La escritora costarricense Anacristina Rossi acaba de publicar en México su quinta novela, titulada La romana indómita; esta vez con el sello de la editorial Planeta.
Será a finales de mayo que llegará a nuestro país este libro que se remonta a la Roma del año 27 a. C. para contar la historia del dictador Julio César Octaviano (proclamado Augusto) y la de su hija Julia, joven indomable que juzga constantemente la forma de gobernar.
La romana indómita habla acerca de un tirano a quien el poder trastorna de tal modo que termina destruyendo lo que más ama, mientras que su hija se debate entre el amor incondicional hacia su su padre y el fuerte rechazo que siente hacia las ideas políticas de su progenitor.
Rossi afirma que la novela está basada en hechos reales, pero utilizó la ficción para completar los "huecos" de documentación que existen.
La escritora de La loca de Gandoca (1991), Limón blues (2002/2003) y Limón reggae ( 2007) habló con Viva acerca del proceso de investigación y escritura que le tomó ocho años para finalmente publicar un libro "completamente diferente" a lo que ha hecho y que le cambió su manera de ver la vida.
–¿Qué historia cuenta esta nueva novela?
–Trata de reconstruir los huecos dejados en la historia de la hija del primer emperador romano. Se llama Julia y es la primera hija de Augusto, que es el que lleva a cabo la transformación de la República Romana en una monarquía absoluta. A partir del Senado, que era el poder de la aristocracia, los tribunos de la plebe y las asambleas del pueblo quedan vaciadas de poder. Él se adueña de los poderes de todos.
"El Augusto prohíbe que se escriba sobre su reino a partir de la Batalla de Accio, que él gana en el 34 a. C. A partir de ahí no se puede escribir, entonces se acaban los historiadores en Roma.
"Las noticias que tenemos de Julia arrancan con Tácito, gobernador del Imperio Romano como en los 70 d. C. Todos los que escriben sobre este tema escriben mucho después. Lo que sabemos por estos escritores es que Augusto la condena después de parir cinco hijos, por supuestamente tener cientos de amantes, de prostituirse en la calle y, por eso, la destierra de por vida.
"Como él la había casado con hombres muy importantes, uno de ellos, su principal general, el mundo entero dominado por el Augusto estaba lleno de estatuas dedicadas a Julia. La rabia de él contra Julia se debía a que era republicana, me imagino yo. Porque ¿cómo va a ser real que se prostituyera con 200 o 300 amantes a sus 38 años y después de haber parido cinco hijos en esa época? A mi no me sonó creíble. Algo muy fuerte tenía que haber, puesto que él mandó a romper todas las estatuas que la representaran.
"Ese es el esqueleto principal de la historia, pero ahí se enrollan todas las conspiraciones de la gente que no quiere que la República se pierda, porque la República es la división de poderes y la libertad. El Augusto lo que quiere imponer es la tiranía, que es lo que triunfó.
"Emocionalmente es la historia del amor entre un padre y una hija porque, a pesar de todo lo él que la odia, también la ama. Ella, que lo termina odiando por el daño que le hace, también lo ama.
–¿Cuánto de ficción tiene este libro?
–El esqueleto es la realidad; yo metí la ficción en donde los documentos dejaban lagunas. El grueso es realidad. Realidad entre comillas porque qué realidad puede tener lo que cuentan los historiadores cientos de años después. Digamos que el grueso es lo que cuentan las fuentes. A partir de esos huecos o esas contradicciones entre las fuentes, yo tejo la historia que me parece más posible o la que más me gusta.
–¿Qué fue lo que la movió a querer contar esta historia?
–En primer lugar, estaba agotada de Limón y necesitaba irme lo más lejos posible. En segundo lugar, quería contar cómo era el mundo antes de que el cristianismo lo envolviera todo. Muchas de las raíces de lo que ahora somos, como por ejemplo tener repúblicas o la democracia (que era griega), la filosofía griega, el alfabeto, fue antes del cristianismo y es un mundo que ha quedado olvidado. O que se ha presentado como en forma idealizada, como de telenovela. Yo escogí un punto de vista para contar la historia que es el de Julia y sus hijos, pero también es el punto de vista de los filósofos pitagóricos, que son los que me ayudan a contar la historia.
–¿Cómo la retó el escribir este libro en comparación con sus anteriores publicaciones?
–Ah, ni me diga. Me cambió la vida. Fueron como ocho años en que yo no pude separar la escritura de la investigación. Los primeros cinco años fueron solo investigación, volver a estudiar latín, volver a estudiar el poco de griego que yo sabía y viajar otra vez a esos lugares. Sentarme a leer, leer y leer. Tenía 17 páginas de bibliografía que la editorial me la quitó porque dijeron que no era un trabajo académico e iba a distraer a los lectores. Tuve que dejar de dar clases un año en la Universidad de Costa Rica poder armar la novela. Durante años me leí un artículo por semana. Lo más importante fueron los préstamos interbibliotecarios de publicaciones para reconstruir la historia a partir de fuentes antiguas. Recibí mucho apoyo de la gente porque seguro les emociona que alguien investigue de un tema que solo los especialistas investigan.
–¿Qué representa esta novela en su carrera?
–Algo completamente diferente, pero todavía no sé que es. Yo no sé si en Costa Rica a la gente le interesará leer una novela de hace 2.000 años. Es una novela sobre un personaje, tal vez es una novela biográfica, no sé. Pero, ¿le interesará a la gente con los Panama Papers, el terremoto en Ecuador y todo lo que está pasando aquí leer de hace 2.000 años? No sé qué van a representar, pero para mí representó un cambio. Creo que yo era muy ignorante antes de escribir de esa historia. Me tuve que remontar como 5.000 años hacia atrás para entender de dónde venía todo. Tuve que leerme todo lo que sabía sobre Alejandro Magno porque fue el primer gran emperador de Occidente. Eso me cambió la vida, yo ya no veo la vida igual. Para mí significó salir de Costa Rica y meterme en el mundo.
–Después de esos ocho años de investigación, ¿cómo se siente con el resultado final?
–Feliz. Estoy feliz con el resultado final. Fue una lucha con Planeta (la editorial) porque ellos querían hacerla más comercial y tienen razón, ellos venden libros y esa es su razón de ser. Yo no quería que fuera un libro comercial y, como el contrato decía que no se podían hacer cambios si yo no los autorizaba, fue una solución de compromiso entre lo que ellos querían y lo que yo quería. Creo que ellos quedaron contentos y yo quedé contenta.