Alex Badilla tiene el rostro totalmente maquillado y luminoso. Usa sombras naranja en los párpados, rubor brillante en sus mejillas y un un ligero color vino en sus labios. Viste camiseta, short y botas de caña alta. Almorzamos en la plaza de comidas de Multiplaza del Este hace una semana, pues queríamos conocer de cerca a una de las figuras más populares en redes sociales ticas.
Pocos días después, Badilla lanzaría su primera canción. Lo criticaron y respondió duramente; lo criticaron de nuevo y se disculpó. Así es la vida de una figura de las redes en el 2017: brillo y sombra en constante fluctuación, 24 horas al día, siete días a la semana.
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Pero en persona, Badilla es radiante. Mientras conversábamos, una y otra vez, simpáticas chicas nos interrumpían para tomarse una foto con él. Una de ellas se acercó con timidez. La acompañaba su madre, quien tomó la iniciativa: “Alex, mi hija te adora. Por favor, ¿podrías tomarte una foto con ella?”, dijo. “De verdad lo adora”, afirmó.
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Alex Badilla, de 23 años, es seguido principalmente por adolescentes y jóvenes de todo el país: más de 100.000 usuarios se mantienen al tanto de sus publicaciones diarias en Facebook.
Hace cerca de dos años, Alex empezó a compartir videos con detallados tutoriales de maquillaje, salpicados siempre de cómicos comentarios y breves vistazos a su vida cotidiana.
Pero antes de convertirse en una figura popular en redes sociales, Alex tuvo una infancia y adolescencia “complicadas”. Durante ese difícil proceso, descubrió que debía aceptarse y mostrarse al mundo como era. Actualmente, dice que busca transmitir un mensaje de aceptación y actitud positiva mediante sus redes.
Hoy, Alex es una persona feliz. Su presencia lo transmite. Él no es un “bicho raro”, dice; es diferente, “como todos de alguna manera lo somos”.
Alex ama vivir, aunque muchas veces pensó en el suicidio como salida a sus problemas de rechazo y soledad. Hoy es consciente de que si hubiera tomado esa decisión, no estaría experimentando el cariño y admiración de esas personas que, ante la emoción de verlo y querer una foto, no se intimidan aunque esté en pleno almuerzo o en media entrevista. Quieren acercarse a alguien a quien ven cada día.
Toda esa popularidad proviene de las más de 150.000 personas que lo siguen y apoyan por Snapchat, YouTube e Instagram. Alex también ha tenido pequeñas participaciones en televisión, aunque tiene claro que la base de su éxito descansa en las redes sociales.
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“Muchas veces se piensa que hay cosas que no se van a lograr, que no se va a poder ver la luz, y uno hasta piensa si es mejor irse de este mundo... Eso es darse por vencido y me pongo a pensar: ‘ Wow , todo lo que he logrado y si me hubiera muerto en ese momento no hubiera visto todos esos éxitos, las cosas que estoy logrando’. Si piensan en hacerlo tienen que pensar que las cosas van a estar mejor, todo pasa”, aseguró.
¿Quién es Alex Badilla? “Es un chico que lucha día a día por sus sueños. La manera de llenar sus inseguridades es motivando a la gente a que puede lograr sus sueños y diciéndoles que son buenos en lo que hacen”, dijo.
Miradas curiosas se inmiscuían en nuestra conversación. Alex continuaba hablando. “Las miradas me causan gracia. Cuando salgo a la calle, las personas solamente me ven. Ya no es como antes que me gritaban ‘loca’ o ‘playazo’. Cuando me empecé a maquillar, la gente me decía que por qué no me ponía una peluca, pero es que ese no soy yo. Yo fui de los primeros beauty boys (chicos expertos en maquillaje que revolucionan las redes sociales) en Costa Rica”, afirmó.
Para Badilla, lo primordial es no sentirse encasillado. “Siento que soy muy andrógino: un día puedo sentirme superfemenino y otro día puedo sentirme un chico normal que no tiene que maquillarse para salir y que puede usar una camisa, tenis y un jeans . Cuando me quiero sentir diva, también lo puedo hacer. Creo que uno no tiene que encasillarse en una etiqueta: no es que si hago esto (maquillarse y usar vestimenta femenina o masculina) soy travesti o transgénero.
”Creo que si yo cayera en ponerme pelucas, en cierta parte perdería ser Alex Badilla”, admitió.
