Si de "destruir" el ego de los famosos se trata, el indicado para lograrlo es el presentador Jimmy Kimmel. Al igual que lo hace en su programa Jimmy Kimmel Live!, el presentador decidió que la gala de los premios Óscar sería una excelente oportunidad para que varios actores leyeran algunos tuits en los que se les criticaba.
Los mensajes iban desde los más ofensivos, hasta algunos en los que los invitaban a dejar de interpretar papeles de gánster y dedicarse a roles de tiernos abuelos, como sucedió con Robert De Niro. Lo cierto es que fue una buena y divertida dosis de realidad para los famosos.