Prefirió no hablar de Juan José Campanella y por el contrario se dedicó a halagar a Por las Plumas. Eso hizo el periodista y experto en cine Javier Tolentino, que en un blog de Televisión Española escribió que la cinta tica era "lo más honesto de una jornada bastante petarda (pesada)" en el Festival de Cine de San Sebastián.
Por las plumas, de Ernesto Villalobos, está en el festival europeo participando en la categoría de Nuevos Directores. En esa sección se enfrenta a otros 16 cineastas por el premio Kutxa-Nuev@s Director@s, que otorga 50.000 euros al director y a la distribuidora de la película en España.
En la jornada inaugural del festival –efectuada el pasado viernes–, el filme tico fue proyectado al igual que producciones como Futbolín, del oscarizado Campanella, de la cual Tolentino señaló que "hace aguas" y que prefirió olvidar.
En su blog El Séptimo Vicio, Tolentino fue así de claro: "me quedo sin ninguna duda con Por las plumas, una película humilde, realizada por un joven estudioso en Barcelona y formado a la vera de la Berlinale (Villalobos)".
"Se forma en los talleres de Gabriel García Márquez para fijarse en las pequeñas historias, en los personajes con alma y con dignidad", agregó Tolentino.
Pero su admiración por la película y por Villalobos fue un poco más allá, Tolentino comparó al director tico con el cineasta y guionista francés Robert Guédiguian (Las nieves del Kilimanjaro, 2011).
"Es un Guédiguian costarricense que narra con delicadeza y ternura la cotidianidad de un vigilante que no vigila, que se enamora tímidamente, que busca techo cada noche y que es feliz cuidando de un gallo de pelea que le da más disgustos y problemas que un hijo", agregó el crítico.
"Por las plumas, cine de Costa Rica, de una América Latina que sigue teniendo la exclusividad de un realismo mágico que a la Europa de hoy le costará comprender", finalizó el español.
Por las plumas es una comedia que narra la historia de Chalo, un solitario guarda de seguridad que quiere un gallo de pelea. Una vez que lo consigue, su vida cambia. Al no tener un lugar apropiado donde criarlo y entrenarlo, se desencadenan una serie de situaciones cómicas que pondrán a prueba la pasión y el amor de Chalo por su nuevo amigo emplumado.