“Parece salir de las bocas de mujeres que, aún excluidas o rotas, quieren tener las mismas alas y derechos con que cuenta cualquier ser humano”. Eso escribe el periodista Froilán Escobar sobre el libro Mujer alada pero rota no vuela de la periodista y escritora Michelle Roe; una publicación que le da vida a 14 crónicas de mujeres lesbianas.
Hoy martes 7 de junio Roe presentará su obra junto a Emma Chacón, activista feminista de los derechos humanos de las mujeres, y Guillermo González, profesor en la Universidad San Judas Tadeo y docente e investigador en la Universidad de Costa Rica. La actividad será en el Instituto México , es gratuita y dará inicio a las 7 p. m.
¿Qué busca explorar con este libro de crónicas?
Es un libro de crónicas lésbicas. Quería mostrar la realidad humana de las mujeres lesbianas en nuestro país; es algo que realmente no se conoce. Está escrito totalmente sincero, honesto, sin ningún tapujo, tal y como son las relaciones entre mujeres: tan crudas y tan hermosas como pueden ser, porque así es la vida. Es simplemente mostrar lo similares que somos todas las mujeres, porque igual nos enamoramos, tenemos nuestros anhelos y deseos pero a la vez también sufrimos. No hay ninguna diferencia; la única diferencia que tienen estas mujeres del libro es que aman a otras mujeres.
Dice el periodista y escritor Froilán Escobar que este libro de crónicas es un espejo que hace visible pedazos duros o hermosos de la vida de mujeres que como usted, piensan, aman o desean a otras mujeres. ¿Lo ve así?
Pues sí, realmente uno se ve reflejado en todas las historias. No solo yo, sino cualquier persona. A como hay historias de amor bellísimas, hay historias de infidelidad, de temores, de dudas. Todos los seres humanos experimentamos las mismas emociones en diferentes circunstancias.
Agrega, además, que se pone en primer plano las cicatrices y para mostrar cómo hiere la intolerancia, lo cual hace que tenga un abordaje polémico. ¿Es así?
Sí claro, el tema ya en sí es un tema polémico y muestra estas historias de una forma brutal. Las muestra con total sinceridad y honestidad; sin censura. Por supuesto que es algo polémico. Se ve en estas historias la intolerancia, la discriminación, el rechazo hacia la mujer lesbiana y, además, los temores que le genera a una mujer saberse lesbiana. El cómo manejar este aceptarse y aceptar su naturaleza es muy difícil en una sociedad con tanta discriminación, en donde no hay igualdad jurídica ni social, sino que hay rechazo. Estas historias muestran esa intolerancia y la forma en que tienen que manejar cada una de estas mujeres ese rechazo desde su propia realidad.
¿Fue difícil escribir sobre un tema que toca tantas fibras personales?
No fue difícil, porque es una realidad humana que me ha tocado a mí personalmente como mujer lesbiana. El escribir sobre estas vidas puede ser duro. A uno a veces le emociona positiva y negativamente. Hay historias que te generan emociones tristes por lo duro que pudo haber sido para esta mujer todo lo que enfrentó. Escribirlo en sí no es difícil porque mostrar una realidad como periodista es una responsabilidad social. Como lesbiana, era una obligación personal. Pero difícil no fue, fue una aventura maravillosa.
Decía la escritora Sarah Waters que le parece importante reivindicar la etiqueta de “escritora lesbiana”, porque si no se entra en la invisibilidad tras la etiqueta. ¿Opina igual que Waters?
Las etiquetas siempre son odiosas y la sociedad tiene esta manía de etiquetarnos a todos. Homosexual o heterosexual, blancos y negros, mujeres y hombres, videntes o no videntes. Es una forma de dividirnos, de segregar y de discriminar. Yo soy cronista, soy periodista y quisiera simplemente que me conocieran como Michelle Roe, nada más, sin etiquetas. Sin embargo, creo que las etiquetas en este momento no dejan de ser necesarias porque pone las cosas por su nombre. Todavía hay un montón de desigualdad y discriminación y es un trabajo que como sociedad tenemos que seguir haciendo. Se ocupan las etiquetas para defender lo que todavía se necesita para un grupo y población históricamente discriminada. Yo sueño con un mundo sin etiquetas.
En Costa Rica no se acostumbra a enfrentarse con este tipo de publicaciones. ¿Cómo cree que será recibido?
Espero que a nivel de crónica bastante bien. En cuanto a la temática, me imagino que habrán posiciones de todo tipo. Somos una sociedad muy heterogénea y todavía existe mucha lesbofobia y sin embargo, no es igual que hace veinte años o más. Hay una mayor apertura y las cosas han ido cambiando. Pero ciertamente uno está anuente a que va a tener opiniones de todo tipo.
¿Qué persigue Mujer alada pero rota no vuela ?
Yo espero que la gente que lo lea se dé cuenta de que no somos diferentes al resto de mujeres , que nuestra diferencia es que amamos a otras mujeres, pero que al final todas somos iguales . También quisiera pensar que si algunas mujeres lesbianas que se sienten avergonzadas o con temor de vivir lo que están sintiendo, al leer el libro se den cuenta de que sus sentimientos no son únicos, que no están solas y que sus temores y miedos los han vivido muchas mujeres más. Que se animen a simplemente a vivir, sentir y amar como cualquier persona. Eso sería algo con lo que yo espero poder contribuir con este libro.