Juliana Herz puede ser poco conocida en el país, pero tiene bastante bagaje y colmillo en el mundo de la moda. Oriunda de San José, pero criada en playa Tamarindo, la chica de 23 años trabaja de forma silenciosa pero exitosa. Es la primera tica firmada por Elite Model de Estados Unidos en tres lugares distintos: Miami, Los Ángeles y ahora en Nueva York.
“Me fui de Costa Rica hace dos años este agosto, pero, originalmente, me fui a hacer un programa de la universidad en la carrera de Psicología en Chile, y así fue como comenzó todo. He tenido la dicha de trabajar en varios países, incluyendo México, Chile, Argentina, Perú, Suecia, Alemania, Italia, Francia, pero mayormente EE. UU.”, dijo.
Allí la agencia IMM la colocó en la firma chilena Rebel, donde hizo la campaña Everlast para Suramérica. A partir de ahí su carrera despegó, y ya instalada en Estados Unidos, realizó catálogos para firmas como Avon, Forever 21, Sckechers y Nelly.com.
“Mi sacrificio más grande ha sido dejar a mi familia. No pasa un solo día que no pienso en ellos. Pero sé que los estoy haciendo orgullosos con mis logros y eso me motiva. También ahora soy mucho más consciente de mi cuerpo. Te das cuenta de que las chicas que más plata generan son las que se cuidan. Y eso no significa ser esquelética, sino más bien verse saludable y en forma”, afirmó Herz, quien fue portada de la reconocida revista Harper’s Bazaar, en España .
Curiosamente, por medir 1,70 metros de estatura, se le cerraron algunas puertas tanto en el país como en el exterior.
“¡Qué chistoso! ¿No? En realidad, en Chile también me afectó un poco la estatura. Fue cuando llegué a EE. UU. que me di cuenta de que eso es un mito. Si un cliente te ama, te va a amar sin importar la estatura”.
En cuanto a los peligros que esta carrera enfrenta, agregó que son muchos, pero está en cada cabeza exponerse a ellos o no.
“Sirve mucho tener una buena agencia que te cuide. El mundo del modelaje, como cualquier otro ámbito de trabajo, tiene sus pros y contras. Hay mucha fiesta y mucha droga al alcance, y es muy fácil ir por el mal camino, lo mismo chicas que desarrollan problemas alimentarios por tanta crítica. Aunque parezca increíble, las modelos son las personas con la autoestima más bajo que existe. Constantemente, somos criticadas por clientes y agencias, así que hay que tener la cabeza muy bien puesta para no dejar que estas cosas le afecten a uno”.