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Alex es originario de San Ramón. Creció en ese cantón alajuelense al lado de su abuelita Mayra Vargas, a quien considera “padre y madre”. Su relación con sus papás biológicos es estable y buena, pero como fue hijo de papás adolescentes, su abuela asumió su custodia.
En la escuela “sufrió rechazo” por su timidez y por ser “huérfano”, como dicen que le llamaban sus compañeros. Alex cuenta que los años pasaban y él no tenía a quien recurrir: le preocupaba mortificar a su abuela con sus problemas.
En el colegio el panorama fue similar: en esa etapa Alex descubrió que era gay, pero para él serlo no era solamente sentir atracción por hombres, sino “ser yo mismo”.
“En el colegio me hacían bullying por ser diferente. En ese momento no era tan explosivo como ahorita, era muy ‘nerdo’. Me gustaba estar solo, me gustaba pintar, yo era como el raro. Ahora me hace gracia que la gente que me hacía bullying me busca para que la maquille.
”En octavo me empezaron a decir ‘loca’. Un día dije que quería ser yo mismo, fui y me teñí el cabello, me puse pantalón tubo y tenis Converse. La gente me veía y decía que qué me pasaba. Era superduro porque yo no contaba con nadie. Yo sentía que ser gay era ser diferente, no ser igual a los demás, ser un chico distinto. Podía ser la persona que quisiera ser sin que nadie me juzgara. Fue tanto lo que pasé que me sacaron del colegio porque perdí el año” contó.
Uno de los detonantes para que Alex pasara de un colegio diurno a uno nocturno fue un video que subieron a YouTube –sin su autorización– en el que salía cantando y bailando como Katy Perry.
“En ese momento, no sabía nada de inglés entonces canté horrible. Yo pensé que eso iba a quedar entre quienes grabamos el video. Al otro día, mi abuelita me preguntó que qué era esa video, porque en la iglesia (a la que ella asistía) estaban hablando de eso. La gente me gritaba cuando me veía: tenían el video en el celular. La persona que subió el video destruyó mi integridad, me dolió, me sentía humillado. Los comentarios eran horribles”, recordó.
Mientras cursaba su secundaria, Badilla también estudiaba estilismo. Una profesora de belleza fue quien ayudó a que Alex superara la dura situación y a que entendiera que tenía que proyectarse como la persona que era.
“Un día llegué y mi profesora, Grace, me dijo que viera el video con ella... ¡yo no quería! Verlo me traumatizaba. Ella me sentó y yo lloraba viendo el video. Cuando terminó ella me dijo que ahí no había otra persona que no fuera yo, me dijo que estaba siendo yo mismo, que no le estaba haciendo daño a nadie, no estaba siendo vulgar; entonces, ella me dijo que tenía que amarme como era. Eso fue extraño porque desde ese día dije que quería ser yo mismo y ahí empecé a ver que podía ser a mi manera”, contó.
En ese momento, decidió que podía maquillarse y vestir como quisiera. Alex se liberó de los prejuicios.
“Mi familia me entendía, pero no asimilaban como me transformaba: empecé a maquillarme y a vestirme más escandalosamente. Mi abuelita me decía que usaba demasiado labial. Llegó un punto en el que no brillaba, sino que encandilaba. Pero eso fue parte de encontrarme a mí mismo”, contó.
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Hace un par de años, Alex dejó su casa y se instaló en San José. Empezó a trabajar en estilismo y maquillaje para un patrono. Luego de un tiempo, decidió renunciar y buscar otras opciones laborales que le permitieran crecer. Al no encontrarlas, optó por empezar a compartir videos en los que enseñaba a maquillarse. Esos fueron sus primeros pasos en redes sociales.
“La cosa es que la gente me empezó a seguir, me empezaron a salir trabajos y ya la gente se fijaba no solo en mi maquillaje, sino también en mi forma de ser y eso fue bonito. De una u otra manera, he roto esquemas, la gente cree que si uno es gay o se maquilla ya es un bicho raro y no, somos personas totalmente iguales a los demás, solo que hacemos cosas distintas”, aseveró Badilla.
El cariño de las personas es uno de los principales impulsos de Alex cada día. “Hay que aprender a ganarse el corazón de las personas. Siendo Alex, he ganado que mucha gente me quiera o que mucha gente me odie. Para mí las personas que se acercan son mis amigos, yo no pienso que son mis fans”, dijo.
No todo ha sido positivo para Alex: ha sido blanco de críticas por su manera de ser y por sus videos y mensajes. Él trata de construir fortalezas con las “piedras” que le lanzan.
