El personaje era una construcción de vanguardia para la comunidad afroamericana. Hasta la fecha, pocos personajes negros en la televisión eran exitosos, profesionales y educados. Así fue como Cosby se convirtió en un modelo para televidentes y celebridades.
La lista de mujeres que acusaron al comediante de crímenes sexuales comenzó a reflejar cuántas de esas situaciones se pudieron haber dado en el contacto con colegas.
La súper modelo –y antigua jueza del programa de concursos America’s Next Top Model– Janice Dickinson, fue una de las identidades más reconocidas que contaron su propia versión de la historia que Andrea Constand declaró en su demanda en el 2005.
Las mujeres suelen contar la forma en que Cosby las conocía en ambientes seguros y familiares: en restaurantes, en fiestas, actividades sociales; la mayoría establecía contacto con Cosby buscando consejo profesional o ayuda médica. Ël rara vez utilizaba violencia, prefería sedarlas y manipularlas hasta que no tuvieran escapatoria.
Varias admiten que el artista les pagó por su silencio. Este tipo de casos hacen tambalear la credibilidad de las víctimas, una de las razones por las que a la fecha hay pocas demandas viables contra él. La fuerza de la opinión pública también atentó contra el coraje de varias de las víctimas.
A los ojos del público persiste la idea de una identidad indisoluble con la de Cliff Huxtable, sin embargo la máscara ha comenzado a resquebrajarse.