músicos de todas partes del mundo, creando en conjunto un nuevo y vivo entendimiento de la música india. Cuando está de gira con nosotros, toca jazz en muchas ciudades, pero es profundamente tradicionalista, no en el sentido de algo que está cerrado, sino como un árbol, que está lleno de vida conforme crece y que va desde sus raíces y atraviesa cada una de sus ramas hasta la punta de cada hoja.
”Toshi le está sirviendo a la obra misma, que en cada representación es una criatura viva. Toca en el momento algo que no es exactamente lo mismo ni nunca completamente diferente.
¿Está trabajando en un nuevo proyecto? ¿Qué lo motiva al buscar un nuevo trabajo?
No lo busco, sino que el proyecto me encuentra a mí. Algo emerge que me dice que es necesaria hoy, esa nueva obra o proyecto. La obra, es todo lo que te puedo decir, se llama The Prisoner , y se estrenará a finales de enero. Es un asunto que ha estado conmigo por 20 o 30 años, pero llegó el momento cuando parece que es justo ahora que la historia necesita ser contada.