Por Manuel Herrera F.
Fabricio Estrada
Poeta hondureño
El hondureño Fabricio Estrada es uno de los extranjeros protagonistas de la décimo cuarta edición del Festival Internacional de Poesía. Él habló ayer con Viva.
¿Qué espera de este festival?
Vengo de Honduras, un país altamente intoxicado por los problemas que tiene, por lo cual mis expectativas son las mismas que tiene cualquier centroamericano respecto a Costa Rica. Venir aquí, sea de manera cívica, ciudadana o anónima, es venir a respirar y venir a un festival, como ciudadano y poeta, me desintoxica más.
¿Cuáles son los principales escollos que enfrentan los escritores hondureños?
Un analfabetismo real igual que funcional, una población enajenada por el mercado, por la explotación..., una pobreza enorme que impide ver al libro como un objeto de primera necesidad. En Honduras, todos los poetas nos enfrentamos a una realidad vaciada permanentemente del signo textual y que obliga a alfabetizar a la población en cada presencia de la poesía.
Entonces, ¿cómo es escribir poesía en Honduras?
Es hermoso. Es plantarle la cara a un sistema que niega la poesía, por lo tanto la estatura de la poesía se hace doble, sin quererlo, por mínima que sea la expresión poética, porque todo está en contra del creador.
¿Cuál su estilo de poesía?
Depende de lo que me está exigiendo mi entorno y mi realidad. Si estoy organizado en una lucha popular, voy a escribir poesía popular; si estoy organizado en mi silencio particular, voy a escribir poesía intimista.