Elena Poniatowska dice estar emocionada, pero sobre todo sorprendida por haber sido galardonada por el principal premio de literatura hispana, el Cervantes.
"Ha sido un recorrido muy constante y muy gratificante para mí", dijo Poniatowska el martes a la agencia The Associated Press en referencia a su carrera en el periodismo y la literatura.
"Creo que soy una mujer con muy buena estrella, una mujer muy afortunada, porque además tengo tres hijos sanos y vivo en una casa llena de flores, pequeña, pero llena de flores y de árboles; con un limonero que da muchísimos limones" , añadió la autora de 81 años, que ha explorado varios géneros tanto en la literatura como en el periodismo.
Y es que para la agasajada, el Cervantes es un reconocimiento no sólo a su faceta como escritora, sino también a la de periodista. "A esta tarea que muchas veces ha sido criticada, vilipendiada" , dijo, al tiempo que comentó que al principio pensó que era una llamada desde España para pedirle alguna corrección a un artículo que envió al diario El País.
Pero más allá de la emoción por el premio, dijo que "ante todo" es una persona que trabaja todos los días y por eso ya prepara su siguiente novela, apenas unas semanas después de que llegó a las librerías una biografía de su autoría sobre el astrónomo Guillermo Haro, su esposo fallecido en 1988.
A México. La autora aseguró que dedicará el Premio Cervantes de Literatura a México, un país que le preocupa y al que tiene pensado dejar su legado a través de una fundación. "Se lo dedicaría primero que nada a mi país, a México" , así de rotunda fue la escritora cuando le preguntaron a quién dedicará el máximo galardón de las letras en español cuando lo recoja en abril del próximo año.
En una conferencia de prensa celebrada en la capital mexicana unas horas después de saber que era la ganadora del Cervantes, la escritora y periodista explicó que le gustaría hacer algo por su país y que lleva ya años pensando en hacer una fundación.
De hecho, contó, ya dos universidades estadounidenses, Stanford y Princeton, quisieron llevarse todo lo que tiene, entre otras cosas cartas con Carlos Monsiváis, Octavio Paz y Rosario Castellanos, pero ella se negó.
"Todo me lo querían comprar y los gringos te pagan muy bien, pero de repente mi hijo Felipe dijo que era una vergüenza que todo se fuera de México", afirmó, por lo que decidió que su fundación tenía que quedarse en su país.
Aunque no dio muchos más detalles, la escritora aseguró que el Gobierno del Distrito Federal le va a proporcionar el edificio y que allí se podrían hacer talleres, conferencias.
Quiere que cuente con un espacio para investigadores y también para que los niños empiecen a leer y amar la lectura desde pequeños.
Y es que para Elena Poniatowska, México es una de sus principales preocupaciones: la devastación causada por los recientes huracanes Ingrid y Manuel, los maestros que rechazan la reforma educativa, las iniciativas petrolera y fiscal, pero sobre todo la gente se va a la cama sin casi haber comido.
"Que nuestro país se vaya cada vez más para atrás y que seamos los condenados de la tierra, como África", dijo la escritora, quien confió en que "ojalá nosotros salgamos adelante con una única cosa, que es la educación".