Mucha peluca y armadura, muchísimo sable y harto maquillaje colmaron los pasillos del vestíbulo y la pista de atletismo del Estadio Nacional. El Festival Internacional de Cosplay Kamen –el más grande del país– llevó su encuentro al que, hasta ahora, ha sido su foro más grande..., y lo llenó.
Durante el sábado –que lució más frío en asistencia y por la lluvia– y un cálido domingo, la organización del festival ofreció ventas, talleres, conciertos y concursos en varias categorías. Esta fue la gran fiesta de los ticos aficionados a interpretar personajes de anime , cómics y videojuegos, o a admirar estas caracterizaciones.
En su mayoría, los personajes son encarnados por adolescentes y jóvenes en sus veintes. Los mejor logrados se convierten en celebridades por una jornada. Los muchachos son detenidos a menudo por aficionados que, unos tras otros, les piden fotografiarse con ellos.
Erick Josué Arias y Jorge Peña, ambos de 24 años, han asistido a estos encuentros desde hace unos siete años, y opinan que la edición del Estadio Nacional ha sido la mejor. Ellos recuerdan las citas en el Cenac, en la Antigua Aduana y en la Villa Olímpica de Desamparados, y perciben un progreso notorio.
“Hay demasiados cosplayers y mucho mejores, en comparación con otros años”, opina Arias.
La organización esperaba unos 12.000 asistentes por día, y afirmó que había unos 450 cosplayers .
Enorme. La magnitud del evento de este fin de semana deja claro que el cosplay dejó de ser una afición marginal en Costa Rica.
Jeison Arias, de 25 años, interpretó a Ezio Auditore, del videojuego Assasins Creed , y Yuride Quirós, de 24, es Dieryu, de World of Warcraft . Ambos vienen de Cartago, y dicen que, al principio, asistían como aficionados cualesquiera a los festivales; pero hace unos meses se decidieron a participar por entero.
“Al principio, uno decía ‘qué vergüenza’, pero al final uno termina decidiéndose y lo hace”, cuenta Quirós. Se intuye que su camino ha sido el de muchos en el estadio, pues la afición al cosplay ha crecido con cada edición.
A pesar de que la juventud vibra en el encuentro, también hay cosplayers como Alonso Alfaro, quien llegó de San Pedro de Montes de Oca y tiene 50 años. Él interpretó a The Spirit, de la historieta estadounidense del mismo nombre.
“Pesa más la diversión que esto me ha dado que lo que pueda decir la gente”, dice Alfaro, quien confiesa que tuvo que maquillarse las canas para interpretar al personaje.
Los grandes eventos de la cita de ficción y fantasía fueron los concursos, cuyas bases de participación advierten que los vestuarios deben ser confeccionados en un 70%, al menos, por el concursante.
El certamen contó con un jurado que incluía a reconocidos cosplayers de Alemania y Finlandia.
Stephanie Sáenz, conocida como Himeko, tiene 15 años e interpretó una versión femenina de Roronoa Zoro, de la serie de animé One Piece . Ella hace cosplay desde hace dos años y tenía intención de participar en el concurso, pero admite que le dio pena.
“Hubieras participado”, la reprende su amiga Yerelyn. Vista la magnitud del evento, no habría por qué preocuparse: es seguro que tendrá muchas oportunidades en el futuro para animarse, valga el juego de palabras.