En las calles, como si hubiera ganado su selección de futbol, algunos chilenos celebraron con pitos y banderas el triunfo de Historia de un oso ( Bear Story , 2015) en los premios Óscar.
El cortometraje animado no solo alcanzó la primera estatuilla para su país, sino que lo hizo dejando tendido al gran titán de la contienda: Sanjay's Super Team , producido nada más y nada menos que por Pixar, el gran estudio de animación.
Eso fue un hito, esperanzador para la producción local y motivo de orgullo para el país sudamericano. Por otra parte, si algo toca el corazón de los chilenos es que el corto trata un tema sensible para esa nación: la dictadura de Augusto Pinochet y los exiliados políticos de la época.
“Lo que más conmueve es la historia que cuenta el corto. De la dictadura todos se acuerdan de los muertos, pero poco de los miles de exiliados que tuvieron que salir de país y las familias que quedaron destruidas”, dijo la cineasta Patricia Velásquez ( Dos aguas , 2015), quien es tica, pero hija de chilenos.
El corto, dirigido por Gabriel Osorio, cuenta la historia de un viejo oso que maneja un teatro de títeres. En el minimontaje el oso cuenta la historia de su familia, que vivía feliz, hasta que un circo se lo llevó lejos apartándolo de su esposa y su hijo.
El mismo Osorio, al recibir el Óscar, recordó que para hacer Historia de un Oso se inspiró en su abuelo e instó para que este tipo de dramas no se repitan.
El abuelo del director se llama Leopoldo. Fue encarcelado durante la dictadura de Pinochet y luego vivió exiliado en Inglaterra y España.
Celebración. No esperaron. Apenas recibieron la estatuilla, el galardón fue celebrado por el gobierno chileno.
“¡Qué alegría este primer Óscar para el Chile! Si bien en el pasado hubo otros chilenos que ganaron esta estatuilla, esta es la primera vez que la recibe un equipo que vive y trabaja en nuestro país” , destacó Ernesto Ottone, ministro de Cultura.
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En el 2013, el chileno-estadounidense Claudio Miranda ganó el Óscar a la mejor cinematografía por el filme Life of Pi . Además, ese mismo año, Chile compitió por el Óscar a la mejor cinta en lengua extranjera con No , de Pablo Larraín.
Tanto fue el entusiasmo por el triunfo, que Patricio Escala –productor del filme– lanzó el hashtag #OscarsSoChilean en Twitter, en alusión a #OscarsSoWhite , que se creó en protesta por la falta de afroamericanos en las nominaciones.
Hasta la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, se sumó a la alegría y dijo emocionada que el triunfo del domingo es seña de que el país “cumple sus sueños”.
Impulso. Para las autoridades chilenas el triunfo es prometedor. Que Historia de un oso derrotara a un filme de Pixar ayudará a mucho al desarrollo de la animación local.
“Ya lo habíamos dicho antes: estar nominado ya era un gran reconocimiento, pero el ganarle a gigantes como Pixar es un potente impulso para nuestro cine”, añadió el ministro Otton.
Velásquez, por su parte, pone en duda si Historia de un oso representa necesariamente lo que se está haciendo en Chile a nivel de animación.
“Me parece que este éxito responde, exclusivamente, al talento y trabajo de Osorio y compañía”, explicó la cineasta.
Velásquez, además, explicó las razones por las que Historia de un oso pudo haberle ganado la batalla a Pixar.
“Ganar fue emocionante. Historia de un oso es una pieza totalmente artística, la forma en que está contada y su animación se diferencian mucho de lo que produce Pixar, que hace cosas más industriales”, dijo Velásquez.
“Me refiero a que Pixar ya tiene la fórmula y sabe lo que a la gente le gusta. Pero Historia de un oso es otra cosa, es muy distinto”, finalizó.