Durante tres décadas de carrera musical, el chileno Alberto Plaza ha sido fiel a la trova romántica, y con una gira por América Latina quiere celebrar su música y las canciones que lo han identificado a través de los años.
Como parte de ese recorrido, Costa Rica recibirá al cantautor los días 12 y 13 de agosto, en el Teatro Melico Salazar, en un encuentro íntimo con el artista, quien presentará en su recital un repaso por las mejores canciones de su repertorio.
Plaza es un viejo conocido del público costarricense; el artista recuerda que desde que comenzó su carrera –allá por 1985– ha venido de forma constante al país, lo que hace que esta tierra sea especial para él.
Precisamente, es con el disco 30 años que recuerda las 28 canciones que han estado en número uno en las listas de preferencia de diferentes países y, además, estrena dos temas inéditos.
A propósito de la celebración de los 30 años, Viva habló con el chileno radicado en Miami; a continuación un extracto de esa entrevista.
¿Qué balance hace después de 30 años en la música? ¿Lo ha disfrutado?
Ha sido una jornada larga y linda; sí, la he disfrutado, por supuesto. Soy inmensamente feliz porque ha sido maravillosa la forma en que elegí enfrentar la vida desde las impresionantes trincheras de la música y la poesía.
Fue con Que cante la vida en Viña del Mar 1985 que dio comienzo a todo esto. ¿Qué significa ese momento en su carrera?
Que cante la vida es como la madre de todas mis canciones, me abrió las puertas en ese momento particularmente importante en mi vida. Es un antes y un después, porque pasé de ser un estudiante universitario a ser una figura reconocida en varios países; a esa canción le debo el hecho de dedicar mi vida a la música.
Todo pasó muy rápido porque el reconocimiento llegó sin esperarlo, ¿cómo lo afrontó siento tan joven?
Fue muy difícil, nadie está capacitado para recibir un cambio tan brusco y tan grande; pero, para bien o para mal este tipo de cambio desestabiliza el mundo que se vive en ese momento.
¿Qué aprendizaje le han dejado estos 30 años?
Es difícil sacar solo uno; la vida está llena de lecciones todos los días. Si yo pudiera resumir en pocas palabras el aprendizaje más grande, diría que lo que estamos haciendo acá es comunicarnos. Esa es la lección que me ha dado la vida: si perdemos esa capacidad perdemos potencial de supervivencia y potencial de felicidad.
¿Cuál es el aporte que usted considera le ha dado a la música latina?
Esa es una mirada que no le puedo dar yo a mi trabajo. El aporte está medido por el impacto que tiene lo que yo hago en la gente, pero no alcanzo a imaginar la dimensión de lo que en realidad es; a veces puedo ser testigo de historias que se cruzan desde mis canciones y que la gente me cuenta como, por ejemplo, cuando alguien declaró su amor con un tema mío.
¿Qué significan los fans en su carrera?
Yo también soy y he sido fan; entonces, comprendo esa posición, soy admirador de muchos artistas como Chicago, Michael Jackson y Silvio Rodríguez. Por esa razón comprendo lo que habita en el mundo de una persona que se llama fan. Opino que el admirador de un artista crea una conexión que se establece por la vía de las canciones y se siente que hay algo en común que conecta lo espiritual de dos personas.
Hubo un pequeño cambio en su propuesta de género musical, se aventuró a lo tropical con canciones como Pa’lante , pero ahora regresa al trovador romántico, ¿qué pasó en ese lapso?
Es la influencia que he tenido después de vivir 13 años en Miami. Acá donde yo vivo hay influencia de muchas culturas, entre ellas las del Caribe. Siento gran admiración por ese tipo de música; a mí me gustaría hacer música de esa característica como lo hace Juan Luis Guerra, que le alegra la vida a todo el mundo. Pero no es lo mío, reconozco que por mi origen no soy el llamado para darle excelencia a ese género. En mi país la música tropical se da poco, yo lo hice por entretenerme y divertirme porque toda la música me gusta, pero lo mío es la canción de autor y la trova.
Sus canciones se caracterizan por el matiz suave y sin aspavientos. ¿Cómo logra mantener ese sentido sin ser exagerado?
Me imagino que la clave está en no perder el impulso original que me llevó donde estoy: tomar la guitarra y expresar los sentimientos de manera honesta y transparente.
¿Vamos a seguir escuchando al mismo Alberto Plaza romántico en las próximas producciones?
Con toda seguridad sigo con el mismo estilo, todavía con más fuerza y más pronunciado porque es mi esencia. Los próximos 30 años van a estar dedicados a esto.
¿Por qué hacer este disco de éxitos e incluir dos nuevas canciones?
Es el cierre de un ciclo y el comienzo de otro con la intención de reconocerme a mí mismo en esas canciones. Cuando uno cumple 30 años es un momento de reflexión, hay que mirar lo que uno ha hecho, hay que sentirse orgulloso de lo bueno.
Además de la música ha incurrido en la literatura. ¿Cómo va el trabajo como escritor?
Estoy escribiendo un libro, lo voy a retomar porque tuve que parar un poco por las giras y el disco; es una novela de ficción que pretendo después llevar al cine.
Ha comentado que se le dificulta hacer autorías en compañía con otros, ¿por qué?
No me resulta muy fácil hacerlo porque es un arte personal y privado. Cuando se hace la canción con otro como que se desvanece un poco la idea de expresar algo que uno quiere comunicar directo del alma.
Se le reconoce como el trovador de sueños...
Algunos percibirán que lo soy, creo que lo que uno hace en la vida es materializar los sueños que se instalan en la mente; cuando el sueño es entendido como personamiento y al pensamiento uno le pone emoción y esfuerzo, entonces se materializa en el universo físico. Así que pensamiento, emoción y esfuerzo se confabulan para ser realidad.
Tiene una buena relación con el público costarricense desde hace muchos años...
Costa Rica es muy hermoso, el que no tengan ejército habla por sí solo; habla de una cultura diferente. En un país cuya frase sea “pura vida” habla de una orientación y de una manera de mirar la vida. Cuando voy allá me encuentro gente alegre, positiva, trabajadora, que tiene altos estándares de rendimiento; es un país que se para con orgullo y luz propia dentro del concepto latinoamericano.