Redacción
La cineasta costarricense Valentina Maurel obtuvo este fin de semana el primer premio de la sección Cinéfondation en el prestigioso Festival de Cannes.
La costarricense se dejó el premio gracias a la producción del cortometraje Paul está aquí, cuyo corto fue su tesis de graduación en la escuela belga de cine INSA. Según datos de Cinéfondation, Paul está aquí fue seleccionada entre más de 2.400 películas, procedentes de más de un centenar de escuelas de cine de todo el mundo (en Costa Rica, se estrenó en el Costa Rica Festival Internacional de Cine, en diciembre del 2016).
El jurado que eligió la cinta estuvo conformado por figuras como reconocidas como Barry Jenkins (Moonlight) y Cristian Mungiu, uno de los cineastas más reconocidos del cine rumano.
Cuándo la tica escuchó su nombre en la ceremonia de premiación se emocionó tanto que tiró su celular al suelo del auditorio Louis Lumière. Horas después Maurel se percató que arrojó su único dispositivo que la comunicaba con el resto del mundo por lo que quedó incomunicada hasta este lunes que regresó a su casa de habitación en Europa. Maurel conversó con La Nación sobre su más reciente logro.
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Desde que vio su nombre en la lista de nominados, ¿en algún momento se imaginó qué iba a ganar ?
Yo no me lo esperaba para nada. De hecho, cuando anunciaron mi nombre fue tal la emoción que me levanté del asiento y tiré mi teléfono al piso. Por eso estuve incomunicada estos días.
¿Cómo vivió el momento en el que el jurado la eligió a usted como ganadora del premio Cinéfondation?
Fue mucha la emoción. No tenía ningún discurso preparado, dije algo corto pero que venía del corazón y he sido sincera como quería yo que fuera mi discurso. Todo fue muy coherente con la intención del cortometraje. Yo no me lo esperaba, pero la proyección del corto había estado bien y había tenido buena recepción del público. Ya con eso yo ya estaba feliz, incluso el solo hecho de haber estado entre los nominados ya era un premio.
¿Qué tal era la calidad de sus competidores?
Entró una selección muy diversa, había cortos muy diferentes. Por ejemplo, algunos más experimentales, poéticos, otros mucho más narrativos; era una selección muy bonita por su diversidad. Había unos que eran muy muy buenos porque reflejaban una calidad de puesta en escena muy profesional.
¿Cómo fue la dinámica durante su semana en Francia?
Fue muy intenso, no paré. Intenté ver películas pero eso fue difícil porque la mayoría del tiempo la pasé en entrevistas, conocí a algunos productores y sobre todo conocí a otros directores de mi selección, fue una experiencia muy enriquecedora pero agotadora. No tuvimos mucho tiempo y eso nos obligó a condensar las citas que teníamos programadas.-
¿Compartió con una figura conocida o tiene una anécdota que contar?
Creo que la mejor anécdota es la del teléfono, o sea, fue muy divertido como lo perdí y de pronto vino como Barry Jenkins a preguntarme que si había encontrado el teléfono, se veía muy preocupado. Fue una experiencia bastante cómica haber recibido premio en el Festival de Cannes y encontrarme totalmente desconectada del mundo porque no tenía computadora no tenía nada.
¿Cuáles fueron las razones que dio el jurado para elegir su premio?
Cuando me dieron el premio se habló del concepto de sinestesia, pero la verdad no soy tan teórica en el tema. La sinestesia es como los dos sentidos que genera la imagen y el sonido logran generar un tercer sentido a partir de la proyección. Y bueno, eso fue lo que al jurado le gustó de mi cortometraje. Yo no soy muy teórica de lo que escribo, pero esa fue una interpretación muy bonita.
¿Qué representa este premio en su carrera?
Este premio representa es una invitación a seguir a perfeccionar mis producciones. Lo tomo como algo maravilloso. Da miedo porque de pronto uno tiene que seguir dando la talla. Si uno lo piensa dos veces podría ser paralizante, pero voy a intentar no hacerlo y considerar el lado interesante de la cosa.
¿Se encuentra trabajando en algún otro corto? ¿Quizá una película?
Sí, ahorita estoy escribiendo, tengo en mente una película pero no se si al final será un largo o un corto. No quiero precipitarme, quiero tomarme mi tiempo porque la tentación sería hacerlo en carrera. La idea es hacer las cosas bien, como las hubiera hecho si hubiera ganado el premio o no.