¡Qué lástima que en Costa Rica los veranos son tan cortos!
En un exitoso ejercicio que se ha realizado de forma ininterrumpida en los últimos cuatro años, la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) sale del teatro y se traslada a diferentes rincones del país con los conciertos especiales del Verano Sinfónico.
En estos se luce con una de sus mayores virtudes: la habilidad para desenvolverse con soltura en un repertorio muy amplio.
Dos horas de espectáculo son suficientes para que la OSN se acerque a cada rincón musical posible, con aproximaciones muy diversas acompañados por con diferentes protagonistas.
Dejando de lado los aplausos como sistema de medición, hay que resaltar la simbiosis indisoluble lograda este año entre el ensamble orquestal y sus cuatro invitados.
Sin diferenciar si los que se suman al escenario son cantantes líricos, un grupo de rock o una agrupación de clásicos románticos, el resultado final no varía en términos de unidad o cohesión.
La parte más clásica del repertorio, con la soprano Keren Rodríguez y el tenor Joaquín Yglesias, hacen atractivo el inicio de la presentación, con repertorio lírico de diversas épocas y orígenes, intercalado por ejemplo con el Vals de las flores , de Chaikovski, y el Mambo, de Bernstein.
El martes –en el tercero de seis conciertos programados en una semana–, los cantantes, con su destacable interpretación, lograron que el público prefiriera ignorar algunas fallas de sonido. Los problemas se presentaron como consecuencia de un escenario en el que la parte técnica puede volverse incontrolable por varios aspectos, como el viento.
En el repertorio elegido para este año, conforme avanzan los temas va aumentando la afinidad auditiva de la audiencia, pasando de la parte más formal del repertorio al rock clásico costarricense, hasta terminar con reconocidos temas del cancionero romántico que Gaviota ha sabido mantener vivos a lo largo de varias décadas, e incluye también una preciosa mezcla entre la obra Rincón de la vieja (Carlos Guzmán) y la tradicional Tambito .
En ese campo, sobresalen los arreglos compuestos por Wálter Flores y Carlos Guzmán.
Lejos de pretender quedarse en segundo plano nada más como complementos u adornos adicionales, las partes de la orquesta escritas especialmente para la ocasión fueron coprotagonistas junto a la voz principal, los riffs y los solos de guitarra.
Con gran suceso, las añadiduras a las estructuras originales agregaron valor también a las dinámicas de las canciones, lo cual exaltó, por ejemplo, los momentos más intensos de los clásicos Cautiva de mar o Condición (ambas de Inconsciente Colectivo), o bien aportando oportunamente emotividad en Que vas hacer esta noche y La Aurora , del repertorio de Gaviota.
Si la orquesta quisiera ampliar aún más la gama musical cubierta en el Verano Sinfónico, sería un gran tino para próximas ediciones incluir entre los invitados también a artistas más jóvenes con éxitos más recientes, que podrían atraer a otro público a estos conciertos que tienen como sano fin llevar a nuevos oídos un formato musical que pocas veces sale de los escenarios teatrales.
El logro de lo cometido es lo que hace desear que los veranos sean más extensos.
EL CONCIERTO: Verano Sinfónico
ARTISTA: Orquesta Sinfónica Nacional
DIRECTOR: Iván del Prado
INVITADOS: Keren Rodríguez, Joaquín Yglesias, Gaviota e Inconsciente Colectivo.
LUGAR: Plaza de Santo Domingo de Heredia
FECHA: 17 de febrero