No hace muchos años Barrio Escalante entregó sus casas históricas a la mano diestra de los cocineros. Desde entonces, se instalan en los alrededores de la calle 33 los vecinos más curiosos: exploradores del arte de la gastronomía e incipientes negocios que, a prueba y error, han logrado conquistar el paladar de los ticos.
Este domingo, 16 de los múltiples restaurantes del área sacarán sus cocinas al aire libre. Los locales miembros de la Asociación Paseo Gastronómico La Luz preparan 10 horas de buen comer, música y charlas gastronómicas.
Los restaurantes que participarán de la actividad serán Impar, Gambas, Keidas Lounge, la Crepería El Gato Negro, Verdísimo, Costa Rica Beer Factory, Sofía Mediterráneo, Piemonte, Luna Roja, Olio, Le Cook, Frida's, Casa Agüizotes, Lulú & Saturnino, L' Ancora e Il Volpino.
La cantidad sobrepasó las capacidades de producción que anticiparon los seis locales involucrados en aquella fecha.
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“Lo hicimos, arrogantes, pensando que iban a llegar 5.000 personas. Eso nos dio una idea del vacío que tiene esta ciudad”, detalló Silvia Rodríguez, presidenta de la Asociación y dueña del restaurante Luna Roja. “La reacción de la gente fue impresionante. Nos llenaron la calle y también los restaurantes; a las 4 p. m. colapsaron las cocinas. Eso nos hizo aprender y prepararnos mejor”, dijo.
La experiencia les dejó muchas enseñanzas. Para empezar, estrechó todavía más los lazos de colaboración entre los restaurantes: en medio de la inesperada crisis del festival, los ingredientes se compartían entre las diferentes cocinas y los establecimientos con retrasos severos aconsejaban a sus clientes con opciones similares de comida.
En este segundo festival, ese espíritu de solidaridad ha sido vital. La Asociación asumió la tarea de negociar con los vecinos del barrio, la Municipalidad de San José y cuatro parqueos josefinos los aspectos de seguridad y transporte durante el día.
La publicidad también ha sido más ambiciosa. Hace varias semanas crearon un evento en Facebook al que han confirmado su asistencia más de 5.000 personas y otras 5.600 se han declarado interesadas.
Pese a la naturaleza masiva del festival, los restaurantes del Paseo Gastronómico quieren que los visitantes no pierdan de vista los verdaderos motivos de organizar un espacio como este.
“Lo más importante es que nos encontremos, que nos apropiemos de los espacios públicos, que esto sea, más que un evento familiar, un acontecimiento comunitario”, asegura Rodríguez.
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¿Qué hay de comer? A un festival gastronómico se llega con hambre, sin faja en los pantalones y, más importante, con un presupuesto ordenado. Después de todo, perder la cordura con la billetera puede ser un error común al verse rodeado de tan variada oferta culinaria.
En sus respectivos puestos callejeros, los restaurantes ofrecerán un menú diseñado para el día, acorde a su sello gastronómico. Por ejemplo, Luna Roja exhibirá su cuchara tica con “boquitas” típicas: burritos con picadillo de chicasquil, papa o arracache; chorreadas rellenas con queso, frijol o chicharrón y pupusas salvadoreñas. Todo ello tendrá precios entre los ¢2.500 y ¢3.500.
Del otro lado del mundo, el Restaurante Sofía Mediterráneo ofrecerá sabores europeos: la hamburguesa de cordero que se hizo célebre en la primera edición del festival (a ¢5.000) y una versión con torta vegetariana de garbanzos (¢3,500). De postre, tendrán una versión pequeña de su baklava (pastel relleno de una masa de nueces trituradas entre láminas de pasta filo) a ¢1.000.
Los extremos gastronómicos que caracterizan los locales del Paseo La Luz son otra de la gran fortaleza de la actividad. Si el suyo es un paladar curioso, esta oportunidad debe aprovecharla para probar un poquito de todo.
Si se le antoja probar mariscos, Gambas ofrecerá tacos de pescado, brochetas mar y tierra y un suculento plato de ceviche (una de las mejores cosas que ofrece el restaurante es precisamente su leche de tigre). Los precios varían entre los ¢1.000 y ¢4,000.
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Si lo suyo es lo dulce, la Crepería El Gato Negro servirá beignets , un postre tradicional de la ciudad estadounidense de Nueva Orleans que básicamente es masa frita cubierta de azúcar, pero que resulta ser uno de los bocadillos más sabrosos de la cocina creole. El platillo se venderá a ¢2.500 la porción y también habrá toppings para acompañarlo (Nutella, mora o fresa).
Los clientes vegetarianos y veganos encontrarán muchísimas opciones. No obstante, si su dieta es muy estricta en ese sentido, lo mejor es que se dirija al puesto de Verdísimo. Este local ofrecerá un precio estándar de ¢3.500 por tres platos, incluyendo una versión de chifrijo con carne de soya capaz de engañar hasta al más carnívoro (doy fe de ello).
Para beber, el festival ofrecerá un poco de todo: refrescos naturales (como la clásica limonada con hierbabuena y la bebida con yogurt ayran que ofrece Sofía), vinos, sangría, tinto de verano y, por supuesto, una amplia selección de cerveza artesanal, cortesía de Beer Factory .
5 consejos para aprovechar el Festival Gastronómico
Tenga en cuenta que será un evento masivo. Planifique de antemano sus soluciones de transporte, su presupuesto de inversión y, sobre todo, téngale paciencia a las filas. Al final, valdrá la pena.
1. Camine o use bicicleta
Barrio Escalante no tiene parqueos. Los organizadores aconsejan llegar en bicicleta, habrá espacio para guardarlas. Los que viajen en carro podrán optar por un servicio de busetas (cada 20 minutos) desde cuatro parqueos: Calderón Guardia (frente al nuevo edificio del hospital), Tasco (frente a la estación al Atlántico), Papacitos (diagonal a la Asamblea Legislativa) y Fercori 2 (detrás de la UAM en Barrio La California).
2. Use tarjeta
El Paseo Gastronómico gestionó una alianza con Credomatic, lo cual asegura que habrá datáfono en todos los puestos. Los tarjetahabientes de este servicio obtendrán regalías de bebidas y descuentos especiales. El presupuesto para comer un almuerzo completo será de ¢8.000 en promedio. Aún así, es prudente que considere un límite de gasto.
3. Pruébelo (casi) todo
Rara vez hay una oportunidad para degustar menús tan distintos al mismo tiempo. No se conforme con pedir el almuerzo completo en un mismo lugar: camine y pruebe de todo, la dinámica del festival se presta para “boquear”. Asimismo, vaya sin prisas. Coma despacio y sin remordimiento, este es el domingo en el que debe darse el lujo de pedir dos postres.
4. Prepárese para el picnic
Los restaurantes estarán abiertos para los clientes con menús reducidos. Sin embargo, los clientes de los puestos callejeros tendrán que buscar mesa en las afueras de barrio Escalante. Esto no es ningún problema, en el primer festival los comensales se trasladaron con comida y cerveza en mano al parque Francia y las frescas aceras del barrio.
5. Aproveche las charlas y la música
El Festival tendrá dos toldos de música y uno de conferencias. Entre los artistas invitados están Manuel Monestel, Zurdo + Cardamomo y los veteranos del blues de Nueva Orleans, JR Blues and John Carey. Las charlas incluyen guías sobre café, vino y cerveza. También, el Museo del Jade tendrá un puesto dedicado a la gastronomía precolombina.
Revise aquí el mapa gastronómico de barrio Escalante: