Después de Caribe y Gestación , Esteban Ramírez regresa este jueves a los cines ticos con Presos , una radiografía social que tiene como epicentro las cárceles ticas.
Con el nuevo filme, el cineasta lanza un grito enérgico desde de La Reforma, y también se acerca a lo que pasa fuera de los barrotes, en la supuesta libertad.
“Es el más complicado y serio de mis trabajos”, opina Ramírez acerca de su nueva aventura en la pantalla grande.
En honor a su padre (Víctor Ramírez), quien en 1975 estrenó un documental sobre los reos y la vida en los penales ticos ( Los presos ), Esteban plantea un relato de ficción revestido de drama, un poco de romanticismo y una gran dosis de realidad.
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El Puesto 10, ubicado en la cárcel de La Reforma (San Rafael de Alajuela), fue el escenario central de la acción fílmica. Pero esta vez, los privados de libertad no solo contarán sus duras sus verdades a una cámara, sino que también se volverán parte esencial del drama: ellos actúan y no solo son extras.
Estelarizada por Natalia Arias ( Gestación ) y Leynar Gómez ( Puerto Padre ), Presos narra la historia de Victoria, joven que, por esas cosas de la vida, llega a tener contacto con el complicado mundo detrás de los barrotes.
Natalia es una actriz de sobra probada por Ramírez, pues ya había brillado en un papel secundario en Gestación , estrenada en el 2009. Ella ni siquiera hizo casting para estar en la nueva cinta; el director le pidió que estuviera en el proyecto.
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Desempleada, con estudios incompletos y algo de desesperación, Victoria (Arias) encontrará un ‘brete’ que no podrá dejar: asistente en una empresa de seguridad privada.
“En el filme, Victoria está tratando de buscar su propia libertad, sus propias decisiones, su propia autonomía como mujer. Vivir sin ataduras. Ella siente que el nuevo trabajo podría ayudarle en esa búsqueda”, explicó Arias acerca de su vivaz personaje.
La empresa que contrata a Victoria la lidera J. J., personaje con acento, corazón y empuje empresarial ‘paisa’ (gentilicio de la gente de Medellín, Colombia), encarnado por un actor cafetero: Alejandro Aguilar, de filmes como El páramo (2011) y Déjà Vu (2013).
“Podemos decir que Aguilar (J. J.) es el mentor de Victoria en la cinta. Es un actor importante, con gran experiencia en el cine y el teatro”, detalló Ramírez
Precisamente gracias a Aguilar, la protagonista conocerá al recluso Jason (Leynar Gómez); entre ambos, surgirá una atracción peligrosa. De ese encuentro emerge la raíz dramática del largometraje; aquí comienza realmente la historia.
“La relación es peligrosa porque la cárcel es un universo desconocido. Podrían suceder muchas cosas allí”, dijo Gómez.
“Eso sí, existen muchos mitos sobre la cárcel y la película nos llevará a descubrir algunas cosas que no imaginamos: algunas buenas y otras malas”, advirtió.
Las galanterías de Jason, los errores de su pasado y la dureza del penal se enredarán con los temores y problemas de Victoria, quien arrastra un sinfín de rencores contra su padre.
“Está muy resentida con su papá, ya que siente que él le falló a los valores que, cuando pequeña, le enseñaron en su propia casa. Eso afecta su vida, son malas decisiones que inciden en su comportamiento”, aseguró la actriz que le da vida a la mujer.
La cinta responde así al objetivo de Ramírez de, además de mostrar el drama carcelario, ilustrar los horrores “de quienes están libres, pero viven presos de males y carencias sociales”.
Eso y mucho más veremos en Presos , película cuya trama se teje entre riñas familiares, miradas seductoras y situaciones carcelarias que podrían provocar la muerte.
No contamos más; solo le adelantamos que final es tenso y lo mantendrá pegado a la butaca.
El gran reto. ¿Qué fue más fácil para Esteban Ramírez: filmar una cinta en los interiores de la superpoblada cárcel de La Reforma o conseguir el dinero que costó la película?
Aunque suene extraño, al experimentado cineasta se le complicó muchísimo más el tema económico que cualquier otra cosa.
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Aún con dos exitosos filmes sobre sus espaldas ( Caribe y Gestación ), los patrocinadores se le negaron a Ramírez desde el inicio. Nada de lo anterior contó.
Para la producción de Presos , el duro tema de las cárceles pudo haber ahuyentado a las marcas.
“Llegué a la cárcel con muy poco dinero para hacer la película; estaba en una posición complicada porque tuve que arriesgar”, contó el director.
Además de aportar realismo, los reos animaron e impulsaron la producción. “Fuimos a filmar a la cárcel con $100.000 de Ibermedia, fue lo único (que tenían). Los privados de libertad me animaron y me hicieron sentir que la película no solo era importante para mi, sino también para ellos”, recordó Ramírez, quien añadió que la cinta costó unos $600.000.
El arranque fue duro, pero, ya con un pie en La Reforma, hubo muchos motivos para empezar a sonreír. De entrada, Ramírez contó con el apoyo del Ministerio de Justicia para que la filmación fluyera.
“Siempre hubo una buena disposición por parte de ellos (del Ministerio de Justicia). Decían que querían hacer un tour por las cárceles para desmitificar el lugar, llevar a la gente para que conociera, pero yo les dije que eso era muy caro, que mejor me dejaran hacer una película. Y accedieron”, narró el cineasta.
Antes de filmar, Ramírez quiso integrar a los privados de libertad al proceso de la película y, para eso, tuvo que ganarse su confianza. Estaba convencido de que esto era clave para la producción.
Junto con el actor principal, organizaron talleres de teatro que tuvieron una increíble respuesta. “Al final, de 2.300 reos de La Reforma, 250 querían salir en la película”, recordó.
De esta forma, varios de los reos terminaron protagonizando varias escenas o como extras. Al final, todo el penal se volcó en una tarea que rompió con su pesarosa rutina.
“Fue muy emocionante verlos interactuar y emocionarse con este proyecto. Me llevo muchas cosas de esta experiencia con ellos”, comentó Gómez en abril, cuando se encontraba en pleno rodaje de la película.
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Aporte extranjero. Aunque Presos es un filme netamente tico –muy notorio en los diálogos–, hay que recordar que esta es una coproducción con Colombia y el aporte internacional es significativo en varios procesos.
Además del colombiano Alejandro Aguilar, que hace uno de los papeles estelares, hubo colaboración extranjera en el montaje, en el que trabajó el editor argentino Alberto Ponce.
Este especialista tiene más de 22 largometrajes de ficción de experiencia, entre los que se destacan Crónica de una fuga (2006) y Gallero (2008).
Además, en Presos , sobresalen los aportes de la productora española Amaya Izquierdo, el sonidista colombiano Sebastián Pérez y la asistencia de dirección de la venezolana Martha Freites.
Por último y no menos importante, Colombia aportó el 20% de los gastos finales de la cinta. La empresa de Ramírez, Cinetel, puso el resto del dinero.