Nouri Al-Jarrah llega al lobby del hotel –donde se realizaría la entrevista– con cuatro libros en una mano y una gran bandera en la otra. Los libros son de su autoría; uno de ellos está traducido al español.
Se titula Poemas selectos y fue editado en el país con motivo de su visita al XIV Festival Internacional de Poesía de Costa Rica , que se extenderá hasta el día 16 de este mes con 16 invitados y en 16 sedes por todo el país .
La bandera que lleva es la que se utiliza como símbolo de la revolución siria, la misma que en algún momento simbolizaba la independencia, hasta que, durante el mandato de Hafez al-Asad, se cambió a una que Nouri Al Jarrah se resiste a que perdure.
“La revolución me da esperanza de volver a casa”, dice este poeta nacido en Damasco pero exiliado desde 1981, primero en Beirut, luego en Chipre y Londres.
Más de una decena de poemarios publicados, en los que abundan las obras con mujeres y niños como protagonistas, lo catalogan como uno de los poetas más destacados de este momento pero, principalmente, le han dado la voz a la tragedia de su país natal.
¿Qué lo motiva a llevar la bandera donde sea que vaya?
Hay mucha gente que ha muerto por cargarla. Yo la llevo conmigo siempre que voy a hablarle a la gente de poesía y a contarles de la tragedia siria o la lucha que ocurre por la libertad.
¿Cómo ha cambiado su poesía desde que la tragedia siria alcanzó el nivel actual?
Mis poemas en el exilio son muy similares a los que escribía antes de la revolución. En ellos siempre se encuentran batallas de una persona en contra de sí mismo o en contra de su memoria; voy a dar un ejemplo.
Escribí Cartas de Odiseo en 1991, pero si alguien lo lee ahora, en este contexto, va a sentir que fue escrito recientemente, y lo puede relacionar con la tragedia siria. Yo lo escribí cuando estaba en Londres, preguntándome cuál sería mi futuro, que parecía incierto; yo soy Odiseo que morirá en el barco y nunca volverá a Ítaca o, en mi caso, a Damasco.
¿Lo escribió pensando en que moriría antes de regresar a Siria?
Antes yo creía eso pero, con el tiempo, cambié de parecer. La revolución me ha dado la esperanza de regresar a Siria o a Ítaca, como Odiseo.
“Otros poemas que están incluidos en Poemas selectos los escribí en los últimos años, desde que los problemas se agravaron. Ahora la tragedia es parte de la vida cotidiana de los sirios, es un gran drama diario: la mamá en un país, el hijo en otro, la hija por allá, el papá en un bote, algunos perdidos...
¿Ese también es el caso de su familia?
Sí. Tengo una gran familia: cinco hermanas y siete hermanas. Todos están en este momento en campos de refugiados, o van de camino a algún lugar, están en Líbano, Jordania, Turquía, Holanda…
“Necesitamos que los intelectuales de Latinoamérica nos apoyen. Esto se trata sobre libertad, dignidad, justicia, sobre un futuro para nuestros niños.
“Así como anteriormente han apoyado otras causas de lucha por la libertad en otras partes del mundo, espero que vean lo que está pasando con la gente allá, pero me duele decir que yo no veo demostraciones en Latinoamérica contra las dictaduras del otro lado del mundo, en mi país o en países cercanos. ¿Por qué no quiere volver a ver la tragedia que está sufriendo tanta gente ahora?
¿Cree que su poesía puede convertirse en una herramienta para explicarle al mundo lo que ocurre allá?
Los poetas le enseñan a la sociedad a ser libre; la poesía pueda dar esperanza. Puede generar sentimientos hermosos; es una especie de amor, construido con imaginación. No se puede escribir como un manifiesto político.
De hecho es evidente que no hay palabras políticas de manera directa en sus poemas.
Es que la poesía política no funciona. A la gente no le gusta eso, la gente prefiere lidiar con un lenguaje más suave pero profundo. Existen textos llenos de amor, como los de Pablo Neruda, que son más poderosos que un escrito político. La poesía del amor, es más fuerte que la poesía política.
¿Cómo puede ser leída su poesía en este momento histórico tan trascendental para Siria?
Estoy acá como poeta y no como político. Le doy mis poemas a la audiencia y no me pongo a pensar más allá del hecho de que es poesía pura, pero suficientemente fuerte para darle un mensaje a otros obre uno mismo, sobre los problemas y la imaginación.