Dieciséis años después de que la telenovela colombiana Yo soy Betty la fea sacudiera la pantalla chica latinoamericana, el actor Jorge Herrera (quien interpretó a don Hermes Pinzón, el papá de Betty la fea) todavía saca provecho del éxito alcanzado.
El colombiano llegó ayer al país para un viaje tan ajetreado como el realizado hace más de 10 años, cuando vino con el elenco de la misma telenovela que elevó su fama.
Herrera es parte del reparto de la película El lugar más feliz del mundo , que filma desde el 4 de mayo Soley Bernal.
Un día antes de comenzar a grabar sus escenas y con la preocupación de regresar a Colombia el lunes, el actor conversó con Viva sobre su carrera, su participación en la cinta nacional y los problemas de su natal Colombia.
¿Cómo se dio el contacto para estar en esta película tica?
Creo que se produce a raíz de un cineasta guatemalteco que conocí en un festival nuevo de cine en Colombia, en la ciudad de Montería.
¿Por qué acepta estar dentro del reparto?
Me parece una película divertida y el conflicto que la película plantea está vigente, es algo que nos interesa y compete a todos.
¿Cómo es su personaje?
Es muy curioso y querido. Es un personaje de esos con los que uno como actor convive por años de años y que siempre está detrás de cámaras. Es como hablar de un mundo tan importante sin el cual no habría escena. Lo acepté como un homenaje a esa gente que es tan amiga nuestra, tan querida y tan definitiva para que nuestro trabajo sea un éxito.
¿Es la primera vez que interpreta a un personaje con esas características?
Nunca había hecho un personaje así. Es llamativo.
¿Qué recuerda de su visita a Costa Rica hace más de 10 años?
Fue una estadía muy agitada porque fue con el elenco de Betty la fea . Nos acogieron bien y nos mostraron Costa Rica y su gastronomía. Hicimos programas de televisión, cenamos con unas personas que ganaron un concurso para compartir con el elenco de la telenovela... Siempre quise volver a Costa Rica y, mira, se presenta esta oportunidad y aquí estoy. De la misma forma, esta es una visita de trabajo.
¿Cuánto proyectó Yo soy Betty la fea su carrera?
Mucho. Me sigue proyectando. Donde quiera que vaya, esté en la latitud que esté, me recuerdan a Betty. Hace unos años llegué a Australia por razones laborales y me dije: 'estoy en el otro lado del globo' y me fui para la calle a adaptarme. Empecé a caminar en Sídney y, a las dos cuadras del hotel, escucho: 'El diablo es puerco' y me dije: 'no hay nada qué hacer. La trascendencia ha sido de proporciones incalculables y en el mundo entero.
¿Qué le dejó don Hermes Pinzón a Jorge Herrera?
Aún me cuesta quitarme de encima a Hermes y es una especie de karma, que para un actor puede resultar muy positivo, pero también negativo. Sobre todo hay algo que me preocupa mucho y es que no existe en mi país un reconocimiento legal de derechos de autoría, pero, por otra parte, me parece chévere que la gente me demuestre su cariño. La gente conserva el recuerdo de la novela como si la hubiera hecho el año pasado.
¿Le molesta que lo reconozcan más como don Hermes?
Te cuento: el año pasado iba a ser un programa en Colombia. Hice el casting y fui escogido, y cuando revisaron el reparto se dieron cuenta de que la que iba a ser mi esposa era Adriana Franco, la que interpretó a la mamá de Betty la fea. La producción dijo: 'esos son los papás de Betty, ellos no pueden ir juntos'.
”Hay efectos del personaje que también te perjudican. Es una ambivalencia la cosa de haber hecho un personaje de tanta trascendencia y prestigio. Por momentos es muy bueno y grato, y, luego, puede ser un poco preocupante”.
La producción televisiva en Colombia se ha volcado ahora por las narcohistorias. ¿Cómo analiza esa tendencia?
El tema se ha desgastado; es algo agobiante, insoportable y que nos desprestigia internacionalmente, porque la gente piensa si todo en Colombia es como se cuenta ahí. Desde el punto de vista actoral es cansado. Lamento mucho que las empresas de televisión en Colombia se ocupen de producciones específicamente de esos temas.
¿Cuál es la mayor crisis de su país?
La delincuencia común. Es muy generalizada e ingeniosa. Los delincuentes aplican una inteligencia malvada para hacer daño a los demás, a las sociedades y al tesoro público.
¿Qué otros proyectos tiene en camino en este momento?
Acabo de hacer una comedia con un colombiano. Estoy trabajando en la novela La luz de mis ojos, que es protagonizada por un personaje que interpreta a una invidente.
Aparte de actor, ¿a qué más se dedica?
Me dedico a todo lo que sea afín a la profesión de actor. Escribo teatro, dirijo teatro; soy actor de cine, de televisión y teatro. También soy profesor en la Escuela de Artes y Letras de Bogotá; eso me apasiona, pero a veces huyo un poco porque me absorbe demasiado.
¿Hasta cuándo seguirá con la actuación?
No pienso descansar. Empecé a actuar con solo 10 años (tiene 67) y en ese medio siglo no he parado. Ha sido un trabajo continuado que espero seguir ejerciendo.
Don Jorge, ¿y Betty?
Betty, la actriz, vive muy contenta según entiendo en Buenos Aires (Argentina). La última vez que la vi y hablé con ella fue en Bogotá. Me gustaría verla. Es un ser muy entrañable.