Wes Chapman ha visto a cientos de niños crecer con El Cascanueces . Según explica, el espectáculo de ballet ha consolidado un equipo conformado por él, su compañera directora Patricia Carreras y la productora Flor Carreras.
Formado como bailarín y maestro con el American Ballet Theater , Chapman se ha dedicado a refrescar anualmente las coreografías del espectáculo.
“El proceso ha sido tener ocho años para construir un equipo pero también ver a un país llegar a entender que El Cascanueces no es solamente un ballet sino una tradición festiva”, asegura.
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Esta Navidad el ballet sostendrá esa tradición en otro escenario, el Teatro Popular Melico Salazar. Las presentaciones serán entre el 1.° y el 11 de diciembre.
El ballet instruye a sus bailarines a brillar pero, ¿cómo motivarlos para que los papeles secundarios sean tan importantes como los principales?
Yo soy el líder y es mi responsabilidad construir el equipo. El equipo somos todos, es importante que me asegure de que entiendan que quiero que sean los mejores en sus papeles. Me encanta ser el entrenador, me encanta ser el líder. Cuando se termina de montar y ves la energía, esa es la razón por la que hacemos lo que hacemos. Es la única razón de lo que hago.
¿Cómo es el talento tico?
Es un mundo muy diferente porque los chicos comienzan tarde. Los padres de los niños costarricenses no quieren que bailen; quieren que jueguen fútbol, que sean más masculinos.
”Los varones comienzan a bailar cuando están fuera de la secundaria y toman sus propias decisiones. Empiezan tan tarde que les cuesta ponerse al día. El cuerpo aprende por repetición y si empezaste hasta los 19 te va a tomar un tiempo largo recuperarte.
”(...) Ahora tenemos más niños que nunca –18 bailarines–. Todos están poniéndose al día porque empezaron tarde. En Estados Unidos es similar pero no es tanto. Yo comencé a los 9 años, fue inusual para la época.
¿Usted se interesó o su familia tuvo que ver?
Mi madre y mi abuela fueron maestras de escuela pública. En esos días, el gobierno subvencionaba un proyecto para los diez condados más pobres del país. Mi condado, Bullock County en Alabama, era uno de esos. El gobierno envió profesores artistas a estos diez condados para mejorar el ambiente. Mi abuela era la directora de la escuela primaria y, como no había hotel en Union Springs, todos los artistas se quedaban en su casa. Así que llegamos a conocer a varios de los profesores artistas más reconocidos de nuestro país. Ellos les dijeron (a mi abuela) que cuando estuviera mayor me metieran en ballet.
”Cuando tenía 9 años fui a una clase. Recuerdo llegar al estudio con un yeso en el brazo porque me había caído de un caballo. Caminé al estudio solo para ver la clase y recuerdo los espejos, las barras, la maestra con unos anteojos enormes y su leotardo que combinaba con su falda. Ella era lo más hermoso que había visto. Ese es el primer momento en el que desperté. Estaba vivo.
”Cuando mi mamá y abuela volvieron de sus compras, yo estaba en la barra, en medias, haciendo los ejercicios. Creo que pude haber nacido en cualquier parte del mundo e igual hubiera sido bailarín. Es mi llamado.
¿Qué debe tener un bailarín para convertirse en maestro?
Algunos nacen para enseñar. En mi caso, nací y estudié para serlo. Desde los 9 años, no he hecho otra cosa que bailar, enseñar o montar producciones. Eso es un lujo en la vida. Yo amo enseñar y ver a los jóvenes mejorar. Eso es lo que he hecho aquí: llevarlos al siguiente nivel.
”Es muy gratificante pero no es para todos, se necesita temperamento y conocimiento.
Usted ha sido un puente entre la academia estadounidense y la tica. ¿Cómo ha sido migrar conocimiento entre países?
Todos los profesores han traído algo a la mesa. Por eso Patricia y yo trabajamos tan bien juntos, ella tiene otro tipo de formación y cuando nos juntamos tenemos algo especial. Tenemos un poco de danza estadounidense con su formación rusa pero también el talento local. Ese es un sabor único. Es difícil describir lo que es pero esa es la fórmula.
Los bailarines de ballet ticos se preocupan por las posibilidades de trabajar fuera del país. ¿Qué les aconsejaría?
Hay buenas escuelas en Costa Rica en las que los estudiantes pueden escuchar a sus profesores. En Estados Unidos hacemos escuelas de verano y pueden encontrar un lugar en ellas o buscar espacios en Europa. Ahí pueden empezar una relación con otros países para sus entrenamientos. Así es como un bailarín se mueve, llegan hasta la puerta principal y continúan avanzando.
¿Qué les aconsejaría a los padres de estos bailarines?
Abran sus billeteras porque no va a ser barato (risas).
¿Y a los padres de los varones que quieren bailar?
Si yo tuviera un hijo que quisiera ser bailarín lo dejaría. Muchos padres les dicen que pueden bailar pero tienen que ingresar en la universidad. Yo lo entiendo pero nunca le diría que no a un niño que tiene pasión. Eso nos mantiene vivos, nos mantiene felices y es lo que nos hace individuos. Mi consejo para los padres es que los dejen ser lo que son. Si son bailarines, estén orgullosos de eso.