El 30 de octubre del 2012 supimos que la vida, tal y como la conocíamos, ya no sería la misma. En medio de formalismos propios de un negocio de billones de dólares, el imperio Disney anunció la adquisición de Lucasfilm y la resurrección cinematográfica de Star Wars . Noticia aplastante.
Apenas tres años han pasado desde aquella información de ribetes económicos. Aún así, pareciera un acontecimiento de hace mucho, mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana.
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Ese 30 de octubre empezó una cuenta regresiva desesperante, angustiante, despiadada y desconsiderada. Una cuenta regresiva que mientras usted lee estas líneas se precipita, sin freno, hacia el feliz final en 0.
¿Qué sentir cuando ya todo fue sentido? Lo que por tres años fue especulación, conjetura y bateadera se convertirá, al primer minuto de este jueves 17 de diciembre, en realidad, en certeza, en verdad.
Las copias de El despertar de la Fuerza ya están en las salas de cine de todo el mundo –Costa Rica incluida– a la espera de que algún dichoso operador le dé el botón de andar a la película más esperada de todos los tiempos. Así de sencillo y brutal.
Nos vemos en el cine. No se discute que, para efectos oficiales, el 17 de diciembre quedará en la historia como la fecha de estreno del episodio VII de Star Wars , por mucho la saga más universal en la historia del cine y, probablemente, de la cultura pop. Sin embargo, para efectos prácticos, hoy miércoles 16 es que la locura empezará a tomar las salas de cine.
Los estrenos de medianoche se empiezan a vivir el día previo, como bien lo han demostrado los fiebres de otros títulos populares en el cine. Pero ningún filme antes ha logrado movilizar la masa humana que ya tiene su boleto en mano para ver El despertar de la Fuerza entre los primeros.
La lealtad, el amor por la camiseta de quienes acuden al estreno de esta medianoche está a prueba de cualquier cuestionamiento.
La industria del cine se frota las manos ante las cifras proyectadas para el desempeño de la cinta dirigida por J.J. Abrams. Publicaciones especializadas como The Hollywood Reporter predicen que El despertar de la Fuerza tiene todo para ser la película que cambie las reglas en muchos aspectos, no solo en lo cinematográfico, sino incluso en mercadeo y representación de la diversidad en la pantalla (nadie pasa por alto que dos de los nuevos protagonistas son un hombre negro y una mujer, sin duda un signo de los tiempos).
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En Costa Rica la importancia de esta película fue evidente para los participantes de la industria, tanto así que exhibidores como Cinépolis, Multicinemas, Cinemark, Nova y Citi Cinemas corrieron para tener listos sus nuevos complejos a tiempo para la avalancha de espectadores que se espera acudan al llamado de la Fuerza, coqueteándole al público con tecnología de punta en proyección, sonido y experiencias cuarta dimensión (butacas con movimiento, viento, etc.).
Incluso el legendario y josefino Cine Magaly, hoy dedicado por completo al cine arte y alternativo, no pudo mantenerse ajeno a la locura y tendrá un estreno de medianoche de Star Wars para el que ya no hay boletos disponibles. Además, ¿quién dice que el regreso a la galaxia de los Skywalker sea contrario al arte?
Borrón y va de nuevo. Emocionados, sin duda, pero también con cinco gramos de cautela. Así vamos al cine esta medianoche muchos fanáticos de la franquicia, aún traumatizados por un escenario muy similar de 1999.
Aquel año Star Wars hizo su primera resurrección, con el esperadísimo estreno del episodio I, La amenaza fantasma . La ilusión, la esperanza quedaron hechas añicos, como ya es bien sabido, por un filme sin gracia que, para desdicha de la humanidad, extendió su mala estrella a dos películas siguientes, enviando de paso al amado George Lucas a un panteón de infamia del que quizá nunca llegue a salir con vida.
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La llamada trilogía de las precuelas no solo estropeó la historia del origen del villano Darth Vader, sino que sembró un mal sabor de boca que ha tomado una década en desaparecer.
De ahí los cinco gramos de cautela, pues como bien preguntaba hace unos días Hal Rudnick, del sitio especializado Screen Junkies, ¿qué pasa si esta nueva película apesta?
Para tranquilidad tanto de Hal como del resto de la fanaticada, el talento involucrado en El despertar de la Fuerza parece el adecuado para recuperar la saga y devolverla al tope de la cadena alimenticia del cine.
Empecemos por una verdad dolorosa: marginar a Lucas del proceso creativo podría parecer cruel, pero necesario. El legendario cineasta entregó sus ideas de cómo creía debía seguir la historia a Disney, cuyos ejecutivos prefirieron buscar un camino propio y fresco.
De ahí que la elección de J.J. Abrams como director fuera recibida con aplausos de alivio. J.J. es, ante todo, un fanboy , un realizador que creció con la trilogía original y que tuvo en Lucas a uno de sus inspiradores. Tras ver lo que Abrams logró con las dos más recientes entregas de Star Trek , no cabe duda que Star Wars quedó en las manos correctas.
Lo otro es la participación de Disney, compañía que ya demostró su habilidad con propiedades geek , tras darle a Marvel todo el apoyo de su maquinaria para dominar el cine de superhéroes. Esta megacorporación cifra muchas de sus esperanzas a futuro en el relanzamiento de Star Wars , por lo que no puede arriesgarse a fallar en el primer tiro.
Vean las expectativas de toda una industria, o simplemente las del fan más pequeño, nunca antes una película generó tal grado de ansiedad. Pues bien, respiremos y sentémonos a ver el resultado final, que la Fuerza despertó con todo.