Redacción
"De mi paso por Tu cara me suena me llevo una mayor autoestima, pues descubrí que no tengo que ponerme límites". Con estas palabras, Jill Paer resume su experiencia en la segunda temporada del programa de Teletica, que llegará a su final este domingo 31 de julio, con la transmisión en vivo de la gala número 17.
Con la franqueza que la caracteriza, la conductora y presentadora de ¡Qué rico! aseguró que ha sido un reto personal enorme, pero a su vez "gratificante", el llegar como una de las finalistas del show, pues jamás se imaginó que fuera capaz de romper con todos los prejuicios y estereótipos que se generaron con su participación en la segunda temporada del espacio de canal 7.
"Llegó un momento de la competencia en el que tuve que dejar de leer los comentarios negativos que se generaban cuando yo ganaba alguna gala, porque para mí resultaba muy hiriente ver palabras o frases como 'roca', 'vieja estúpida'. Sin embargo, esto me dio una fortaleza increíble, porque junto a mi papá, aprendí a lidiar con mis sentimientos y a no dejarme llevar por el rencor, pues es uno quien lleva consigo esa sensación de carga", comentó Paer.
Más allá de ese sentimiento de frustración que estas actitudes pudieron generar en ella, lo realmente valioso para la presentadora fue haberse dado cuenta que lo importante es siempre mantener los pies en la tierra y no dejarse llevar por el triunfalismo. Ese era el empuje necesario para regresar, con más fuerza, en cada una de las galas, a pesar de que algunos quisieran lo contrario.
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"Entendí, después de cada triunfo, que no me tenía que quedar con los cumplidos, pues eso me llevaría a caer en el conformismo y yo soy una persona a la que le guste esa zona. Fue así como decidí mantener mi propósito inicial: disfrutar al máximo de esta experiencia, divertirme, crecer. Al hacer un balance de todos estos meses, creo que el objetivo lo logré", dijo.
Cuando se le pregunta sobre qué será de Jill Paer una vez que las luces y los reflectores del estudio Marco Picado se apaguen este domingo, la productora se apresura a decir que su vida transcurrirá igual como hasta ahora: "Seguiré siendo la misma Jill, la que tiene que editar su programa, la que tiene que buscar patrocinadores y la que disfruta de lavar y limpiar la casa, aunque, para algunos, esto sea una tortura", agrega entre risas.
Su objetivo nunca fue ganar el programa, sino disfrutar de toda la experiencia, por lo que, al igual que lo hizo en su perfil de Facebook, durante la entrevista afirmó que no se ve como la gran triunfadora de esta segunda temporada, pues siente que este premio se lo debería de llevar Christian Goméz, Tapón.
"No creo que gane y la razón es muy sencilla: que la gente que me apoya es mayor de los 45 años y no son tan ágiles con el Internet, así que siento que esa es una ventaja que tienen mis compañeros sobre mí. A todas las personas que me dicen que quieren que gane, lo primero que les pregunto es si ya votaron y muchos me han dicho que no saben cómo hacerlo. Además, creo que el ganador debería de ser Tapón, porque es un hombre muy talentoso y creo que necesita este triunfo para su carrera", expresó la semifinalista.
Ante la posibilidad de que este domingo alce el trofeo, asegura que simplemente aceptará hacerlo en representación de todos los competidores de esta edición, pues la exigencia a la que se sometieron fue mucha. Para ella, este tipo de programas no se deberían de basar en la calificación de los jueces o escoger a un solo ganador, pues "ninguna persona que haya dado su mayor esfuerzo en algún objetivo debería ser considerada como perdedora".
Dejando de lado la posibilidad de roces con sus compañeros, Paer afirmó que esos "malentendidos" se presentaron solo una vez, y es algo que ella ve como una chiquillada, pues su reacción ante ciertas actitudes de los otros competidores solo fue porque, en algún momento, se llegó a sentir traicionada porque solo Opo Marín la apoyaba con los puntos.
"Creo que fue un poco de ingenuidad de mi parte, porque nunca vi esto como una competencia y creí que todos me llegarían a querer solo por ser yo y estar ahí. No lo niego, sí me dolió que compañeros como Choché Romano y Eloy Mora no me dieran su voto, pero hablé con ellos y les expliqué mi sentir sobre ese actuar. Sabía que, después de tanto tiempo juntos, lo mejor que podía hacer era lo que deberían de aplicar todas las familias: hablar de frente, así que eso fue lo que hice. Hoy puedo decir que me voy de Tu cara me suena queriendo a todos mis compañeros por igual, y con la admiración de haber compartido con personas tan talentosas", expresó con total convencimiento.
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Jill Paer se despedirá de Tu cara me suena al ritmo de James Brown, un cantante que la ha robado al máximo su energía y que la ha "obligado a mover un cuerpo que se ha negado a querer soltarse a bailar en toda la temporada". Para la presentadora esa ha sido, quizás, una de las mayores lecciones, el aprender a liberarse de todo aquello que la ata, negativamente, como persona y a valorar que todos los seres humanos son diferentes y que eso es algo "maravilloso".
"Yo llegué hace 41 años a Costa Rica, cuando no existía una brecha generacional como la que hay ahora. Recuerdo lo bonito que era que no existiera esa separación entre niños, jóvenes o adultos, pues todos éramos valiosos por igual. Debo confesar que no soporto etiquetas como 'adulto mayor' o 'gay', porque eso nos separa como sociedad y no nos lleva a nada bueno. Todos somos seres humanos, solo que tenemos cualidades que nos diferencian y eso es lo que nos hace únicos y valiosos. Hay quienes me dicen 'roca', 'señora' o 'vieja' para ofenderme, pero, la realidad, es que a mí me dicen vieja y lo siento como un cumplido, porque lo relaciono con esa Costa Rica que conocí hace tantos años y de la que me enamoré", finalizó.