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En 1974, Cristina Gigirey Nadal llegó a Costa Rica para dejar una honda marca en la historia de la danza. Esta noche, en la clausura del Festival de Coreógrafos, dos de sus obras más reconocidas ofrecerán un tributo a su amplia labor.
Gigirey, quien falleció en el 2006, creó La casa de Bernarda Alba y Proceso a finales de los años 70. Su hija Gabriela Dörries las revivirá en el escenario del Teatro Nacional a las 8 p. m.
“A una persona que hizo danza toda su vida, el homenaje hay que hacérselo en el escenario Fue un reto enorme conseguir a diez bailarinas. Ellas están bailando conmigo de gratis, por amor a la danza y por mi madre. Varias fueron alumnas de mi mamá y otras ni siquiera la conocieron”, explica Dörries.
Por tres meses, han afinado los detalles de dos obras que tuvieron profundo significado en la trayectoria de Gigirey.
Amplio. La casa de Bernarda Alba (1978), inspirada libremente en la pieza teatral de Federico García Lorca, tiene como música e hilo conductor el Bolero de Maurice Ravel. De 1992 al 2006, Dörries la bailó todos los años, pero esta será su primera vez como la madre opresora de cinco hijas obligadas al luto perpetuo. “Es algo que llevamos en la sangre las que lo bailamos. Es una obra muy fuerte”, dice.
Proceso (1979) es compuesta por siete tangos. “Proceso es una coreografía que hizo cuando vino de Uruguay. Mamá venía de un país en una dictadura y quería expresar esa situación”, dice Dörries.
Conforman el cuerpo de bailarinas Gabriela Peña, Salomé González, Marianella Zeledón, Erika Mata, Karol Salazar, Mariana lizano, Gabriela Chavarría, María José Zeledón, Rebeca Alvarado y Melania Fernández. Hoy también se conocerán los ganadores del Festival de Coreógrafos.