George Clooney cosecha todo tipo de halagos en cualquier sitio que visite. Es una particularidad de la que no puede presumir cualquier hombre con más de medio siglo de vida.
El actor estadounidense cumplió ayer 55 años, edad a la que llegó con la misma sonrisa perfecta con la que derritió corazones a mediados de los 90, con su interpretación del Dr. Doug Ross, en la serie Sala de emergencias ( E.R. ).
Desde la televisión, Clooney aceleró el pulso de las espectadoras, quienes lo asociaron desde entonces con la palabra “galán”, vocablo al que diariamente el actor le hace mérito con su mirada seductora, las canas que emergen año tras año y con sus notables participaciones en el cine.
El galán de oro; el galán de Hollywood; el galán de la eterna sonrisa... Tales son algunos de los calificativos comunes para el célebre actor, nacido en Lexington (Kentucky, Estados Unidos) en 1961 y premiado en múltiples ocasiones por su trabajo en las pantallas chica y grande.
Clooney es de esos seres humanos que no solo despiertan admiración por ser el guapo entre muchas celebridades. Él ha desplegado talento, clase y elegancia, razones suficientes para que la revista People lo eligiera en 1997 y en el 2006 como el hombre vivo más sexi del mundo.
La prodigiosa genética de George Clooney tiene asidero. Su madre, Nina Bruce Warren, fue reina de belleza de Kentucky, y la ascendencia del actor incluye raíces escocesas, holandesas, alemanas, inglesas y españolas.
La fama. De la belleza de Clooney nunca hubo duda: la patentó desde 1978 cuando actuó por primera vez en la miniserie Centennial ( Centenario ), basada en la novela homónima de James A. Michener. Lo que sí se cuestionó por años fue que lograra convertirse en la magnitud de estrella que es hoy.
Fue hasta 1996 –con dos años en el elenco de Sala de emergencias – cuando lo eligieron para protagonizar la película From Dusk Till Dawn (Del crepúsculo al amanecer ), una sanguinaria historia de vampiros que lo reinvindicó en la actuación y que le abrió paso en esa difícil industria.
Pronto llegarían proyectos de mayor prestigio como Batman & Robin (1997) y The Peacemaker (1997), como respuesta a las siete nominaciones a los premios del Sindicato de Actores de Estados Unidos (ganó cuatro) y a sus dos nominaciones a los Emmy, todas por Sala de emergencias.
Para ese entonces, George Clooney no era un nombre más. El actor se había convertido en fenómeno. Hollywood puso la mirada sobre él.
Clooney vivió sus primeros años de fama bajo la sombra del polémico y tormentoso divorcio de la actriz Talia Balsam (casados entre 1989 y 1993).
Superada la etapa, las apuestas en torno a su soltería y paternidad comenzaron. Las actrices en boga en ese entonces –Nicole Kidman y Michelle Pfeiffer– apostaron $10.000 cada una contra Clooney. El actor se dejaría el dinero si se mantenía soltero y sin hijos antes de los 40 años.
A las cuatro décadas, Clooney no había procreado ni se había casado nuevamente. Sus colegas le enviaron el cheque por $20.000 pero él lo devolvió y las retó a apostar nuevamente –pero el doble– a que se mantendría igual a los 50 años. De nuevo ganó el actor.
Clooney había llegado al medio siglo de vida y aunque en el camino tuvo relaciones sentimentales con Renée Zellweger, Krista Allen, Celine Balitran, Lisa Snowdon y Sarah Larson, con ninguna formalizó ni tuvo hijos. De la apuesta no se supo más.
¿Y el amor? Con que lo sí llegó George Clooney al medio siglo de vida fue con dos premios Óscar (2005 y 2012), cuatro Globos de Oro (2000, 2005, 2012,y 2013), un premio Bafta (2013) y varias estatuillas más.
También comenzó la nueva década convertido en director de cinco películas: Confesiones de una mente peligrosa (2002), Buenas noches, y buena suerte (2005), Leatherheads (2008), Los idus de marzo (2011) y The Monuments Men (2013) y amasando una fortuna de $58 millones (a abril pasado), según People With Money.
Su éxito profesional era ahora incuestionable, pero de su vida amorosa no había nada nuevo por decir, hasta que el 7 de setiembre del 2014, el actor apareció en la Fight Night Gala en Florencia, Italia, de la mano de una espigada mujer: era Amal Alamuddin, la abogada libanesa que flechó el corazón del hasta ese momento “eterno soltero de Hollywood”.
Era la primera aparición pública de la pareja, que ya se había comprometido a juzgar por el anillo que lució ese día la pareja del codiciado actor.
De la historia de amor entre ambos es poco lo que se sabe. Hay quienes dicen que Clooney conoció a Alamuddin en una actividad de amigos donde ambos coincidieron; sin embargo, ellos no ha detallado su verdadera historia, que sellaron con un portentoso matrimonio el 27 de setiembre del 2014 en Venecia, Italia.
Aunque ya esté casado, Clooney se desiste a tener hijos. Ella tiene 38 años. En ambos parece que el tiempo no apremia.
Ella se sigue posicionando como una de las principales abogadas en Europa, mientras que él (además de actor y director), es activista político y defensor de causas sociales, compromisos que asumió desde antes de la boda.
En marzo del 2012, por ejemplo, Clooney fue acusado de desobediencia civil y detenido a las puertas de la Embajada de Sudán en Washington. El actor se manifestaba en contra de la escalada de violencia en el país africano, que puso en peligro a más de medio millón de personas.
“Solo trato de llamar la atención, porque la atención es el único modo de conseguir que pasen cosas”, afirmó el intérprete en aquel momento.
También estuvo en la lista de los famosos más liberales de Hollywood al criticar abiertamente la guerra de Irak. “Pronunciaré la palabra ‘liberal’ tan alto y tantas veces como sea posible”, retó al gobierno estadounidense.
Clooney ayudó a las víctimas del terremoto de Haití y del huracán Katrina, y ha viajado la región sudanesa de Darfur para llamar la atención sobre las violaciones a los derechos humanos.
“Somos los paparazzi antigenocidio”, dijo a la revista Time.