Alejandro Filio ha mantenido un mismo estilo en los 38 años que lleva de carrera y no porque temiera a la innovación, sino porque consideraba necesario establecerse en un género.
Luego de hacer de su nombre su mejor carta de presentación, este trovador mexicano decidió hacer un disco, Se trata de sentir (2013), en el que exploraría otros ritmos que van más allá de su guitarra.
Eso sí, admite que los sonidos que incorporó y que no provenían de su instrumento prefirió dejarlos en manos de otros músicos y del ingeniero de sonido Luis Gil.
Así las cosas, fue la primera vez en la que no trabajó en la producción de un álbum suyo; se dedicó exclusivamente a la composición de las canciones. “Fue extraño, pero nunca está de más un cambio en la forma de trabajar”, comentó el artista.
Alejandro Filio dará la noche de este viernes un concierto íntimo en el Auditorio Nacional, en el Museo de los Niños, y aseguró que quienes asistan percibirán el crecimiento profesional que ha tenido.
¿Por qué rompe con la uniformidad de sus trabajos anteriores en el disco Se trata de sentir ?
Yo siempre me encargo de la producción completa, pero para esta ocasión delegué funciones (al productor David Filio y al ingeniero de sonido Luis Gil) para poder dedicarme y concentrarme en el mensaje del disco. Eso se siente, no porque lo de antes estuviera mal, sino que este se nota que está hecho con mucho más cuidado.
”Quería estar metido aún más en las interpretaciones, concentrar en el mensaje, en la emotividad de cada canción. Eso ayudó a que el disco quedara bastante balanceado: entre el amor, el desamor y las críticas sociales”.
¿Por eso es que el sonido del disco es diferente a lo usual?
Sí, eso fue otro de los motivos que tuve para delegar funciones. No pierde a la guitarra; sin embargo, vienen ideas bien aportadas e interesantes del productor y de los músicos.
¿Por qué experimentar esto 38 años después de haber comenzado la carrera?
Siempre ha un momento para hacerlo y eso es ahora, porque ya estoy definido como un trovador de voz y guitarra. Llegó el momento de jugar con lo que hay. Era una necesidad y un gusto mío y es una variedad que la gente agradece y disfruta.
De las canciones del disco, la que más ha causado un impacto es Réquiem para un suicidio . ¿Cómo nació esa letra?
De un momento de cansancio, de desesperación, de búsqueda de algo distinto, que no encontramos y que nos lleva a tocar el final de cada uno de nosotros. La canción se vuelve más cruda, más real.
”Por lo sincera y transparente que es, ha calado en la gente que la escucha y se identifica”.
Todos los temas son autobiográficos y reflejan el cambio personal que usted atravesó en el momento de componerlos.
Sí, tuve vivencias fuertes. Mi vida cambió: dejé la ciudad de Guadalajara, México, para mudarme al DF; mis hijos ya entraron a la universidad; cambié de pareja. Estoy en un momento en el tengo mucho tiempo para mí y eso hizo que me analizara muchísimo más.
Usted busca que la gente vuelva a sentir. ¿Cuál es el aporte que hace esta producción a ese objetivo?
Si sacara un disco experimental con letras ligeras, la gente pensaría que Alejandro Filio quiere descansar. Las letras de estos temas son fuertes y, justamente, esa es mi forma de tocar y mover corazones. La música tiene un gran poder, aunque también estamos conscientes de que no lo es todo.
Se trata de sentir tiene una versión acústica. ¿Cuándo sale?
Sí, lo grabé antes de este que salió, pero mejor lo aguanté. Sale a inicios del otro año, quizás, e incluirá cuatro temas inéditos.
¿En qué trabaja ahora?
No hay nada que me detenga, así que compongo nuevas canciones, pero aún no pienso en un disco.