Nacer en el seno de una familia rica no es garantía de que las vueltas del destino traerán consigo una vida plena, y mucho menos cuando las finanzas entran en picada.
Su padre murió por una neumonía tras caminar sin protección bajo la lluvia. Por eso, su sobreprotectora madre lo obligaba a cargar paraguas, incluso en los días más calurosos.
Aunque en 1941 –cuando el Pingüino debutó en los cómics de Batman– no existía el término bullying , sería este el que mejor describe la infancia de Oswald Chesterfield Cobblepot. Regordete, bajo y con una nariz que se asemeja al pico de pájaro, fue víctima de las burlas de sus compañeros de clase.
Durante su último año de secundaria, su peculiar modo de caminar hizo que Sharkey, uno de los bravucones, lo apodara Pingüino. El muchacho forzó a Cobblepot a vestirse de etiqueta para una fiesta de disfraces y así mofarse aun más de su similitud con estos animales.
Oswald sintió que ya había rebasado los límites y, en secreto, comenzó entrenar boxeo y artes marciales. Retó a Sharkey a una pelea y lo aporreó de forma salvaje.
Desde pequeño, Cobblepot era amante de los pájaros, pues los consideraba sus únicos amigos verdaderos. Su madre tenía una tienda de mascotas especializada en aves.
Como venganza, tras la paliza Sharkey, mató a todos los animales de la veterinaria, incluidos los amados plumíferos de Oswald.
El incidente hizo nacer el rencor dentro del Pingüino, quien terminó por aceptar el sobrenombre porque lo relacionaba con las únicas aves en la Tierra que no pueden volar.
Bob Kane, su creador y también el de Batman, reveló que se inspiró en un pingüino que aparecía en la cajetilla de los cigarros de la marca Kool para crear al personaje.
“Los pingüinos siempre me han parecido pequeños hombres gordos en esmoquin. Así es cómo dibujé al Pingüino. Bill (Finger) inventó los trucos de El Hombre de los Mil Paraguas. Su manera de andar y su corta estatura hicieron de él un personaje mucho más caricaturesco que mis otros villanos, pero de todos modos era un asesino y un adversario formidable”, señaló Kane en su autobiografía Batman y yo .
Siempre vestido de frac y manteniendo la elegancia del monóculo, tras graduarse como ornitólogo, se juró a sí mismo recuperar la fortuna de la familia Cobblepot y cometió así sus primeras fechorías para mantener el estatus social.
En sus primeras aventuras, el Pingüino simplemente robaba a los hombres de Ciudad Gótica, pero la evolución del personaje dio paso a bien formulados planes que incluían aves entrenadas y tecnológicos paraguas que disimulaban el arsenal que llevaba consigo.
Evolución. En la década de los 50, Cobblepot afrontó los embates de la generalizada pérdida de popularidad de los cómics.
Fue el editor Julius Schwartz quien le dio un nuevo aire al personaje a mediados de los 60.
El Pingüino formó parte de los villanos que enfrentaron Batman y Robin en la serie televisiva de 1966, interpretado por Burgess Meredith. A partir de esta aparición en pantalla, Cobblepot adquirió la fama de mujeriego.
En los cómics de finales de los 70, el Pingüino comenzó a tornarse mucho más oscuro y temible y el personaje llegó a ser tan complejo, que el cineasta Christopher Nolan prefirió dejarlo fuera de la segunda entrega de su saga, El Caballero de la Noche (2008).
“Hay ciertos personajes que son más fáciles de engranar con la apuesta más realista que estamos haciendo de Batman. El Pingüino podría ser un arma de doble filo”, dijo un año antes a la revista Esquire , tras los rumores de que daría el papel a Phillip Seymour Hoffman.
Desde los 90, Cobblepot dejó de ser un simple ladrón y se convirtió en el cerebro de numerosas operaciones criminales, cambió el frac por un refinado esmoquin italiano y adquirió un club nocturno frecuentado por mafiosos.