“Por las personas que me quieren es que estoy donde estoy. Muchas veces la gente me dijo que no iba a poder, que no lo iba a lograr y lo estoy logrando. Si uno se ama como es, puede llegar lejos, llegar a ser la persona que quiere ser, a conseguir sus sueños. Las personas estamos donde estamos porque no nos ponemos a ‘pararle oídos’ a quienes nos critican; nadie ha estado en nuestros zapatos ni han pasado por los caminos que uno ha pasado. A las personas, les digo que nunca se rindan”, aseguró.
¿Considera que “Alex Badilla” es un personaje? “No es un personaje, pienso que es más bien como un alter ego , siento que cuando me siento un poco inseguro, triste o un poco solo saco a Alex Badilla, el que se maquilla y se pone botas. Yo, como persona (cuando está en su casa), soy un poco más serio, más tímido. Cuando quiero ser más feliz, como abrirme más, me gusta ser como Alex, que siempre está feliz. Es como mi alter ego ”, confesó.
Acerca del evidente tono mexicano que se le escucha, Alex dice que no es algo forzado. “A mí me ha costado mucho en San José porque la gente habla de vos. La gente me pregunta que si soy mexicano o que por qué hablo así, pero esto es algo que no puedo cambiar, siempre he tuteado desde pequeñito. Me rodeé de mexicanos en mi infancia. A mí y a mis amigos nos dicen que tenemos acento raro”.
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A través de Facebook, Instagram, Youtube o Snapchat, Alex envía constantemente mensajes de motivación a sus seguidores. A esos que considera sus amigos –muchos de ellos adolescentes– les dice que no están solos, y que siempre se pueden superar las situaciones que la vida presenta.
“Yo muchas veces me sentí muy solo y no tenía a quien expresarle cómo me sentía. Creo que muchas personas pasan por eso y yo quiero ser una luz que está ahí. Conectarme con las personas con mensajes a través de redes sociales es algo que me gusta. También soy realista: les digo que los sueños no se realizan de la noche a la mañana y que a veces hay que caer, romperse, llorar, pero hacerse fuerte. Le digo a la gente que sigan adelante, que no están solos, que juntos podemos crear más amor en el mundo”, señaló.
¿Qué siente de que hijos con sus padres se acerquen para pedirle fotos?
“Es un gran apoyo de muchas personas. No lo imaginé nunca. Ahora mis videos llegan a millones de reproducciones y veo a la gente identificándose con mi mensaje, pidiéndome fotos y a veces hasta se les salen las lágrimas y me abrazan: es algo que nunca me esperé. Es gente que te tiene cariño por la conexión que tenemos. A mí me gusta interactuar con ellos (sus seguidores) para saber cómo están. Yo los trato de aconsejar”, dijo.
Alex es divertido, carismático y popular. Alex también es humano y en ocasiones siente que por más gente que haya a su alrededor existen momentos de soledad. Y también hay controversia, como las que ya ha protagonizado por desatinados tuits.
“La gente cree que porque uno es figura pública y sonriendo ante cámaras y redes sociales uno no tiene derecho a sentirse triste, no tiene derecho a llorar o que no tenemos derecho a que nos rompan el corazón, o hasta enojarnos. Somos seres humanos y las cosas nos duelen, cometemos errores, y muchas veces te aseguro que nos sentímos más solos que las personas que nos están viendo. Pero la vida es para la gente fuerte y valiente.
”O nos quedamos sentados llorando o nos secamos las lágrimas y salimos a seguir trabajando para cosechar lo que se quiere”, dijo.
Durante nuestra entrevista Alex cargaba un bolso con sus cambios de ropa –para la sesión de fotos–, una caja repleta de brochas y cosméticos y, además, el libro Una vida con propósito , del autor Rick Warren.
“Me gusta leer escritos positivos, me gusta nutrirme con la lectura para poder transmitir eso a las personas”, contó.
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Por ahora, Badilla prefiere enfocarse en sus trabajos y la televisión no es algo a lo que aspira, aunque no descarta la idea. Hoy Alex es impulsador de marcas, cuenta con la línea de ropa Rohe by Alex Badilla y está por estrenar una canción con un grupo nacional que por ahora no puede revelar. Estudiar actuación en México es otro de sus principales objetivos.
Sin embargo, Alex no se define solo como cantante o actor. “Yo puedo maquillar, me pueden hacer fotos aunque no soy modelo, puedo cantar y actuar. Me defino como un artista”.