Nueva York
Échenle la culpa al conejito.
El nuevo conejo de Kylie Jenner se llama Bruce, el mismo nombre que solía usar su padre, Caitlyn Jenner, quien registró un índice masivo de teleaudiencia con el estreno de su nuevo reality show como mujer transgénero tras haber aparecido en una portada igual de exitosa de Vanity Fair.
Caitlyn es el padrastro de Kim Kardashian, que recientemente respondió a odiosos comentarios de que fingía su embarazo posando desnuda con seis meses de preñez para una de sus millésimas selfies. Es la misma selfie que tiene más de 1,7 millones de "me gusta" en Instagram.
Pueden hacerse una idea. Pero volviendo al conejo.
John Brown, presentador del programa Good Day Orlando de Fox en Florida, llegó al límite de las historias poco noticiosas sobre las Kardashian hace tres días, cuando salió despotricando del estudio por la noticia y el nombre del conejo.
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"¡No me interesa! Estoy harto de esta familia. No soporto más", despotricó.
Ese es el mismo berrinche que le mereció a Brown casi 3 millones de vistas en YouTube, una mención en la TV de medianoche y numerosas entrevistas posteriores. Esas entrevistas son las mismas que han hecho que Brown esté tan ocupado que ahora tiene un relacionista público de Fox programando más entrevistas.
Pueden hacerse una idea.
El arrebato de Brown, junto con un nuevo servicio para bloquear todo lo relacionado con las Kardashians en los motores de búsqueda de Internet — el "KardBlock", creado por un emprendedor de 22 años — ha llevado a algunas personas a preguntarse si hay una Kardashian-Fatiga y si ésta finalmente se está estableciendo, tanto entre sus fans como entre quienes no están interesados en seguir al "Klan" en las redes sociales, comprar en sus tiendas, ver sus programas ni venerarlas en el altar de los chismes.
"No he dicho nada que no haya dicho ya mucha otra gente", explicó Brown a sus colegas de Good Day LA de Fox tras el incidente. "¿Por qué resonó ahora con la gente? No tengo idea. ... No tengo nada en contra de las Kardashian. Están haciendo lo que tienen que hacer, ¿no? Son un negocio. Mi punto es, ¿por qué sentimos la necesidad de cubrir cada una de sus historias, incluyendo el nombre de un conejo?".
¿Por qué, John Brown? Pero lo que es más importante, al menos para algunos, es esta interrogante: ¿Desaparecerán algún día las Kardashian? ¿Para siempre?
Tom Nunan, un profesor en la Escuela de Teatro, Cine y Televisión de la UCLA con amplia experiencia en el mundo del espectáculo, no lo cree. Tiene una explicación de dos palabras para el momento prolongado de las Kardashian-Jenner: "sui géneris", en latín, que significa de su propio género o especie.
"Es tan vasto", dijo el miércoles en una entrevista telefónica desde Los Angeles. "Debido a que hay tantos miembros en este clan, nuestra atención puede ir de uno al otro al próximo y al próximo".
Lo que quiere decir es: la Fatiga por las Kardashian no llevaría a una salida permanente porque cualquier miembro de la familia Kardashian/Jenner puede reaparecer y reanimar el interés.
"Pero creo que hay algo más aquí que hace que sea una supernova única, completamente inusual, si se quiere", dijo Nunan. "Tienen esta rara habilidad de mezclar su fama con su comportamiento tabú y esto ha llevado a que el público general las acoja".
No todos, claro, acogen a las J y K, pero sí los suficientes como para marear a quienes no las siguen.
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"Si de hecho comenzaran a no posar desnudas cuando están embarazadas, perderíamos interés, pero mientras continúen cruzando límites, continuaremos siguiéndolas, porque tenemos demasiado miedo de hacer las cosas que ellas hacen. Y ellas lucen bonitas haciéndolo", dijo Nunan.
Ningún berrinche como el John Brown, ninguna herramienta como la KardBlock del joven James Shamsi (con más de 2.400 descargas en dos meses) y ningún bloguero de farándula como Pérez Hilton, quien vetó por una semana al clan en una "Limpieza de las Kardashian" , ha convencido a Nunan de que la evidencia de fatiga reciente llevará al Fin.
"No creo que sean señales suficientes", dijo. "La tentación por las Kardashian es realmente fuerte. Representan tentación pura, ya seas un alcohólico, un adicto a las drogas o a las Kardashian. Es como comer helado todo el día, todos los días. No es nada bueno para uno, en absoluto".
Mary Murphy, una profesora senior en la Escuela Annenberg de Comunicación y Periodismo de la Universidad del Sur de California que ha sido reportera de entretenimiento por más de dos décadas, cree que la generación del milenio decidirá si la K-manía ha terminado porque es la más apasionada por las Kardashian.
"Y no se toman un descanso por la fatiga. Simplemente borran a una persona de la faz de la tierra. Un minuto estás de moda y al siguiente no lo estás", dijo Murphy.
Hasta en estos tiempos virales existe la sobreexposición, agregó.
"Las Kardashian cometerán algún error que los jóvenes no aceptarán", dijo Murphy, "o quizás el final llegue cuando comiencen a demandarse unas a las otras. Pero cuando suceda, será una caída rápida".