Hay un poco de rebeldía en el éxito profesional del estilista, empresario y, más recientemente, modelo italiano Omar Boninsegna, radicado en Costa Rica desde hace más de década y media.
“Siempre que me decían ‘eso no’ o ‘así no’, nunca cambiaba la marcha, más bien aceleraba hacia la dirección que me decían que no tomara. Siempre he considerado mejor abrir un sendero solo, que seguir la línea del sendero por el que van todos los demás”, considera Boninsegna.
Ese espíritu impulsó al extranjero a venir a Costa Rica en 1998, con el fin de formar profesionales en estilismo por encargo de una firma británica.
Esta misión lo obligó a dejar atrás el mercado europeo, tan importante para la industria de belleza y moda, así como su trabajo con estrellas como Luciano Pavarotti o Elton John, o para exclusivas marcas como Versace o Dolce & Gabbana.
Omar lo sabía; de otra manera no se habría desafiado. En Costa Rica pasó el primer año y renovó su estadía por 12 meses más. Pronto encontró el amor, se casó con Tiffany Stewart y tuvo hijos (tiene tres), razones suficientes para arraigarse en una tierra a la que ahora se refiere como “mi paraíso”.
Fue también aquí donde Omar consolidó su carrera como estilista, debutó como empresario (es dueño de la franquicia Make Up Store y del salón Eurostyle) y, en setiembre, se estrenó como modelo, faceta en la que incursionó a solicitud de su amiga Leonora Jiménez. Otra responsabilidad que ahora carga sobre sus hombros.
“Estaba en lo mío, en mi camino, ejerciendo mi profesión (el estilismo), pero un día Leonora Jiménez me llamó ofreciéndome hacer unas fotos para la sección de hombres de la revista Traffic . Inicialmente lo dudé, pero conocí de la producción y accedí (a las fotografías)”, detalla Boninsegna.
Sería la primera experiencia formal como modelo que Omar asumiría. Pese a iniciarla a sus 43 años, esto lo refrescó en los planos personal y profesional; además, le hizo saber a sus hijos que los años no son obstáculo para conquistar el éxito.
“Tomo esto a la edad que tengo como un ejemplo para mis hijos, para que ellos sepan que en la vida todo es posible y que nunca es tarde para poder tomar senderos nuevos y aprovechar al máximo las oportunidades que la vida nos da”, agrega con simpatía.
Como espuma. El atractivo hombre de cabello y barba blancas cautivó rápidamente las pasarelas locales: fue fichado para el San José Nuestro Runway (desfile anual al aire libre que se realiza en el marco del Traffic Museum) y, posteriormente, integró el line-up del Mercedes-Benz Fashion Week Guanacaste.
Tras caminar por las pasarelas costarricenses, el italiano cruzó la frontera y lideró el desfile del Fashion Show de Sául E. Méndez en Guatemala, en marzo. Allí se mostró con elegancia y sofisticación ante unas 5.000 personas.
Actualmente, Omar cuenta los días para viajar a México a solicitud de exclusivas casas de moda y firmas de modelaje; empero, ese periplo deberá esperar a que culmine con las grabaciones que le corresponden en la película Hombre de fe , acerca de Keylor Navas, en la que participará con un papel que aún no ha sido especificado.
“Sería arrogante decir que estaba tallado para ser esto (modelo), absolutamente no. Esto sucede como se dan las cosas más lindas de la vida: por casualidad. El secreto es estar listo y con la actitud adecuada para poder tomar los trenes que pasan en la vida y tomarlos de la mejor forma, duren lo que duren, ya sea un fuego en papel o que dure más. Lo importante es disfrutar el momento y el día”, afirma.
Omar conversó con Viva a mediados de mayo sobre su más reciente etapa y la filosofía que lo acompaña en esta nueva ruta, que, aunque suene paradójico, recorre mientras arrastra consigo 27 años de trayectoria en la moda, pero siempre detrás de las pasarelas.
A pesar de ello, él asegura que las pasarelas y sesiones de fotos para revistas irrumpieron en una de sus mejores etapas y que se le presentaron como una opción más para darle continuidad al objetivo con el que arribó a Costa Rica en 1998: contribuir con el crecimiento de la cultura del estilismo.
“Esta oportunidad la leí como un paso adicional, paralelo a la moda, para llevar adelante el proyecto que tengo en Latinoamérica de hacer crecer la cultura del estilismo. Es una etapa en la que tengo suficiente madurez para poderla aprovechar, no por ego personal, sino para divulgar, enseñar y demostrarle a los demás que en la vida nunca nada es tarde y que si crees en ti cualquier cosa puede suceder”, subraya este apasionado del arte y de los deportes de contacto.
Boninsegna acepta que ser vocero de moda y estilismo siempre ha sido una de sus tareas principales; empero, por muchos años, pensó que lo haría desde los backstages o en grupos reducidos, no en tapas de revistas o selectas presentaciones.
Más que físico. Es en esa tarea de divulgación en la que este vecino de Ciudad Colón centra el concepto que tiene de modelaje, una idea que va más allá de un cuerpo tonificado, esculturalmente pulido y de innegable belleza.
“El modelaje significa una forma de divulgar en Latinoamérica un estilo de vida que me encanta, que es el que tenemos en Europa de vivir de la mano con la moda, con los sueños… La moda es una visión, una forma de proyectarse, una manera de ver la vida y que evoluciona constantemente”, explica.
Para él, otros insumos cruciales en la existencia de cualquier ser humano son la actitud y la formación intelectual.
“La estética es importante, pero creo que más del 50 por ciento de la estética en sí está en la actitud que tengamos, en mostrar seguridad y firmeza, pero también amor, y transmitir pasión a las personas. Cada uno de nosotros tiene muchos potenciales, más de los que, al final, logramos poner en práctica, pero hay que tener mucha autenticidad, autoestima. Hay que leer, aprender, no solo abandonarnos a lo fácil y creer en lo que oímos. Aconsejo a los jóvenes a ser curiosos y ambiciosos”, recomienda a las nuevas generaciones.
Omar sueña con seguir promoviendo sus pensamientos y posturas sobre la moda, el estilismo y el arte desde Costa Rica, país desde el que ahora busca proyectarse al mundo. De esta forma lo decidió hace 18 años, cuando quiso abandonar un éxito garantizado para luchar por uno propio en otro continente. en el que la moda palpita con ritmos muy diferente.
Omar en lo íntimo. Amante de la lectura, la cultura y el arte, así es Omar Boninsegna. El estilista, empresario y modelo italiano gusta de los deportes de contacto y que requieren de un poco de agresividad porque “los demás le aburren”. Para él, el concepto de belleza va más allá de tener un buen físico. “Es verse bien, alimentarse bien, descansar bien; comer, leer y pensar bien. Amar bien y ser bien amado también”. El italiano llegó a Costa Rica como estilista en 1998.