El cuerpo de los fans responde en automático: una sola mención de Ariana Grande basta para alborotar la gritería colectiva hasta formar un coro ensordecedor. Antes de salir al escenario del Anfiteatro Coca-Cola del Parque Viva, la producción de su concierto proyectó diez minutos de un video de la artista preparándose tras escena junto con un reloj en cuenta regresiva, una guiño provocador para sacarle las notas más agudas al público de 14.000 asistentes.
Este domingo, en medio de un caos vial creciente por el reacomodo de vías en la Guácima de Alajuela (la ruta 27 habilitó su carril reversible hacia San José), el ingreso al Parque Viva abrió desde el mediodía.
A partir de las 6 p. m., los primeros actos pop calentaron la emoción de la multitud: una breve presentación de la costarricense Fátima Pinto, una actuación en solitario de la telonera oficial de Grande, Victoria Monét, y un acto completo de la boy band del momento, CNCO.
A las 8:32 p.m., cuando la artista finalmente entró al escenario con 9 bailarines hombres y una mujer, la multitud estaba lista: las niñas trepadas en las sillas, las orejas de conejo y de gato en su lugar, los celulares listos en las manos, las cuerdas vocales listas para reventarse.
LEA: Cultura es la única bailarina en el elenco de Ariana Grande
Pop ensordecedor. Grande entró a escena con parte de su melena castaña enredada en dos moños pequeños, su frágil cuerpo envuelto en una parka enorme, un ajustado body negro y botas negras altas. La cantante abrió el concierto con su sencillo Be Alright, una composición pegajosa de pop y R&B que forma parte de su último disco Dangerous Woman (2016).
De ese disco sacó las primeras canciones del concierto, Everyday —para la cual, la intervención del rapero Future fue proyectada en las pantallas del escenario—, Bad Decisions y Let Me Love You.
LEA MÁS: Con una descarga de música urbana, CNCO avivó la euforia previo a Ariana Grande
La realeza del pop estadounidense está acostumbrada a los bramidos del público. Ariana Grande pide los gritos si no los escucha.
"¡Vamos Costa Rica! Come on, Costa Rica! Costa Rica, let me hear you! (Costa Rica, déjame escucharte)", fueron las primeras frases que provocaron uno de los tantos aluviones de euforia colectiva.
Tan masiva como la artista, la producción jugó con luces, niebla, videos y animaciones para mantener la ambientación. Los bailarines de Grande se movieron para enmarcar los movimientos de la cantante: giros provocativos de cadera y coreografías tomadas del hip hop con sus brazos.
Sin embargo fue sola, aferrada al micrófono, que Grande sacó de su pecho las famosas notas altas de su voz para la balada soul Leave Me Lonely.
Antes de cantar su hit Side to Side, un breve video con la cantante proyectaba palabras clave para la imagen de la artista en Dangerous Woman: libre, deliberada, mujer.
Tras el silencioso intermedio, el escenario se transformó en un gimnasio de luces de neón y la artista apareció con sus bailarines montada en bicicletas fijas, tal y como lo hace en el video de la canción. Nuevamente, la intervención de la rapera Nicki Minaj apareció en el concierto por medio de las pantallas de la producción.
En las siguientes piezas, Grande aprovechó la energía del público para continuar una racha de grandes y ensordecedores éxitos: Bang Bang —de su álbum My Everything (2014)—, Greedy y Focus.
LEA MÁS: Ariana Grande movilizó a un variopinto público para su primer concierto en Costa Rica
Durante todo el concierto, la interacción que tuvo Grande con el público fue escasa y corta. La diva pidió gritos, acompañamiento en los coros y aplausos para su banda.
"Estoy muy feliz de estar aquí esta noche. Muchas gracias. Bendiciones", agradeció después de interpretar su éxito de electropop Break Free y antes de su balada de R&B Sometimes.
Mientras Grande terminaba esa canción decenas de globos rosados flotaban entre las manos abiertas de sus fans, enloquecidas con la magia del pop.
Antes de cerrar la presentación con sus tres éxitos más escandalosos, Grande frenó el ritmo del concierto para realizar un homenaje implícito a las víctimas de la tragedia de su concierto en la ciudad inglesa de Manchester. La cantante escogió una interpretación sencilla de Somewhere Over the Rainbow, canción del musical El Mago de Oz.
Las secuelas de ese suceso marcaron la producción de la estadounidense en Costa Rica. La producción prohibió el ingreso de bolsos y cámaras de fotografía. Las únicas imágenes que quedaron de su presentación en el país fueron las que se llevaron los fans en sus teléfonos celulares.
Tras la pausa emocional del concierto, Grande terminó de alborotar a sus fans con su pop más bullicioso: Problem, Into You y Dangerous Woman.
Tras discretos cambios de vestimenta, en los que Grande salió siempre con chaquetas grandes, pantalones de hip hop y su cabello suelto, el final fue un cambio dramático.
Mientras cantaba el éxito homónimo de su disco y gira, la cantante emergió de la niebla del escenario usando un vestido negro de látex.
Las luces rojas complementaron el sensual cierre de su primer concierto de la región, arrullado por los gritos de sus fans.