Viejos conocidos demostraron por qué son los favoritos de los lectores durante el año, pero también hubo espacio en las librerías para debuts notables.
El premio Nobel para la cuentista canadiense Alice Munro implicó, como es usual, un resurgimiento de su popularidad en inglés, y mayor difusión de su obra en español. Para muchos críticos, también fue un reconocimiento de la prominencia del cuento.
Elena Poniatowska recibió el Premio Cervantes – apenas la tercera mujer en obtenerlo–, lo que reavivó el interés por su obra variada y extensa. En portugués, Mia Couto mereció el Premio Camões y el Neustadt, y volvió a sonar como posible Nobel.
Las nuevas novelas de Dan Brown y Khaled Hosseini fueron las más vendidas en Amazon de Estados Unidos, seguidas por la de “Robert Galbraith” (J.K. Rowling). En Estados Unidos, obras como The Flamethrowers (Rachel Kushner), Tenth of December (George Saunders) y Dissident Gardens (Jonathan Lethem) provocaron amplio debate, así como obras de Donna Tartt, Thomas Pynchon y Dave Eggers. Mario Vargas Llosa publicó El héroe discreto y Rosa Montero, La ridícula idea de no volver a verte . Otros autores destacados este año fueron Mario Bellatin, Isaac Rosa y Alejandro Zambra.