Habló la Academia y, por fin, se callaron las especulaciones. Birdman , oscuro e impactante trabajo que maravilló a la crítica y a todo el universo fílmico, brilló en la hora buena y fue coronado en la noche más glamorosa y esperada de Hollywood.
En una de las galas más disputadas de los últimos años, al menos en la categoría principal, la cinta, protagonizada por Michael Keaton y dirigida por Alejandro González Iñárritu, conquistó el Óscar a mejor película del año y despejó las dudas sobre esta importante categoría.
Birdman , sobre un actor que intenta recuperar a su familia y la fama de otras épocas, se impuso a Boyhood , cinta que sonaba como su principal retadora en la contienda y que, al final, salió como la gran decepción de la noche.
En esencia, Birdman , que brilló haciendo un retrato intimista y algo doloroso sobre un artista bajo la sombra de un superhéroe, terminó siendo un lujo fílmico con el que la Academia, simplemente, cayó rendida.
La cinta de Iñárritu, que llegó a la ceremonia con nueve nominaciones (tres más que Boyhood , que tenía 6), logró amarrar tres estatuillas adicionales: mejor director, mejor cinematografía y mejor guion original.
Al recibir la estatuilla a mejor director, Iñárritu dijo: “Estoy agradecido, humildemente, con la Academia. Este Óscar lo tengo aquí gracias al trabajo de todos los actores, de los productores y todos. Y finalmente, saludos a todos mis compatriotas mexicanos”, dijo.
Fue el segundo Óscar consecutivo para un mexicano en la rama de mejor director. El año pasado lo ganó Alfonso Cuarón por Gravedad .
Este año, las categorías técnicas la dominó The Grand Budapest Hotel , que obtuvo los reconocimientos de maquillaje/peinado, mejor diseño de vestuario, mejor diseño de producción y mejor banda sonora.
Además sorprendió Whiplash, con el premio de mejor mezcla de sonido y aún más por el galardón de mejor montaje.
También tuvo lo suyo Interstellar , con los mejores efectos especiales, American Sniper con mejor edición de sonido y Birdman por mejor cinematografía.
Por esta última, el fotógrafo mexicano Emmanuel Lubezki logró el segundo Óscar consecutivo de su carrera. El año pasado lo ganó por Gravedad , de Alfonso Cuarón.
De los intérpretes. Cumpliendo todos los pronósticos, Julianne Moore, por Still Alice , conquistó una estatuilla que se le había negado cuatro veces: por Far from Heaven (2003), Las horas (2003). The End of the Affair (2000) y Boogie Nights (1998).
En su papel de una exitosa y desenvuelta mujer, diagnosticada sorpresivamente con el mal de alzhéimer, Moore encantó y conmovió al mundo. Durante toda la temporada de premios la actriz ya había acumulado todos los puntos para consagrarse en la rama de mejor actriz principal. Lo logró sin objeciones.
Pasando por encima de Michael Keaton, de Birdman , Eddie Redmayne ganó el Óscar a mejor actor principal por su papel del físico Stephen Hawking en La teoría del todo.
Redmayne, vestido con un elegante traje oscuro, subió al escenario y entre otras cosas dijo a su esposa: “tenemos alguien más para compartir nuestro apartamento”, refiriéndose a la estatuilla dorada en sus manos.
Redmayne nunca había sido nominado al Óscar, nunca había destacado, pero en un abrir y cerrar de ojos pasó a ser un miembro más de la élite.
Presentado por Lupita Nyong'o, la primera categoría que se entregó en la velada fue la de mejor actor secundario.
J. K. Simmons , por su papel de Whiplash , se hizo de la estatuilla, como estaba previsto por los expertos y las quinielas.
Al recoger el galardón, un enamorado Simmons lanzó un conmovedor discurso dedicado a su esposa.
“Esto es gracias a mi esposa. Gracias por tu cariño, por tu paciencia. Estoy conmovido por todo eso. Eres un ser extraordinario”, dijo Simmons a una dama que sonreía en la butaca.
