La repetición josefina del cuarto concierto de temporada de la Orquesta Sinfónica Municipal de Cartago (OSMC), efectuada la mañana del domingo 7 en el Teatro Eugene O’Neill (TEO), me confirmó que los progresos que los jóvenes integrantes del conjunto ha venido realizando en sus presentaciones se mantienen inalterados.
Dirigió el titular, maestro Iván Arguedas, y como solista en trompeta figuró el costarricense Luis Miguel Araya, quien en fecha reciente obtuvo un doctorado en música por la Universidad Estatal de Arizona, EE. UU.
Estreno. El programa ofreció obras de tres compositores alemanes, entre ellas la primera audición en el país del Concierto en fa menor para trompeta y orquesta , opus 18, de Oskar Böhme (1870-¿1938?).
Reconocido trompetista en su tiempo, Oskar Böhme compuso varios conciertos para el instrumento, en un estilo romántico, melodioso y expresivo, y hábil orquestación. Esta obra data de los primeros años del siglo XX.
Posteriormente, el músico emigró a Rusia y permaneció ahí durante las primeras décadas de la época soviética, pero su origen alemán lo volvió sospechoso para las autoridades y pereció durante las purgas estalinistas del decenio de 1930.
Luis Miguel Araya forjó una interpretación en la que relució su habilidad técnica, con notas claras y afinadas, hermosos colores tímbricos y preciso control dinámico; también sensitiva en el aspecto musical, las frases se oyeron fluidas y redondas y, en particular, resaltó el tono cantábile que obtuvo en el movimiento lento, marcado andante religioso .
El acompañamiento de Arguedas y la OSMC empató con el solista sin dificultades y el conjunto produjo sonido pleno y brillante.
Demás obras. La función se inició con una versión enérgica y luciente de la conocida Marcha de coronación , extracto de la ópera El profeta , de Giacomo Meyerbeer (1791-1864), que se estrenó en 1849. Aunque judío alemán, Meyerbeer pasó la mayor parte de su vida artística en París y fue celebérrimo en su tiempo como el máximo cultor de la ópera francesa, en el estilo fastuoso y grandilocuente conocido como grand opéra .
Para finalizar, la Orquesta Sinfónica Municipal de Cartago e Iván Arguedas modelaron una versión meticulosa de la Sinfonía N° 1, en do mayor , opus 21, de Ludwig van Beethoven (1770-1827), estrenada en 1800.
Tiempos justos, articulación precisa, respuestas diligentes e integradas de las secciones, y sonido compacto y entonado del conjunto distinguieron el desempeño de los músicos.