La debutante en los Óscar, Patricia Arquette, por Boyhood , ganó el duelo a figuras como Emma Stone y Meryl Streep en la categoría de reparto. La actriz, de 46 años de edad, era la favorita por su papel de una conflictuada madre en el drama experimental de Linklater.
Su discurso, en el que reclamó igualdad social y salarial para las mujeres, se ganó la ovación y el aplauso de pie de la propia Streep, su contendiente.
No hubo sorpresas con la cinta polaca Ida , drama ambientando en 1960 que dejó a Relatos salvajes , de Argentina, con las ganas de una estatuilla para Latinoamérica en la rama de mejor filme extranjero.
Como dato interesante, es la primera vez que Polonia gana un premio Óscar.
Sorprendió lo de la taquillera Big Hero 6 , que le arrebató a Como entrenar a tu dragón 2 el Óscar en la rama de mejor filme animado. Se trata del segundo Óscar para los Walt Disney Animations Studios, desde su creación en el 2001. El año pasado ganaron por Frozen.
El ‘show’. Haciendo gala de sus dotes como cantante y bailarín , el debutante Neil Patrick Harris convirtió su monólogo de apertura en algo más: abrió la gala con un musical.
Junto a Anna Kendrick y Jack Black , se trató de un montaje de tributo al cine en el que Harris ‘visitó’ escenarios de legendarios filmes como la Guerra de las Galaxias y El mago de Oz.
También bromeó por los pocos afroamericanos nominados en la gala: “Bienvenidos a la 87a entrega de los Óscar . Esta noche, honramos lo más blanco, perdón, lo más brillante, de Hollywood”, dijo el presentador provocando las primeras risas de la noche.
Pronto llegó el primer show musical de la noche. Muy romántico Adam Levine, de Maroon 5, interpretó la canción Lost Stars . El tema estaba nominada a mejor canción por el largometraje Begin Again . Su presentación fue realmente sencilla, lo que hizo lucir su voz y la dulce melodía de la pieza.
Más tarde llegó el turno de Everything is Awesome , tema de Lego Movie que también estaba no nominada en la categoría de mejor canción.
Con un Batman incluido, muy enérgica y colorida fue la presentación de la pieza...aunque odiada por muchos en las redes sociales. The Lonely Island, Tegan and Sara y demás coautores de la pieza, prendieron en el escenario con la fuerza de una película que no fue nominada en la rama animada.
Por su parte, con la pieza I'm Not Gonna Miss You, Tim McGraw llenó de nostalgia y sentimiento el escenario de los Óscar. Se trató de un tributo a Glen Campbell, que escribió la pieza antes de retirarse por el mal de alzhéimer. Minutos más tarde, sin pena ni gloria, Rita Ora saltó a escena para interpretar Grateful, pieza postulada por la película Beyond the Lights
La gloria, eso sí; fue para Glory , de Selma . La pieza ganó elÓscar a mejor canción original y su puesta en escena fue la más sobresaliente de la noche: fue emotiva y artísticamente muy bien presentada.
La presentación de la pieza, interpretada por John Legend y Common, fue aplaudida de pie y provocó lágrimas de orgullo.
No faltó el recordatorio a las estrellas fallecidas recientemente, en el que destacaron figuras como Robin Williams, Lauren Bacall, Gabriel García Marquez, Bob Hoskins y Michael Nichols. La actriz y cantante, Jennifer Hudson, les dedicó una bella y sentida melodía.Los usuarios de las redes sociales destacaron la ausencia de Joan Rivers en el homenaje póstumo, pues la famosa presentadora, que murió en setiembre, revitalizó en los últimos años la aclamada alfombra roja.
Quizá lo más emocionante de la gala, al menos nivel artístico, fue ver a una Lady Gaga completamente transformada y tratando de llenar los zapatos de Julie Andrews.
Gaga cantó The Sound of Music , se ganó la ovación del Teatro Dolby y el beneplácito de la misma Andrews, que la felicitó en persona.